Si alguien pensó que iría a solucionar el nepotismo y el prebendarismo con un obispo católico como Fernando Lugo como presidente del Paraguay, mostró una supina ignorancia en Historia de las Instituciones.
A criterio del abogado Juan Carlos Cabezudo, Pompeyo Lugo -hermano del obispo Fernando Lugo- utiliza la figura de la autoridad constitucional, como es la del presidente de la República, y así obtener fondos para un fin particular.
Para realizar esta maniobra, Pompeyo utiliza una fundación ( Petrus), como la mayoría de los grupos que apoyaron la candidatura del obispo Fernando Lugo para presidente del Paraguay, pasando por encima de una cláusula constitucional que impedía candidatarse a un ministro de una religión.
El abogado Juan Carlos Cabezudo anunció que presentará una denuncia ante la Fiscalía y la Procuraduría contra el presidente de la República y su hermano Pompeyo Lugo, según explicó, basado en las publicaciones realizadas por el periodista investigador Jorge Torres.
“Aquí estamos ante la siguiente situación: Fernando Lugo viola la Constitución, o Pompeyo Lugo es un estafador que utiliza la figura presidencial para sus intereses particulares o los intereses supuestamente humanitarios de esta fundación", comentó el profesional. Pompeyo, como muchos otros personajes del actual gobierno paraguayo, invoca supuestos fines altruistas para recaudar donaciones, que luego utiliza para darse la gran vida y sostener su opulento tren de vida, signado por la vida nocturna y las reuniones festivas.
EL GRAN HERMANO DEL OBISPO
Pompeyo Lugo Méndez, el hermano del clérigo-presidente electo Fernando Lugo, difundió en Paraguay la especie de que fue distinguido con el título de “Caballero cruzado de Malta”, que instituye la Orden de Malta, Estado no territorial con sede central en Roma, buscando obnubilar a la opinión pública que se supone debe ponerse de pie y prodigarle un caluroso aplauso.
Sin embargo, en la embajada de la orden en nuestra capital no pudieron confirmar ayer la información, lo cual ha generado dudas con respecto al supuesto nombramiento.
Es normal en Paraguay que de tanto en tanto algún mitómano pretenda impresionar con títulos de nobleza y otros arcaísmos por el estilo, habiendo sido muy sonado el caso del nieto del Mariscal José Félix Estigarribia, quien afirmaba ser embajador itinerante y plenipotenciario del Vaticano hasta que el mismo Nuncio apostólico tuvo que salir a desmentirlo. Posteriormente el mismo personaje acabó arrestado por múltiples y millonarias estafas.
El mentado hermano del clérigo-presidente ha sido noticia en las últimas semanas dado que luego de integrar una alianza electoral que para destruir al partido colorado se alió con el Vaticano y la embajada norteamericana de Asunción, ahora pretende erigirse en el mesías del mismo con el único argumento del hermanazgo que ostenta con relación al hermano obispo. Otra promesa que ha quedado evidenciada como una gran mentira es la de acabar con la tradición autoritaria, dado que Pompeyo busca explotar así la tradición lacayuna, autoritaria y servil del partido colorado, del mismo modo que su hermano explotó la ignorancia, el atraso y la personalidad proclive a la superstición de las masas para ganar votos en ancas de la simbología católica.
La prensa volvió a mencionarlo en los últimos días con motivo del nombramiento irregular de su sobrino como funcionario de la entidad binacional Yacyretá, con un sueldo principesco, a pesar de carecer de formación académica y tener como único antecedente laboral el haberse dedicado a vender automóviles ilegales, que en Paraguay se conocen como “autos mau”, la mayoría robados en Argentina o Brasil.
Ante el gran escándalo que se generó con el nombramiento a raíz de que una de las promesas del candidato clerical había sido acabar con el nepotismo, Pompeyo reaccionó con altanería y prepotencia e incluso llegó afirmar que la suma que ganará su sobrino, que multiplica por 20 veces el sueldo normal en Paraguay, es una suma ínfima.
