LUIS AGÜERO WAGNER -Un fuerte y extendido rumor, que incluso dio argumentos a la tercera parte de la famosa novela contacultural El Padrino de Mario Puzo, vinculó la muerte en 1978 del Papa Juan Pablo I con el estrepitoso derrumbe del Banco Ambrosiano durante el año 1982.
La relación difundida entre el Banco del Vaticano, principal accionista del Banco Ambrosiano, y la concentración de fondos secretos de Estados Unidos destinados al sindicatos de Europa del este y a los contras de Nicaragua, así como la pertenencia del presidente del banco (Roberto Calvi) a la ilegal logia masónica Propaganda Dos (P2), dejaron atónito al mundo. Nunca antes en toda la historia de la humanidad se había asistido a la revelación de que los designios divinos, administrados por su representación en la tierra, incluían inflar precios, financiar la difusión de informaciones falsas en el Corriere Della Sera, asegurar préstamos sin garantía, mantener cuentas secretas para dictadores como Somoza, financiar corruptos partidos políticos y sindicatos en Italia y el mundo, crear empresas fantasmas en las Bahamas y Sudamérica, tirotearse con armas de fuego con la mafia por las calles de Roma y hasta asesinar en un atentado terrorista al magistrado Emilio Alessandrini, el responsable de investigar el caso.
Para quienes aseguran ser los representantes de Dios en la Tierra y proclaman que su misión es velar por la salvación de las almas, ocuparse de asuntos tan terrenales como los avatares del vil metal siempre ha sido una cuestión sensible y conflictiva. Como siempre hay excepciones, uno de esos extraños hombres sin prejuicios para contaminarse las manos con dinero era el oportuno cardenal Paul Marcinkus, cuya huella parecen seguir algunos miembros de la misma santa madre paraguaya.
Marcinkus, presidente del Banco del Vaticano Istituto per le Opere di Religione, había sido director del banco Ambrosiano de ultramar, basado en Nassau, Bahamas. El cardenal demostró ser un verdadero agraciado para los operaciones financieras desde que tuvo en sus manos la misión de sanear las finanzas en saldo rojo de la iglesia post-Vaticano II, algo para lo cual inexorablemente debe inocularse el mal padecido a los demás. Marcinkus se había vinculado a través de la mafia italo-americana con Roberto Calvi, según la confesión que hizo el presidente de Banca Privada Michael Sidona y no precisamente a un cura sino ante el juez. De esa sociedad surgiría entre otros el Cisalpine Overseas Bank basado en el paraíso fiscal caribeño. Calvi y el banquero del Papa operaron juntos por la voluntad de Dios para destinar dinero a operaciones ocultas, pagar sobornos, mover dinero negro procedente de la evasión fiscal o lavar dinero de organizaciones criminales como el narcotráfico.
Un verdadero ejemplo de hombres piadosos aferrados a una fe que mueve montañas (de dinero, por supuesto).
Por supuesto que investigar sobre estos temas por pura ecuanimidad no figura entre las principales tribulaciones de una prensa que responde a la chequera de James Cason con tanta fidelidad como el Corriere della Sera respondía a la de Calvi y Marcinkus.
Relatan las crónicas que el banco Ambrosiano fue fundado en 1896 para servir “a organizaciones morales, trabajos piadosos y cuerpos religiosos instalados para las ayudas caritativas”, aunque terminó sirviendo a bandas criminales, organizaciones inmorales y trabajos impíos. En su prontuario quedaron marcados a fuego intervenciones sangrientas en el tercer mundo, asesinatos como el de Roberto Calvi, el extraño suicidio de su secretaria que saltó desde su oficina por la ventana del edificio, la eliminación de Gérard Soisson, encargado de la compañía Clearstream que fue encontrado muerto en Córcega, el atentado perpetrado por el jefe mafioso Danilo Abbruciati contra el vicepresidente del banco, Roberto Rosome, y hasta las sospechas de haberse involucrado en el asesinato de Su Santidad.
Dios y la virgen nos protejan de un caso paralelo, que una falsa ilusión óptica nos hace entrever en el origen y los objetivos de algunos grupos aglutinados en torno al obispo Fernando Lugo, sobre todo sus financistas de la Secta Moon, la prensa subsidiaria de las fundaciones anexas a la CIA y la caterva de corruptos de su entorno.
