LUIS AGÜERO WAGNER- La prensa que llevó al poder al obispo Fernando Lugo es la más férrea defensora de terroristas, que en Paraguay se dedican al tráfico de transgénicos y ataques a la población campesina con letales agrotóxicos.
Como parte de sus alegatos en defensa de los traficantes de transgénicos que agraden a la población campesina paraguaya como si fueran sampanes vietnamitas a quienes fumigar con NAPALM y agente naranja, el periódico cuestiona el apelativo de “terrorismo” aplicado al gremio agro-exportador.
Uno de los principales defensores del rubro es el diario Ultima Hora, un periódico fundado con dinero público para servir de propaganda a la dictadura del general Alfredo Stroessner. Aunque el diario debe volver al estado, nadie se preocupa del caso debido a la impunidad reinante en el Paraguay.
El diario ABC color de la capital paraguaya, vocero oficioso del obispo Fernando Lugo durante su campaña electoral que culminó el 20 de abril, también es conocido por constituirse en férreo defensor de terroristas de toda índole que incluyen al rubro sojero.
Como parte de sus alegatos en defensa de los traficantes de transgénicos que agraden a la población campesina paraguaya como si fueran sampanes vietnamitas a quienes fumigar con NAPALM y agente naranja, el periódico cuestiona el apelativo de “terrorismo” aplicado al gremio agro-exportador.
"Los agroquímicos solo se convierten en “agrotóxicos” en el Paraguay. ¿Será acaso que solamente en nuestro país los productores de soja han recurrido a sustancias químicas distintas a las que se usan en esos otros países? Nadie lo aclara" afirma el editorial de hoy miércoles 1º de Octubre de 2008, en un nuevo rebuzne de su director, Aldo Zucolillo, conocido capo- mafioso incapaz de redactar una esquela.
INTOXICADOS POR AGROTÓXICOS EN PARAGUAY
Para conocer la gravedad y actualidad del problema que los agrotóxicos en Paraguay, puede visitarse el sitio:
http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/46571
Según la crónica publicada en el lugar, el lunes 22 de diciembre se fumigó un sojal a 50 en la ciudad de Vaquería, Caaguazú. La fumigación se ejecutó en la tarde con un calor tremendo. Hasta ahora son 8 los intoxicados que acudieron a la clínica privada del doctor Nimio González".
El día lunes 22 de diciembre se fumigó un sojal a 50 metros de un nuevo barrio de ampliación de la ciudad de Vaquería, Caaguazú. El sojal de unas 20 hectáreas pertenece a la familia Duarte del distrito de Yhú. La fumigación se ejecutó en la tarde con un calor tremendo. Hasta ahora son 8 los intoxicados que acudieron a la clínica privada del doctor Nimio González. 6 de ellos son Juana Ojeda (34), E. C. (3), G. A. (16), Noelia Vera (49), M. A. (16) y T. V. (14).
Las victimas tienen síntomas de intoxicación aguda por plaguicidas como dolor de estómago, dolor de cabeza, vómito y diarrea. Los intoxicados son todos pobladores de este nuevo barrio al lado del cultivo de soja. El doctor González ya diagnosticó intoxicación por agrotóxicos a pesar de la presencia y presión del actual intendente de Vaquería, Anastasio Vero López (PLRA). El intendente es uno de los grandes productores de soja en el distrito y hace poco opinó frente a periodistas extranjeros que en Paraguay no hay ningún caso de problemas de salud humana por agrotóxicos. Esta entrevista se puede ver en internet aquí. Parece lógico que el intendente trate de encubrir los hechos ocurridos que lo dejarían muy mal parado.
Por esta situación peculiar es importante la difusión de informaciones objetivas y de primera mano. En Vaquería ahora mismo, las organizaciones sociales están movilizados y en alerta para garantizar y salvaguardar la salud de la población. El ministerio de salud prevé mandar una unidad móvil al lugar para tomar muestras de sangre de las víctimas.
NO EXISTE LA BASURA TÓXICA
Ya una década atrás evidenció desconocer el negocio del tráfico de basura tóxica, y negó la conexión paraguaya para exculpar a un general narcotraficante y golpista con quien tenía comprometidos negocios.
EL "MILAGRO SOJERO" PARAGUAYO
La solución al excedente de producción de la agricultura norteamericana, eterno dilema, consistió en que el resto del mundo comiera como lo hacen los estadounidenses, convertir a los millones de asiáticos comedores de arroz en consumidores de trigo era la solución perfecta para los alimentos sobrantes en Estados Unidos. Para exportar la dieta estadounidense, la buena alimentación resultaba siempre la excusa perfecta.
El único trigo que había alimentado siempre a los japoneses era el contenido en los fideos, pero a partir de 1946 el general Douglas MacArthur ordenó convertirlo en panificados para alimentar a escolares y civiles. Los pollos se exportaron a Alemania con tanto éxito que los alemanes se volvieron adictos a los pollos, y pronto comenzaron a desarrollar su propia industria de pollos barrilleros. A comienzos de la década de 1960 el cambio dietético teutón derivó en la “guerra de las gallinas”, dado que Estados Unidos protestó por el proteccionismo alemán para su industria de pollos. Los norteamericanos perdieron la batalla pero ganaron la guerra, dado que su maíz se utilizó desde entonces para alimentar a los pollos alemanes.
En Taiwán, el presidente Chiang Kai Shek prestó su colaboración a los estadounidenses ordenando a sus propagandistas que anunciaran a través de la publicidad oficial que comer trigo era patriótico. Un admirador sudamericano de Chiang que hasta confirió su nombre a importantes avenidas, el dictador neo nazi Alfredo Stroessner, incluso permitió a los norteamericanos rediseñar las universidades paraguayas de tal suerte a que enseñaran lo que le viniera en gana al imperio.
Poco tardaron los “expertos” asignados a la tarea en convertir a ingenieros agrónomos y a profesionales médicos paraguayos en agentes de venta de Monsanto, Cargill, Continental o los grandes laboratorios de la industria farmacéutica.
Al mismo tiempo, los responsables de la reforma agraria se abocaban a un gigantesco negociado con las tierras destinadas a los campesinos, vendiéndolas a colonos brasileños para ser convertidas en feudos de Monsanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario