El escritor francés Michel Eyquem de Montaigne acuñó una frase que puede aplicarse como anillo al dedo al obispo Fernando Lugo: la cobardía es la madre de la crueldad.
Intolerante con los pobres, obsecuente con los ricos, esa es la máxima que tiene como norte el gobierno del obispo Fernando Lugo, todo un sumun de la más despreciable cobardía.
A pesar de los desesperados esfuerzos que hacen sus publicistas, y el mismo obispo derramando lágrimas en público en forma cotidiana, de presentar la situación como la de un bondadoso y magnánimo obispo de los pobres prisionero de los malvados "derechistas", es de público conocimiento que le debe la silla a la ultraderecha.
Fue su cobardía la que lo empujó a ordenar el asesinato de campesinos como Bienvenido Melgarejo, en defensa de los mismos terratenientes monoproductores de soja al servicio de Monsanto, que hoy pretende hacer pasar por sus antagonistas.
Por cobardía ordenò reprimir a sin techos, ocasionando la muerte de dirigentes sociales bajo los cascos de los caballos de la policía montada.
Por cobardía ordenò el arresto de centenares de campesinos sin tierras, permitió que Carmen Villalba sea torturada en su lugar de reclusión y envió a la cárcel a un dirigente social que esperaba ser recibido por él en los umbrales de la casa de gobierno.
Por cobardía hizo compromisos con Stroessner, con la secta Moon, con James Cason, con Aldo Zucolillo y Conrado Pappalardo. ¿Acaso puede presentarse hoy como víctima de la derecha, cuando que fue la derecha quien lo puso en el lugar donde hoy está?
Por cobarde acudió a besarle el anillo a George W. Bush, a Álvaro Uribe, a Felipe Calderón.
Por cobardía volvió a nombrar al ministro de Hacienda de su antecesor, un reconocido esbirro del Fondo Monetario Internacional.
Por cobarde permitió que sean vejados los líderes sandinistas por referentes en Paraguay del National Endowment for Democracy, una fundación creada casi exclusivamente para contrariar a los seguidores del general de Hombres Libres, Augusto César Sandino.
Sólo un cobarde es valiente con las mujeres, como escribió José Hernandez, y podríamos aplicarlo a su ministro Martín Heisecke, violento y misógino con sus subordinadas en el Ministerio de Industria y Comercio, y protegido por el obispo y su ministra Feminista Gloria Rubín, por haber facilitado su avión y su chequera para el proselitismo.
Por cobarde, Fernando Lugo integró un gabinete compuesto en su totalidad por personeros de la embajada norteamericana, comprometidos con las "fundaciones de la Libertad" de George W. Bush.
Por cobarde ordena a sus esbirros que difamen a sus críticos intentando descalificarlos, y por cobarde hoy se encuentra profundizando la penetración imperialista de Estados Unidos a través del Plan Umbral, la "guerra contra las drogas", el "combate al terrorismo" y otras coartadas de la embajada norteamericana para jalar de hilos como marionetas a los funcionarios que pagamos todos los paraguayos.
Tal vez convenza a las masas ignorantes influenciadas por el pensamiento mágico y el oscurantismo impuesto por la espada y la cruz durante cinco siglos de brutal dominación colonial y neocolonial, pero no todos somos permeables a las lágrimas de quien llora como mujer lo que no supo defender como hombre.
Ya lo sentenció Shakespeare: Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez.LAW
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