EL MARCINKUS PARAGUAYO
Apoyado por los sectores más retardatarios de la sociedad paraguaya, como los Maccartistas propietarios de medios de comunicación que prosperaron empresarialmente gracias al dictador anticomunista Alfredo Stroessner, saltó a la arena política el clérigo Fernando Lugo.
Al poco tiempo de su intempestiva aparición en el escenario, dejó de lado a los sectores revolucionarios para abrazarse con los exponentes más representativos en Paraguay del entramado imperialista montado por la IAF-NED y USAID, así como para acercarse a sectores de funestos antecedentes en materia administrativa.
Durante sus visitas a Buenos Aires, fue un constante beneficiado de la Secta Moon, y a poco de su triunfo electoral, su primer viaje fue a Corea para prometer garantías de inversión a empresarios de dicho grupo.
En la capital argentina fue varias veces huésped de Moon en el Hotel Dos Chinos, en el barrio porteño de la Boca.
Hoy ha iniciado la campaña contra el Mercosur utilizando como pretexto algunos conflictos internos de la empresa binacional Yacyretá, que administra una represa hidroeléctrica compartida entre Paraguay y Argentina.
En los días pasados presentó a su gabinete, en su totalidad integrado por referentes del neoliberalismo y agentes de James Cason, representante en Paraguay de George W. Bush.
De acuerdo al informe de actividades de las agencias norteamericanas y los planes para el nuevo siglo pueden encontrarse los siguientes datos sobre estos puntales del luguismo:
GESTION LOCAL (Raúl Monte Domecq y Guillermina Kanonnikoff). Recibe fondos de USAID "para la publicación de material didáctico para comisiones vecinales". Vale recordar que USAID es una organización del imperio que otrora proveyó identificaciones a torturadores y represores enviados para defender el inicuo sistema de dominación pro-imperialista en el Cono Sur. Cuando los Tupamaros secuestraron al famoso adiestrador de represores Dan Mitrione en Uruguay, le incautaron credenciales del BID y de USAID, entre otras.
CASA DE LA JUVENTUD-PARAGUAY- PARTIDO MOVIMIENTO AL SOCIALISMO. En el 2004 la Casa de la Juventud recibió 127.000 dólares, por dos años, que "proporcionará apoyo institucional, educativo y técnico a organizaciones para jóvenes. La donación de la IAF apoyará la participación de los jóvenes en audiencias públicas, fortalecerá sus destrezas para la búsqueda del consenso y financiará el diseño de campañas públicas de información y el otorgamiento de pequeñas donaciones a jóvenes paraguayos de aproximadamente 10 localidades. "La Casa" espera beneficiar a cerca de 4.200 jóvenes de vecindarios de bajos ingresos". Sus referentes principales son Rocío Casco y Karina Rodríguez. (Nota: Camilo Soares, vinculado a la Casa de la Juventud, y Richard Ferreira, del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), asistieron a la Segunda Asamblea del Movimiento Mundial por la Democracia, organizada por la National Endowment for Democracy, realizada en la ciudad de São Paulo, Brasil, del 12 al 15 de noviembre del año 2000. World Movement for Democracy - Second Assembly Report- Fuente)
También vale acotar que Camilo Soares fue integrante de la agrupación Patria Libre, vinculada por los organismos represivos a varios secuestros , sin haber sufrido jamás persecución, hecho que ha generado suspicacias entre los integrantes de PPL refugiados en el exterior o detenidos en cárceles de Paraguay.
FREEDOM HOUSE. (Casa de la Libertad) fue fundada en 1941, "para consolidar las instituciones libres en el país y en el extranjero". Actualmente cuenta con 4.000 miembros. La Casa de la libertad ha recibido y recibe financiamiento del gobierno de los EEUU a través de la National Endowment for Democracy (NED). Este fondo se canaliza a través de la Casa de la Libertad para organizaciones privadas en el extranjero. Los beneficiarios de la NED, a través de la Casa de la Libertad, incluye a países como Sudáfrica, la ex Unión Soviética, Costa Rica, Paraguay, El Salvador, Honduras, Guatemala, Pakistán, Polonia, Hungría, etc. Por consiguiente, la Casa de la Libertad funciona como un embudo por donde pasan los fondos que concede la NED. Un ejemplo en Paraguay es Radio Ñandutí, que a través de la Casa de la Libertad ha recibido importantes sumas de dinero de la National Endowment for Democracy (NED).