También dio a entender que sus antecesores en el poder ya habían robado bastante y que ahora les corresponde hacer lo propio a ellos.
La historia del imperio romano nos enseña que en un acto de prepotencia, Pompeyo el magno escribió al Senado diciendo que aunque era Craso quien había vencido a Espartaco en las guerras serviles, él era quien "había estirpado el mal de raíz", terminando la guerra y reclamando buena parte del mérito. Del mismo modo, el Pompeyo contemporáneo que padece hoy Paraguay reclama la presidencia del partido al que envió a la llanura basándose en su influencia familiar.
Otro detalle similar es que Pompeyo Magno fue nombrado cónsul de la República romana 70 años antes de nuestra era saltando las normas y leyes por las que se regía la obtención del título, el cursus honorum, del mismo modo en que hoy se adjudican en Yacyretá los puestos a los parientes del clérigo-presidente.
LA PARENTELA PRESIDENCIAL
La historia de la iglesia católica recoge la memoria del Papa veneciano Eugenio IV, proclamado Sumo Pontífice en el año 1431. La carrera política de Eugenio, cuyo verdadero nombre era Gabriela Condulmer, había sido fulgurante. A los 24 años se había convertido en Obispo de Siena, a pesar de la repulsa de la clase política en dicha ciudad, contraria al nombramiento de un obispo extranjero. Poco tiempo después, Eugenio IV accedió al puesto de tesorero Papal, luego se convirtió en Cardenal de San Marcos y San Clemente, para posteriormente llegar a Cardenal de la Basílica de Santa María en Trastevere, antes de convertirse en Papa tras firmar con los demás cardenales un acuerdo que se parece bastante a los que suscriben los políticos paraguayos de nuestros días para sus alianzas electorales. El tratado consistía en que juraba distribuirse con ellos la mitad de las ganancias de la Iglesia, además de consultarles toda interrogante relacionada con las finanzas de la institución.
De todas maneras, la carrera política de Eugenio no hubiera sido tan brillante si no hubiera sido sobrino de su antecesor, el Papa Gregorio XII. Entre pontífices venecianos, la transmisión de tío a sobrino esta asegurada, dado que el sucesor de Eugenio fue a su vez su sobrino Pablo II, Papa de la Iglesia católica de 1464 a 1471.
La carrera del sobrino de Eugenio IV, cuyo nombre era Pietro Barbo, fue igualmente deslumbrante. A poco de ser nombrado su tío Papa, la carrera del futuro Pablo II inició su resplandeciente despegue, de forma similar al de los sobrinos del clérigo-presidente del Paraguay Fernando Lugo luego de los comicios del 20 de abril. De archidiácono de Bolonia, Pietro pasó a obispo de Cervia y Vicencia y finalmente, en 1440, fue nombrado Cardenal.
Cuando el sobrinazgo lo catapultó al Papado, Paulo intentó deshacerse de los funcionarios del Vaticano que tenían doble sueldo, mal que fue transmitido hasta nuestros días a los partidos políticos oficialistas, aunque su osadía provocó una ola de indignación entre los redactores de documentos papales. En 1466, los poetas y retóricos de la ciudad levantaron su voz de protesta y la represión no se hizo esperar. La peor parte se llevó el poeta Platina, quien fue dos veces encarcelado y torturado, peripecias que lo llevaron a vengarse escribiendo una interesante biografía sobre Paulo II, el Vital Pontificum. Gracias a ese tratado hoy sabemos que Pablo sostenía prácticas sodomitas y que su vanidad era tan grande que quiso adoptar el nombre de Formoso II (hermoso II).
Muchos otros Papas medievales criaban a sus hijos ilegítmos como sobrinos y les daban preferencia, elevando a la mayoría a cardenales de la iglesia, y a veces lograban perpetuar una dinastía papal. Calixto III, de los Borja, convirtió a dos sobrinos en cardenales y uno de ellos llegó a convertirse en el Papa Alejandro VI. El mismo Alejandro VI promovió al hermano de su amante Julia Farnesio como cardenal, el cual luego se convertiría en el Papa Pablo III. Este último Papa tampoco se privó de practicar el nepotismo al promover como cardenales a sus dos sobrinos (de catorce y dieciséis años).
