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viernes, 23 de enero de 2009
STALIN Y SU APOYO A FERNANDO LUGO
LUIS AGÜERO WAGNER- El obispo Fernando Lugo no es el primero en aglutinar el apoyo de nazis y comunistas en la historia del Paraguay. Ya en 1940 una carta política fascista se impuso por decreto con anuencia marxista-leninista.
El obispo Fernando Lugo no es el primero en aglutinar el apoyo de nazis y comunistas en la historia del Paraguay. Ya en 1940 una carta política fascista se impuso por decreto con anuencia marxista-leninista.
La vieja polémica de las alianzas nazis con comunistas parece haberse haberse reavivado en Paraguay, donde el Partido Comunista participa del gobierno con sectores de la ultraderecha, en algunos puestos menores y secundarios, a cambio de guardar silencio ante las brutales represiones de campesinos y sintechos y reformas neoliberales.
UNA BREVE CRÓNICA DE ALIANZAS COMUNISTAS CON EL PARTIDO LIBERAL
Uno de los más serios historiógrafos que desarrolló su obra en la absoluta orfandad que impone el ambiente paraguayo a quien quiera abocarse a la producción intelectual, Alfredo M. Seiferheld, escribió un interesante libro titulado “Nazismo y Fascismo en el Paraguay”, donde habla de la alianza que sellaron los miembros del Partido Comunista Paraguayo con el grupo cuarentista del Partido Liberal, que llevó al país a la dictadura nazi de José Félix Estigarribia en 1940.
En la página 194 de su libro Seiferheld explica que el apoyo comunista a la candidatura de Estigarribia se dio a través de la Confederación de Trabajadores (dominada por el partido comunista en ese momento), según un extraño documento fechado el 8 de julio de 1939, donde los seguidores de Lenin autóctonos incluso llegaban a ensalzar al mismo Franklin Delano Roosevelt, de la misma manera que hoy nuestra izquierda imprime afiches en desagravio al embajador James Cason.
Con un pragmatismo digno del Partido Colorado, en su documento los comunistas afirmaban textualmente que el contacto de Estigarribia con la política panamericanista de Roosevelt, basado en el empréstito (dólares pellizcados por el jefe del ejército del Chaco en Washington con la excusa de la amenaza expansiva del Tercer Reich, como más adelante el justificativo sería la URSS) y expresado en declaraciones progresistas y en promesas de gobernar democráticamente, aseveraban la justeza de apoyo comunista al Partido Liberal. Con un antológico doble discurso añadía que el Partido Comunista era un partido de orden y de democracia, que cumplía un deber patriótico al salvar al Paraguay de la vergüenza bochornosa del fascismo y de la oligarquía, aunque se arrojaba a los brazos del partido de la oligarquía y catapultaba a quien inauguraría la dinastía de dictadores neo-nazis al servicio del imperio norteamericano en Paraguay.
En ese momento histórico, con similitudes que se perciben en el presente, el liberalismo paraguayo acató con sumisión la orden del norte de alinearse detrás de un proyecto que contravenía sus propios principios idelógicos. El mismo caso se da hoy con el apoyo de cierta izquierda al proyecto del obispo Fernando Lugo.
De acuerdo a la misma fuente, este espectacular viraje del comunismo criollo permitió al mismo rescatar algunos presos que tenía y conservar la dirección de la Confederación de Trabajadores. Barthe, Aurelio Alcaraz, Tomás Mayol y otros fueron liberados a raíz de un entendimiento al que llegaron con el Ministro de Gobierno y Trabajo cuarentista, Alejandro Marín Iglesias, de tal suerte que la confederación adhirió públicamente al gobierno de Estigarribia siguiendo la disciplina comunista. El único disidente comunista, Oscar Creydt, desautorizó cualquier soporte del comunismo paraguayo al imperialismo norteamericano pero como se encontraba en México, su opinión era lo de menos.
Lo que siguió es historia conocida; el 18 de febrero de 1940 Estigarribia dio un autogolpe, ordenó el silencio de los partidos políticos, amordazó a la prensa, intervino a la universidad y a mediados de año promulgó por decreto una constitución totalitaria de nítido corte nazi-fascista.
Curiosamente, el Partido Comunista siguió apoyando al gobierno Nazi del generalote favorecido por Washington, lo que nos hace parafrasear a un periodista de la época que clandestinamente publicó un artículo diciendo que el comunismo había arribado a la trágica y cenital conclusión de que el fascismo era la única salida, la única forzosa solución.