Leonard Sussman, agente de la CIA y Director Ejecutivo de la Casa de la Libertad, realizó una visita a Paraguay a fines de 1987, siendo uno de sus principales favorecidos el sr. Aldo Zucolillo, quien a través de su diario ABC Color publicitó entusiastamente la candidatura de Fernando Lugo. El obispo por su parte acusó sumisión a las pautas editoriales del periódico en varios temas, como el de Itaipú y Yacyretá, utilizados por Zucolillo para atacar al MERCOSUR en beneficio de intereses norteamericanos.
La NED es un organismo creado como alternativa a la CIA por el imperio, hoy controlado por la mafia batistiana, donde brillan criminales como Luis Posada Carriles, Adolfo Franco, etc.
También se cuentan entre empleados de Zucolillo exponentes como Julio Benegas, signatario de acuerdos con la AFL-CIO, reputado peón en los fraudes imperialistas.
El 21 de setiembre de 2005 fue firmado entre el Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SITRAPREN) y el auspicio del Centro Americano para la Solidaridad Sindical Internacional de la AFL-CIO, un proyecto con miras a lograr el fortalecimiento sindical en ambos sindicatos. El proyecto se firmó en Asunción con la presencia del representante del Centro de Solidaridad, oficina para Sudamérica, Sr. Bryan Finnegan.
LA AFL CIO
La AFL-CIO ha apoyado todas las grandes guerras imperialistas de los USA (Corea, Vietnam, Afganistán, Yugoslavia e Irak), así como todas las grandes intervenciones estadounidenses (Guatemala 1954, Chile 1973, Guayana 1955, Irán 1955, Panamá 1980, Granada 1983 y Venezuela en el 2002.
LA AFL Y LOS SINDICATOS DE EUROPA
La AFL CIO tiene un largo historial de fraudes pro-imperialistas, en complicidad con la CIA norteamericana, desde que había tenido un relevante papel en romper huelgas en Europa, y en crear sindicatos alejados del Partido Comunista, a partir de la década de 1950.
En mayo de 1967, Thomas W. Braden, un ex colaborador de Allen Dulles al frente de la CIA, confesó el papel decisivo de la agencia de inteligencia norteamericana en la creación de sindicatos títeres en Europa Occidental, en particular de la Force Ouvriére en Francia.
La CIA había aportado ya en el invierno de 1947, fuertes sumas de dinero para quebrar la oleada de huelgas y escindir sindicatos, en una operación que contó con la participación de Jay Loveston, ex dirigente del partido comunista americano en los años treinta y director de la American Federation of Labor (AFL), e Irving Brown, representante de la AFL –y luego desde 1955, AFL-CIO- en Europa.
El 8 de mayo de 1967 el New York Times publicó que "Cuando Jay Lovestone e Irving Brown no dispusieron de más dinero, apelaron a la CIA citando proyectos análogos que abrigaban para Italia y para otros países de Europa Occidental. Las primeras sumas las habían recibido de la CIA a fines de los años cuarenta".
AFL-CIO en HAITÍ
Cuando en Haití despareció el aliado de Estados Unidos, el sanguinario dictador Duvalier, el imperio tenía para este país la forma habitual de democracia con la opción preferencial para los ricos, especialmente si eran norteamericanos. El Departamento de estado abordó para el efecto al AIFLD, filial de AFL-CIO (Federación Norteamericana del Trabajo y Congreso de las Organizaciones) para que se uniera a sus esfuerzos en Haití "debido a la presencia de sindicatos radicales y al elevado riesgo de que otros sindicatos se puedan radicalizar".
AIFLD se unió, ampliando el apoyo que había prestado desde 1984 a un grupo sindical gestionado en parte por la policía de seguridad de Duvalier. Como preparativo para las elecciones, el NED (National Endowment for Democracy) amplió su apoyo a varias otras organizaciones, entre ellas una supuesta organización de derechos humanos encabezada por un antiguo ministro de Duvalier, Jean Jacques Honorat.
Por medio del Instituto Puebla, de orientación derechista, el NED también proporcionó fondos a Radio Soleil, que se había opuesto a Duvalier pero cambió su postura, pasándose a la derecha bajo influencia de la jerarquía católica conservadora. Similares cooptaciones sucedieron en Paraguay en los últimos meses de Stroessner.
Todos los grupos comprados por la CIA en Haití jugaron posteriormente un papel preponderante en la desestabilización de Jean Bertrand Aristide.
SON CORRUPTOS, PERO SON "NUESTROS" CORRUPTOS
Para saber dónde estan los corruptos a quienes nadie molesta en Paraguay, basta averiguar sobre los gestores de la candidatura del clérigo-presidente Fernando Lugo.
La candidatura de Fernando Lugo, hoy presidente, fue impuesta de forma cuasi prepotente por un puñado de activistas de partidos recién creados, muchos de los cuales ya se encontraban fuera de la legalidad o carecían de ella por no haber llenado aún los requisitos establecidos por la justicia electoral.
Sin embargo, muchos de estos grupos empezaron a ser publicitados por la prensa vinculada, NED y USAID mediante, con la embajada norteamericana.
Unos grupos invariablemente vinculados a las ONGs y a la prensa mediática se valieron de la peor escoria de la politiquería paraguaya, que hoy no aparecerían ni por casualidad en las encuestas de intenciones de votos, y que en algunos casos como el Partido Demócrata Cristiano o el Revolucionario Febrerista, no obtuvieron la cantidad de votos necesaria para mantener su personería legal.
A pesar de todo, estos marginales de la política se llenaron la boca
repitiendo que la candidatura del obispo, la había elegido “el pueblo”.
Entre los responsables de la candidatura del obispo se encontraba también el “coherente” senador Carlos Filizzola Pallarés, proveedor de fondos brasileros para la campaña oficialista por las internas coloradas de febrero del 2006, demandado por prestación de alimentos por la madre de sus hijos, con funestos antecedentes de haber dilapidado el erario público con depósitos en financieras fantasmas durante su administración municipal.
En segunda fila, aparecían los personeros del Encuentro Nacional, representantes políticos de falsos y fracasados empresarios incapaces de sembrar una hectárea de algodón, sin solicitar subsidios al estado, ni de realizar la más miserable inversión sin créditos obtenidos con el beneplácito del gobierno. Y como si no bastase todo eso, personajes que sirvieron como incondicionales lacayos al ex presidente Luís Angel Gonzalez Macchi, durante el cual se lanzaron sobre el erario público como una desahuciada manada depredadora.
El principal candidato de dicha corriente, Emilio Camacho, en plena campaña, utilizando una camioneta del Parlamento para hacer proselitismo, atropelló a transeúntes a los que dejó tendidos sin vida a la vera del camino.
Mas atrás en la fila aparecía el (Partido Revolucionario Febrerista, que ya en las elecciones del año 2003 subastara la candidatura de Diputado a un prófugo de la justicia, el ex ministro de Justicia Silvio Ferreira.
Al frente del partido se encontraba un personaje que se había apropiado en forma irregular de camionetas a la agrupación, y para lograr su nominación había dado su aval al represor Juan Manuel Morales, ex operativo de la policía política, a cambio del cobro en forma irregular de un subsidio del estado a su partido.
El personaje en cuestión, Nils Candia, fue nota tiempo antes por su expulsión de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, luego de forzar cerraduras del local de dicho órgano para robar documentos que le comprometían en dilapidación indebida de fondos.
El titular Demócrata Cristiano, Gerardo Rolón Pose, había sido acusado por sus correligionarios de haber enajenado la sede partidaria para no cumplir con las leyes laborales, que le obligaban a pagar una fuerte suma de indemnización a la familia de una recepcionista del partido asesinada en su lugar de trabajo.
Aunque estos grupos solo constituían una caterva de autoproclamados representantes de partidos fantasmas y extintos, todos ellos pretendieron representar a las grandes masas ciudadanas de la república cuando digitaron la candidatura del obispo, evidentemente inducidos por factores mucho más relevantes.LAW
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NOTA: MARCINKUS. En 1972 se produce un hecho decisivo: el cardenal Marcinkus vende la Banca Católica del Véneto al Banco Ambrosiano de Roberto Calvi sin consultar al obispado de la región, con tan mala suerte para todos que el obispo era el cardenal Albino Luciani, que llegaría a papa seis años después con el seudónimo de Juan Pablo I.
