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domingo, 25 de enero de 2009
SAN ROMERO DE AMÉRICA Y SU IMITADOR TORTURADOR
LUIS AGÜERO WAGNER- "Me siento orgulloso de pisar la tierra de San Romero de América", dijo en El Salvador Fernando Lugo, que visitó el lugar tres décadas después del asesinato del verdadero "obispo de los pobres", Arnulfo Romero.
Óscar Arnulfo Romero y Galdámez conocido como Monseñor Romero, fue un sacerdote católico salvadoreño, cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador, quien se volvió célebre por su prédica en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral.
La opinión pública le dio el título de "obispo de los pobres", que inmerecidamente quisieron endilgar a otro obispo que hasta ahora sólo ha ejecutado pobres desde su encumbrada posición, en Paraguay. El último de ellos fue Martín Ocampos, en la colonia Jorge Sebastián Miranda, en el contexto del operativo de extensión del Plan Colombia a Paraguay que se lleva adelante en el departamento de San Pedro, por orden de Lugo.
Fernando Lugo es un obispo jubilado a quien convocaron los corruptos politiqueros paraguayos desesperados ante un bloque de poder al que no podían derrotar electoralmente, y a quien periodistas conocidos por su servilismo a la mafia quisieron adaptar el título que se había ganado Romero.
Mientras el primero se encargó de denunciar las violaciones de derechos humanos que realizaba el gobierno de su país, el segundo siendo gobierno se ha abocado a perpetrar él mismo las violaciones de derechos humanos. Precisamente esta semana, nuestro falso obispo de los pobres desoyó el desesperado pedido de los campesinos de poner fin a la represión, desatada por el clérigo-presidente para complacer a sus aliados y financistas de la ultraderecha:
www.lanacion.com.py/noticias.php
El asesinato de Romero provocó la protesta internacional en demanda del respeto a los derechos humanos en El Salvador. Él es uno de los diez mártires del siglo XX representados en las estatuas de la Abadía de Westminster, en Londres.
Dentro de la Iglesia Católica se le consideró un obispo que defendía la "opción preferencial por los pobres". En una de sus homilías, Monseñor Romero afirmó: "La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación."
Es célebre el llamamiento de Arnulfo Romero al ejército salvadoreño, pidiéndole que respete los derechos humanos, en tanto su imitador Fernando Lugo ha llamado al ejército paraguayo a defender a los opulentos sojeros, traficantes de transgénicos de origen brasileño, que contaminan el campo paraguayo y dejan sin medio de subsistencia a los labriegos, ocasionalmente asesinando alguno como Bienvenido Melgarejo en brutales desalojos.
Mientras Romero se encuentra en proceso de canonización, Fernando Lugo ha sido reducido al estado laical por inconducta, y ahora se encuentra a un paso de ser querellado por torturas en los tribunales internacionales.
El día lunes 24 de marzo de 1980 Arnulfo Romero fue asesinado, cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia, en la colonia Miramonte de San Salvador. Un disparo hecho por un francotirador impacto en su corazón, momentos antes de la Sagrada Consagración. Al ser asesinado, tenía 62 años de edad.
Valga recordarlo hoy, en momentos en que un burdo imitador se saca la máscara, y militariza el campo paraguayo retrotrayendo su país a los años del terror. LAW
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