Los seguidores de Marx y Lenin habían descubierto así que el bárbaro, retrógrado y despótico modelo de Hitler y Mussolini era el inexorable refugio final de la íntegra energía liberadora del pueblo paraguayo, la que afirmaba su personalidad y culminaba su destino. Poco faltó para que reemplacen la hoz y el martillo por la svástica.
Tan consubstanciado llegó a sentirse el gobierno líbero-comunista con las ideas que llegaban desde Europa que partidarios de Estigarribia como J. Wasmosy y su grupo presentaron en el parlamento un proyecto para prohibir la inmigración de judíos al Paraguay. Los comunistas siguieron apoyando al gobierno de Estigarriba hasta su fin, aunque el dictador haya prohibido incluso la difusión de las sagradas escrituras del partido, las obras de Marx y Lenin.
Esta táctica amoral de comunistas y liberales terminó como tenía que terminar: creando en el sustrato social paraguayo las reales y objetivas condiciones para el totalitarismo fascista que conocimos después, y que tras heredarlo fortuitamente los colorados y el dictador Alfredo Stroessner poco se esforzaron por enfrentar.
RONALD LEON RESPONDE A CRÍTICAS AL PT
Indirectamente tomé conocimiento de una nota firmada por Luis Casabianca, veterano dirigente del PCP, en la cual hace duras acusaciones (políticas y morales) hacia mi persona y hacia Coco Arce, antiguo y conocido dirigente del PT.
Es irreal separar a Lugo del PLRA
Casabianca intenta demostrar que el PCP no tiene una política de apoyo incondicional al gobierno de Lugo. Es más, afirma que: "…ni en nuestros documentos ni en nuestra posición práctica, en los hechos, por más que busque y que retuerza las cosas no se encontrará semejante posición". Luego reconoce el apoyo político del PCP al gobierno, diciendo: "Los comunistas desarrollamos un apoyo crítico a Fernando Lugo, y cuestionamos la política neoliberal-privatista de Federico Franco".
Dos cuestiones erradas. En primer lugar, no es correcto ni real colocar a Fernando Lugo por separado del PLRA y el resto del gabinete gubernamental. Tal aseveración constituye un consciente intento de tergiversar la realidad, con alto riesgo de caer en el delirio, o un acto de imperdonable ingenuidad política.
Lugo no está por encima de las clases o del "bien y el mal", como intentan presentarlo sus apoyadores. El gobierno es un solo órgano y está encabezado por Lugo. Fue Lugo el que se alió con los liberales; fue Lugo el que aceptó a Federico Franco como vicepresidente; fue Lugo (no una mano invisible o los "poderes fácticos") quien nombró a los ministros liberales como Llano, Heisecke, Vera Bejarano, Alegre y Mateo Balmelli.
El proyecto que triunfó el 20 de Abril fue, fundamentalmente, una alianza entre la figura de Lugo y el PLRA. Este es un hecho objetivo, real, incuestionable desde una posición materialista y franca. Por eso el PT, cuando se refiere al gobierno, habla de gobierno de Lugo-PLRA.
Entonces, al otorgar apoyo político a Lugo, ineludiblemente se apoya también a su vicepresidente y a el resto de su gabinete (neoliberales nombrados por el propio Lugo, repito).
En esto Casabianca es claro, cuando dice: "Nosotros apoyamos el proyecto y el programa enunciado por Fernando Lugo sobre la democracia participativa, la reforma agraria integral y la defensa de la soberanía nacional en Itaipú y en los territorios invadidos por las transnacionales de la soja" (resaltado mío). Esta afirmación, como todas las declaraciones públicas del PCP, no dejan lugar a dudas: el PCP apoya al gobierno de Lugo-PLRA.
¿Apoyo crítico?
La segunda cuestión errada tiene que ver con el supuesto "apoyo crítico" del PCP a Lugo. El PCP, al menos en todos los comunicados que recibí, nunca hizo una sola crítica a Lugo.
En su comunicado sobre la marcha de homenaje a sus mártires, uno de los ejes del mismo era la defensa a su gobierno: "Al mismo tiempo, los comunistas llamamos a manifestar en defensa del proceso de cambios democráticos, patrióticos y liberadores que informan los compromisos de Fernando Lugo expuestos en la campaña electoral y reafirmados en sus discursos como Presidente electo" (resaltado mío).
Este no es el único ejemplo. En todo momento hablan de las "intenciones progresistas del actual gobierno de Lugo" e, incluso, hacen un llamado al pueblo diciendo: ¡UNAMOS LAS FUERZAS MAYORITARIAS DE NUESTRO PUEBLO EN FAVOR DE LOS CAMBIOS DEMOCRÁTICOS, PATRIÓTICOS Y LIBERADORES, CONTRA LA REPRESIÓN Y CONTRA LA CONSPIRACIÓN CONTRARREVOLUCIONARIA QUE ASECHA Y ACTUA DESDE DENTRO Y DESDE FUERA DEL GOBIERNO DE LUGO!" (Comunicado del 5-10-08. Resaltado mío).