Cuando Luciani se entera, pide entrevistarse inmediatamente con Marcinkus y se produce un enfrentamiento brutal entre ambos, lo cual significa un enfrentamiento con la CIA, la mafia, la logia P2, gladio, la OTAN, en fin con todo el poder tan sólidamente establecido desde 1945.
Por su parte Luciani se da cuenta de que las cosas están mucho peor de lo que cabía imaginar, de que la corrupción ha gangrenado todo el dispositivo vaticano, enredándole en los más mezquinos asuntos que, por lo demás, están a punto de reventar.
Además, el secretario de Estado del Vaticano, Giovanni Benelli, el hombre de confianza de Pablo VI, le informa a Luciani de la existencia de un acuerdo secreto entre Roberto Calvi, Michele Sindona y Marcinkus para aprovechar el amplio margen de maniobra que tenía el Vaticano para realizar evasiones de impuestos y movimientos de divisas.
Pero ¿quién es exactamente Marcinkus?
Nacido el 15 de enero de 1922 cerca de Chicago, Paul Marcinkus se ordenó sacerdote en 1947 y fue adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores del Vaticano. En 1964 fue guardaespaldas del Papa Pablo VI, su consejero de seguridad y, sobre todo, confidente del secretario del Papa, Pasquale Macchi, miembro de la logia P2. Pablo VI le nombró obispo y luego secretario del Banco Vaticano.
Su mentor era John Patrick Cody, obispo de Chicago desde 1965. Cody había pasado un tiempo en Roma, trabajando en el Colegio Norteamericano y posteriormente en la Secretaría de Estado, convirtiéndose en un hombre muy próximo a Pío XII y al futuro Pablo VI.
De regreso a Estados Unidos a principios de los años setenta, Cody canalizaba la mayor parte de las inversiones del Vaticano en la bolsa estadounidense a través del Banco Illinois Continental, en Chicago. Cody y Marcinkus eran amigos y trabajaron estrechamente en estas transacciones bancarias. Cody desviaba los dólares de Chicago a Polonia vía Vaticano, lo que siempre fue muy apreciado por el papa polaco, que se convirtió en su más fiel valedor. En todas sus diócesis el obispo Cody desviaba los fondos a la cuenta de una amante, de manera que por donde pasó (las diócesis de Nueva Orleans y Kansas) dejó un reguero de estafas. En 1970 invirtió ilegalmente dos millones de dólares en acciones de Penn Central y sólo unos días más tarde la empresa quebró. En 1973 fue investigado por el FBI por su participación directa en el lavado de dinero de la mafia por el Banco Vaticano.
En enero de 1981 un Jurado Federal citó a Cody para comprobar sus archivos financieros pero el obispo rechazó la petición. En septiembre, el Chicago Sun Times publico una colección de graves crímenes cometidos por el obispo. En abril de 1982 murió y, con él, la investigación sobre sus crimenes.
Sindona le presentó a Calvi a Marcinkus en 1971, entablando relaciones muy estrechas entre los tres. Una de las ramificaciones de Banco Ambrosiano en Nassau tiene a Marcinkus en su Consejo de Administración. A comienzos de 1980 el Vaticano tuvo que prohibir expresamente que Marcinkus y los cardenales Giuseppe Caprio y Segio Guerri declararan a favor de Sindona, que estaba siendo juzgado en Estados Unidos por estafa, conspiración y malversación de fondos relacionados con la quiebra del Franklin National Bank.
Marcinkus decidió comprar acciones a grandes multinacionales como Coca Cola, IMB o ITT y revenderlas en bolsa con beneficios pero para hacer más fructíferas esas inversiones, recurrieron a falsificaciones de la mafia norteamericana. Sin embargo, los duplicados fueron tan malos que no lograron convencer a ningún comprador.
Marcinkus nunca fue a la cárcel gracias a la protección diplomática del Vaticano. El secretario de Estado, Henry Kissinger, estaba a punto de solicitar la extradición de Marcinkus cuando estalló el escándalo Watergate. Ni siquiera fue removido de sus cargos. Es más, Wojtyla le ascendió: era un hombre muy agradecido y sabía devolver los favores.