Muchos de estos episodios de la historia sin duda que fueron ignorados por los estrategas de la Alianza Patriótica para el Cambio y por sus votantes que llevaron a la presidencia del Paraguay al Obispo Fernando Lugo. Si en algún momento imaginaron que el nepotismo, el clientelismo y tantas otras taras institucionales de la política paraguaya podían revertirse convocando a un mesías emergido de las carpas de la iglesia católica, demostraron un absoluto desconocimiento de la historia de las instituciones.
Quien un mínimo conoce de tales asuntos sabe que sólo superan a la Iglesia católica, verdadero hilo conductor de los proyectos reaccionarios en la historia, los sindicatos y la social democracia en materia de clientelismo. Han abundado siempre cardenales en el entorno de los dictadores, apoyos de episcopados a tiranos, arzobispos en la conducción de golpes militares, ceremonias de jura de ministros y bendición de sables.
Sólo superan a la Iglesia católica, un verdadero hilo conductor de los proyectos reaccionarios en la historia, los sindicatos y la social democracia en materia de clientelismo, y casualmente ambos grupos también se encuentran entre los puntales políticos del enviado de Dios para redimir al Paraguay.
No es casualidad, considerando estas circunstancias, que escandalosos casos de nepotismo y tráfico de influencias hayan salpicado al clérigo-presidente, obispo de los pobres y teólogo de la liberación. Primero fue el caso de un sobrino sin formación académica y dedicado a la venta de automóviles ilegales (sin documentos, presumiblemente robados en Argentina), oficio conocido en Paraguay como “mausero”, con un sueldo principesco en un puesto altamente especializado en la entidad binacional Yacyretá, que administra una hidroeléctrica compartida entre Paraguay y Argentina. Ahora surge el aprovechamiento subrepticio e irregular de becas entregadas por el gobierno de Corea por parte de una sobrina del obispo, Mirta Maidana.
Nadie sabe con exactitud el curso que está haciendo la sobrina en la Universidad de Información y Comunicación de Corea, sólo que hace poco el Obispo visitó el país asiático para ofrecer garantías a las inversiones de empresas vinculadas a la Secta Moon.
Las autoridades responsables del otorgamiento de las becas se lavaron las manos, la familia del supremo obispo rehusó responder a la prensa y solo se sabe que la beneficiaria no tiene antecedentes de trabajar en el ámbito al cual corresponde el beneficio, destinada a profesionales del área de la comunicación institucional, la publicidad y/o el periodismo.
Otro de los dilemas que se plantea al clérigo-presidente es el errático comportamiento de su hermano Pompeyo, al que quiere impulsar como presidente del Partido Colorado. El caso recuerda por homonimia al de Pompeyo Magno en tiempos de la república romana, que quiso nombrar a su yerno Metelo Escisión comandante de dos legiones a pesar de su conocida ineptitud militar, caso denunciado sin éxito en el Senado por Marco Antonio.
En este caso, es el Pompeyo Magno del Paraguay el que ha demostrado una absoluta carencia de atributos para liderar el partido político mayoritario del país, patentizada en su comportamiento payasesco, su mitomanía ingénita y sus proclamas incoherentes. Combatir estas aberraciones en Paraguay será especialmente conflictivo, considerando que no son producto de un cálculo consciente, sino una relación de creencia que estructura las formas de relación con las prácticas políticas, casi tan fuerte como la tradición católica a la que cinco siglos de oscurantismo y autoritarismo permitieron echar raíces.
Paraguay, que comparte con Haití el “honor” de ser los dos únicos países donde un cura católico llegó a presidente mantiene efectivamente un viejo idilio con la tragedia. Tanto es así que el mismo Augusto Roa Bastos en una oportunidad sentenció que el infortunio se había enamorado de su país
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