¿Dónde está, entonces, la parte "crítica" de vuestro apoyo? Ni atisbo de ella pues, lo que profesa el PCP, es un apoyo total al gobierno.
¿Es de "comunistas" apoyar gobiernos burgueses?
Al demostrar que el PCP no tiene un apoyo "crítico" sino incondicional al gobierno de Lugo-PLRA no defiendo que la política de "apoyo crítico" a un gobierno burgués, de parte de un partido que se reclama "revolucionario", sea correcta.
En este punto volvemos a la discusión de fondo, sobre la caracterización de clase del gobierno de Lugo-PLRA. Para el PT, el gobierno de Lugo-PLRA es un gobierno burgués (porque defiende la propiedad privada de los capitalistas y el aparato estatal a su servicio); por ende, sostenemos que el movimiento social y la izquierda deben mantenerse independientes, no otorgarle ninguna confianza y seguir luchando por sus derechos. En sentido opuesto, el PCP afirma que este gobierno es "progresista", "democrático" y el movimiento social debe apoyarlo y "defenderlo".
Casabianca, en su enunciación de los motivos por los cuales el PCP apoya "el proyecto y el programa enunciado por Fernando Lugo, habla de una supuesta "democracia participativa" ¿Se refiere usted a este régimen de democracia burguesa, de y para los ricos, que impera en este país? Habla también de la "reforma agraria integral" y de la defensa de la "soberanía nacional" en los "territorios invadidos por las transnacionales de la soja" ¿A qué reforma agraria o supuesto combate a la soja se refiere usted, Casabianca? ¿Se refiere, acaso, al impuesto miserable que anunció Lugo a las exportaciones de soja y que luego reculó vergonzosamente? ¿Se refiere usted a las brutales represiones y desalojos a humildes campesinos que ordenó Lugo, mediante su Ministro del Interior, para defender la propiedad privada de los que usted gusta llamar "poderes fácticos"?
En su descarado apoyo al gobierno burgués de Lugo-PLRA usted dice que el PCP "critica resabios de autoritarismo, de represión y de criminalización de las luchas". ¡¿Resabios?! ¿Usted llama "resabios" de criminalización de las luchas al asesinato del dirigente campesino Bienvenido Melgarejo, a los 80 desalojos de las 80 ocupaciones hechas en los primeros 100 días de gobierno Lugo-PLRA, a la feroz represión frente a la Fiscalía y a los indígenas (nada menos que los que iban a ser "reivindicados" por Lugo) frente mismo a Mburuvichá Róga, a los más de 200 detenidos y 120 luchadores sin tierra que aún tienen prisión domiciliaria? ¿A esto usted llama "resabios"? No estamos ante "resabios". Las represiones a las que asistimos bajo el breve gobierno de Lugo-PLRA no tienen nada que envidiar a las de Nicanor Duarte Frutos.
Es por esta caracterización de clase que el PT no apoya, ni siquiera "críticamente", al gobierno de Lugo-PLRA. Respetamos las ilusiones de nuestro pueblo pero no lo engañamos diciéndole que éste es nuestro gobierno. No abdicamos en la lucha por un gobierno obrero, campesino y popular que nos conduzca al socialismo mundial y, posteriormente, al comunismo. Es una desfachatez completa tildar de "comunista" una política de apoyo a un gobierno burgués. Apoyando gobiernos de la clase enemiga nunca llegaremos a la sociedad comunista. Eso no es comunismo, es stalinismo.
Una vulgar calumnia stalinista
Cierra usted su defensa de una rastrera capitulación a un gobierno de capitalistas con una sucia calumnia. Dice usted: "Coco Arce y Ronald León parece que transmiten en la misma o parecida onda trotzkista, que calumnian al PCP pero mantienen buenas relaciones y reciben ayuda de Taiwán, enclave imperialista en Asia, que fuera uno de los principales socios de Stroessner, junto con Sudáfrica racista y Corea del Sur, incluso cuando ya Norteamérica lo había abandonado porque estaba muy gastado".