Juan Pablo I: envenenado en 1978
Desde el primer tropiezo de Luciani con Marcinkus en 1972 hasta su elección como papa en 1978, transcurren sólo seis años. El 27 de agosto de 1978, gracias al trabajo entre bastidores realizado por Bennelli, más del 80 por ciento de los votos de los cardenales se inclinan a favor de Luciani, lo que provoca la indignación de los cardenales más reaccionarios, vinculados al imperialismo estadounidense, la mafia y el lavado de dinero, que se habían quedado en minoría en la defensa de su hombre fuerte, el polaco Karol Wojtyla. El secretario de Estado del Vaticano Jean Villot, un operador de Washington y de la mafia financiera en la Santa Sede, declaraba públicamente antes del ascenso de Luciani: He encontrado al futuro papa: será el cardenal Wojtyla.
Se quivocó. Nada más acceder a la cúspide de la Iglesia, el nuevo papa Juan Pablo I decide destituir a Marcinkus: otro golpe a la mafia y a los imperialistas de la Casa Blanca. Todo esto sonaba a depuración, a saneamiento de la cloacas y, ante ello, en Washington se echan a temblar. Luciani chocaba con los intereses enquistados en la cúpula del Vaticano, de los cuales se valía Washington para consolidar su alianza con la Iglesia Católica. Existía el riesgo de que las sólidas conexiones financieras y políticas de la mafia italo-norteamericana en el Vaticano quedaran cortadas de raíz .
Bajo la batuta del arzobispo genovés Giussepe Siri, la Casa Blanca había recorrido los pasillos intrigando para imponer a su candidato, el polaco Karol Wojtyla, y siguieron conspirando tras la fumata blanca para derribar a Luciani, que se disponía a revisar la estructura de la Curia, corroída por los servicios de inteligencia estadounidenses asentados en Roma. Según relata Camilo Bassoto, periodista veneciano y amigo personal de Juan Pablo I, Luciani pensaba tomar abierta posición, incluso delante de todos, frente a la masonería y la mafia.
Luciani sólo duró 33 días en su pontificado, los suficientes para dar lugar a una conspiración contra su vida. Se convirtió inmediatamente en el hombre que debía morir. El 28 de septiembre de 1978 Juan Pablo I firmó el relevo de Marcinkus como jefe del Banco Vaticano por el cardenal Abbo. A las 6'45 de la mañana del día siguiente apareció muerto en su cama. En ese momento Marcinkus se encontraba en el patio cercano al Banco del Vaticano pero su residencia no estaba dentro de Vaticano sino a 20 minutos de allí. Su presencia en el Vaticano a aquella hora nunca ha sido explicada porque no era precisamente muy madrugador.
Todo parece indicar que utilizaron una dosis extremadamente fuerte de un vasodilatador, Effortil o Cortiplex. Le encontraron muerto con papeles sobre las destituciones que iba a efectuar e informes sobre actividades de la Banca Vaticana dispersos encima de la colcha y por el suelo. Su muerte no fue pues instantánea, ni estando dormido. Cuando llamaron al siniestro cardenal Villot, se apoderó inmediatamente de todos los papeles antes de interesarse por el difunto papa. Luciani tenía siempre junto a su cama un frasco de Efortil, medicamento que le regulaba la baja tensión arterial: Villot lo hizo retirar inmediatamente.
23 días antes de su fallecimiento, Luciani había tomado té en el Vaticano con el metropolitano Nikodim, patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa de Petersburgo. Por cortesía, esperó a que el patriarca ruso empezase a beber antes que él y, cuando iba a llevar sus labios a la taza, vio cómo el patriarca se desplomó muerto. Nadie analizó el té. ¿Intentaron asesinar a Juan Pablo I y el sirviente confundió las tazas? La Iglesia católica contabiliza ya 40 asesinatos pontificios, muchos de ellos por envenenamiento...
Tras la muerte de Luciani, en su condición de secretario de Estado, Villot tomó las riendas del Vaticano y su conducta sospechosa atrajo enseguida la atención de la prensa, que reclamó una autopsia. Villot se negó también. Murió sólo seis meses después del papa...
Era el comienzo de un sangriento rosario de cadáveres:
— el 29 de enero de 1979 fue asesinado el magistrado de Milán Alessandrini, que investigaba el caso de Banco Ambrosiano
— en marzo de 1979 fue asesinado un periodista que estaba investigando los negocios de Sindona y la conexión vaticana con el narcotráfico y la mafia
— el 11 de julio de 1979 fue asesinado Giorgo Ambrosoli poco después de que declarara sobre los vínculos que mantenía Sindona con el Banco Ambrosiano de Milán dirigido por Roberto Calvi, así como con Marcinkus y la logia P2. Ambrosoli era un abogado que había investigado a Sindona durante 5 años acumulando numerosas pruebas en su contra
— pocos días después fue asesinado el teniente coronel Antonio Varisco, jefe de Seguridad de Roma que había interrogado a Ambrosioli
— en octubre de ese año explota una bomba en el apartamento de Enrico Cuccia, director de Mediobanca que había declarado oír a Sindona amenazar de muerte a Giorgio Ambrosoli
— en mayo de 1980 Sindona intenta suicidarse en la cárcel y en junio es condenado a 25 años de prisión
— Roberto Calvi intenta suicidarse en la cárcel, a donde va a parar acusado de estafa; la Banca Vaticana asume la deuda de más de 1.000 millones de dólares que habían contraído varios Bancos controlados por Calvi
— en abril de 1982 intentan asesinar a Roberto Rosone, director general del Banco Ambrosiano que estaba intentando limpiarlo
— el 18 de junio de 1982 Roberto Calvi se ahorca en el puente Blackfriars de Londes y días más tarde se descubre un agujero de 1.300 millones de dólares en el Banco Ambrosiano de Milán
— en octubre de 1982 Giuseppe Dellacha, ejecutivo del Banco Ambrosiano, se cae por una ventana del Banco
— a finales de 1983 Michele Sindona es encontrado muerto, envenenado, en la cárcel de máxima seguridad italiana de Voghera, a donde había sido extraditado desde Nueva York
El magnicidio de Luciani fue preparado por la CIA para poner en su lugar al papa polaco con el que pensaban atacar a los países del este de Europa. Fue el inicio del desmantelamiento del telón de acero. El papa fue envenenado el 28 de septiembre de 1978. Fue el segundo papado más breve de la historia desde León XI, quien murió en abril de 1605, menos de un mes después de su elección.
El papado de Wojtyla se creó, pues, gracias al asesinato de su antecesor. La santa mafia se había liberado de la depuración y ya tenía a uno de los suyos en lo más alto. A su vez, Wojtyla sería objeto de un intento de asesinato tres años después... En Roma había más crímenes que en los peores años de Chicago.
Declaraciones públicas de personajes clave desmintieron la versión oficial sobre el súbito deceso de Luciani. Tras su muerte, la teoría del envenenamiento de Juan Pablo I comenzó a circular por los pasillos del Vaticano. Los rumores casi se transformaron en evidencia al negarse Jean Villot, secretario de Estado del Vaticano, a realizar la autopsia al cadáver del papa Luciani: Debo reconocer con cierta tristeza que la versión oficial entregada por el Vaticano despierta muchas dudas, señaló el cardenal brasileño Aloisio Lorscheider a The Time el 29 de septiembre de 1998.
El investigador británico David A. Yallop en su libro En el nombre del Padre habla claramente de asesinato. Los hermanos Gusso, camareros pontificios y hombres de la confianza del Papa Luciani, fueron destituidos unos días antes de su fallecimiento, a pesar de la oposición del secretario papal, Diego Lorenzo. El obispo irlandés John Magree, que había sido secretario privado de Luciani, negó que él hubiese encontrado el cadáver del papa muerto sino Vicenza, una de las monjas que lo atendían. Días antes de su muerte, un médico vaticano advirtió al papa que tenía el corazón destrozado. John Cornwell en su libro A thief in the night (Un ladrón en la noche: la muerte del papa Juan Pablo I) asevera que nadie en el Vaticano se preocupó de la enfermedad de Luciani.