El PT, ni ninguno de sus militantes, "mantienen buenas relaciones y reciben ayuda de Taiwán". Ésta es una mentira de la cual no posee una sola prueba real. Usted sabrá que lanzar acusaciones de tipo moral sin presentar pruebas objetivas es calumnia y ése método no es propio de revolucionarios. Sin embargo, proviniendo de un stalinista no sorprende en absoluto. La mentira, la tergiversación, la amalgama y la calumnia son sus armas favoritas a la hora de discutir y defender gobiernos burgueses o burocracias usurpadoras. Fue con acusaciones falsas como estas (agentes de Hitler) que vuestro padre político, Stalin, asesinó a toda la dirección bolchevique que tomó el poder en 1917 en los vergonzosos juicios de Moscú. El stalinismo tiene las manos manchadas con sangre de revolucionarios.
Sobre el apoyo del PCP a las dictaduras fascistas de Estigarribia y Morínigo, me remito a las mismas citas y fuentes que compartí con el compañero Fabricio:
"El PCP apoyó la dictadura de Estigarribia en propio nombre y a través de la Confederación de Trabajadores, que dirigía. Según el Diario "Patria", del 22 de Setiembre de 1939, citado por Alfredo Seiferheld en "Nazismo y Fascismo en el Paraguay", el PCP proclamaba su apoyo y saludaba la asunción de Estigarribia diciendo: "El contacto indudable que el presidente electo tiene con la política panamericanista de Roosevelt, basado en el empréstito (se refiere al primer crédito yanqui al Paraguay) y expresado en declaraciones progresistas y en promesas de gobernar democráticamente, aseveran la justeza de nuestra posición actual. El Partido Comunista es un partido de orden y democracia (...)" ¡Tanto es así que el PCP daba pie al Partido Colorado de acusar al gobierno de Estigarribia de "comunista"!
Es decir, para el PCP, el dictador y entreguista Estigarribia era "progresista" y podía "gobernar democráticamente".
La explicación a esta posición está en la política internacional de Stalin, que el PCP seguía ciegamente. Estigarribia apoyaba a Roosevelt, era su lacayo, y el PCP apoyaba a Estigarribia -y luego a la Constitución de 1940- porque el General estaba con la "política anti-fascista de Roosevelt"(Seiferheld, pág. 88), la cual era apoyada por la burocracia stalinista en Moscú en su capitulación al imperialismo de EEUU.
Siguiendo los virajes de Moscú, el PCP sólo comenzó a criticar a Morínigo cuando éste comenzó a reprimir a la Confederación de Trabajadores y lo proscribió como partido. Al principio lo acusaron, correctamente, de "fascista". Cuando éste rompió con el Eje y el Paraguay pasó a apoyar abiertamente a los EEUU, Gran Bretaña y los Aliados contra Hitler, el PCP se olvidó del rótulo de "fascista" hacia Morínigo pues, al apoyar a los EEUU, se convirtió en aliado de Stalin.
El PCP pasó, siguiendo a Stalin, de una política de crítica a otra de apoyo a Morínigo. "Esta actitud dubitativa se trocó en un elogio a Morínigo cuando el sindicalista Bernardo Leiva, alertó a Cali, Colombia, durante el segundo Congreso de la C.T.A.L. (Confederación de Trabajadores de América Latina, órgano de la internacional sindical comunista -stalinista-) sobre, "la posibilidad de que se aproxime un golpe de estado (militar) en el Paraguay, debido a que el Presidente Morínigo ha atendido a los verdaderos anhelos y reclamos del pueblo y se ha separado de la camarilla nazi-fascista" (Seiferheld, pág. 214).
El PCP decía a los trabajadores paraguayos y latinoamericanos que el fascista Morínigo (creo que en esto coincidimos) se había "separado" del nazi-fascismo. Es más ¡afirmaba que había peligro de golpe contra él porque "atendió" los "anhelos y reclamos del pueblo"!. Todos sabemos que, en realidad, estaba aplastando y masacrando al pueblo y a sus organizaciones."
El hecho de ser perseguidos, mediante decretos-leyes, por las dictaduras fascistas de Estigarribia y Morínigo no quita el hecho vergonzoso de que el PCP los apoyó en determinados momentos. Casabianca, en todo caso, usted debe refutar estas fuentes. Su problema no es conmigo, es con Seiferheld.
Stalinismo no es comunismo
Un pasado y un presente lamentable. Casabianca, quienes padecen de "anticomunismo" crónico son ustedes los stalinistas, negación rotunda del marxismo-leninismo desde 1924. Quienes padecen de "anticomunismo" son quienes traicionan principios tan básicos como la independencia de clase y se lanzan a apoyar gobiernos burgueses "democráticos" y dictatoriales. Quienes padecen de "anticomunismo" son los que sobreponen el método de la calumnia al del debate franco entre luchadores.
Para este "anticomunismo" abyecto que sufre el stalinismo, lamento decirle, no hay cura.
Ronald León
27 de diciembre de 2008
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