Tras las primeras depuraciones, la Casa Blanca había amenazado a Luciani claramente. Por eso, desde el momento en que accedió al poder, Juan Pablo I realizó obsesivas predicciones a sus colaboradores más fieles de que su papado sería corto. El irlandés John Magree recuerda que estaba constantemente hablando de la muerte, siempre recordándonos que su pontificado iba a durar poco. Siempre diciendo que le iba a suceder el extranjero. El extranjero era el polaco Wojtyla. El propio Magree, amigo del todopoderoso cardenal Marcinkus, cuenta que, poco antes de morir, el papa le dijo: Yo me marcharé y el que estaba sentado en la Capilla Sixtina en frente de mí, ocupará mi lugar. Fue el propio Wojtyla, ya convertido en Juan Pablo II, quién confirmó a Magree que, en el momento de la elección papal, él se encontraba casi de frente a Luciani.
Desde Florencia las palabras del cardenal Benelli en conferencia de prensa resonaron terroríficas: La Iglesia ha perdido al hombre adecuado para el momento adecuado. Estamos muy afligidos. Nos hemos quedado atemorizados. El pánico se había adueñado de la Curia; todos tenían miedo y nadie se atrevía a hablar de lo que pensaban.
El general del ejército estadounidense y antiguo subdirector de la CIA, Vernon Walters, contó en un libro de memorias escrito poco antes de morir, que fue quizá él quien ayudó al Espíritu Santo en la elección de Wojtyla, y puede que colaborase en la muerte del papa Luciani.
¿Que seudónimo clandestino utilizaba Gelli para presentarse? Según la esposa de Calvi se llamaba a sí mismo por el sobrenombre de Luciani...
Ya papa, Wojtyla se negó a que funcionarios de la Banca Vaticana sospechosas del envenenamiento de Luciani prestasen declaración,ante los jueces italianos e incluso destruyó pruebas.
El asesinato de Luciani se produjo, pues, en un contexto internacional clave:
— en plena etapa final de la guerra fría desatada por Washington contra los países del Pacto de Varsovia.
— en Italia estaba en auge la posibilidad de una alianza de la democracia cristiana con los revisionistas del PCI a la que se oponía Estados Unidos, la OTAN y sus sucursales sobre el terreno: los servicios secretos, Gladio, la logia P2, la mafia y los fascistas.
— en Latinoamérica la teología de la liberación, nacida al calor del Concilio Vaticano II, se había convertido en un problema para las oligarquías locales y el imperialismo norteamericano, empeñado a fondo en los golpes de Estado fascistas (Chile, Argentina, Uruguay) y en los escuadrones de la muerte para contener la revolución.
En América Latina, las dictaduras militares desarrollaban su guerra antisubversiva de la mano de las altas jerarquías católicas, imbuidas de la Doctrina de Seguridad Nacional que santificaba las andanzas represivas de las dictaduras fascistas nacidas por golpes de Estado militares.
Toda esa política del Vaticano fue avalada y consentida por Juan Pablo II, quien se prestó al exterminio militar del comunismo ateo en Europa del este y en América Latina. En esa persecución feroz fueron asesinados, entre otros, monseñor Óscar Romero en 1980 e Ignacio Ellacuría en 1989, éste junto a otros cinco jesuítas de la Universidad Centroamericana y dos mujeres.
El polaco Wojtyla era el hombre del imperialismo estadounidense en el Vaticano, el de la logia P2, de la mafia y de Gladio. Marcinkus volvió a su puesto al frente del Banco Vaticano y comenzó a desviar ilegalmente millones de dólares del Banco, vía Banca Ambrosiana, a la financiación del sindicato polaco Solidaridad y los grupos nazis operativos tras el telón de acero.
El 28 de septiembre de 1981, aniversario del asesinato de Luciani, Wojtyla ascendió a Marcinkus a arzobispo y presidente de la Comisión Pontifical del Vaticano, un cargo de gobernador del Estado teocrático y, naturalmente, conservó su puesto como jefe del Banco Vaticano.
Ante las dificultades financieras causadas por la quiebra del Banco Ambrosiano, el papa se puso en las manos del Opus Dei con sus conexiones en Estados Unidos y España: Continental Illinois Bank, Banco Popular Español, Esfina, Banco Atlas, Bankunión, Fundación General Mediterránea, Rumasa, entre otros. Por eso en octubre de 1982 una de las primeras medidas del gobierno socialista de Felipe González, recién llegado al gobierno en España, fue la expropiación de Rumasa.
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