
Uno de los grupos mafiosos que por décadas ha operado impunemente en Paraguay y apoyó al obispo Fernando Lugo, el Zucolillo-Pappalardo, hace esfuerzos desesperados por evitar acuerdos entre Paraguay y Venezuela.
El diario ABC color, propiedad de un empresario vinculado a la Secta Moon y asociado con Massera (Aldo Zucolillo), que entregaba donativos al director del centro de detenciones y torturas de la dictadura paraguaya antes de ser cooptado por la CIA y convertirse en honorable jerarca de la SIP, sigue destilando su desfasado maccartismo y editorializando sus delirios anticomunistas, en los que invariablemente sataniza al presidente venezolano Hugo Chávez.
"El extraño viaje que Fernando Lugo hizo a San Pedro, acompañado de Hugo Chávez, encuentra recién ahora una explicación: firmaron trece acuerdos destinados supuestamente a desarrollar la zona donde se reunían y aliviarla de las carencias y conflictos sociales" se escandaliza el diario ABC, que siempre recibió grandes sumas del NED y otras fundaciones anexas y alternativas a la CIA norteamericana sin que nadie se escandalice por ello, y sin herir la fina susceptibilidad nacionalista de sus dueños y periodistas. Ver:
www.abc.com.py/2008-09-30/articulos/455531/oculta-lugo-a-la-nacion-sus-verdaderas-intenciones
El mismo diario intentó, sin éxito, encender una polémica en torno a la visita que el canciller Maduro realizó al Paraguay hace unas semanas.
"¿Acaso el imperio americano es peor que el imperialismo de Chávez? ¿Cuál es la razón para negar todo cuestionamiento a la expansión bolivariana del mandatario caribeño? La concepción de poder, la aplicación de políticas hegemónicas y la disponibilidad de ingentes recursos económicos son exactamente iguales.
Expresar celo por la soberanía del Paraguay, por la defensa de sus recursos naturales, debe ser sin condiciones y contra toda injerencia externa.
Cuestionar a Estados Unidos y cerrar los ojos ante el imperialismo de Chávez se convierten en un simple acto de hipocresía política" afirma tajante el diario ultraderechista, maccartista y vinculado a los más tenebrosos personeros del régimen de Alfredo Stroessner como Conrado Pappalardo, maestro de ceremonias del dictador que se involucró en el asesinato de Orlando Letelier en Washington, en 1976.
Ver articulo en:
www.abc.com.py/2008-09-30/articulos/455507/lugo-intenta-evitar-que-el-congreso-estudie-los-acuerdos-con-venezuela
Tal vez no estaría demás recordar a Aldo Zucolillo que San Martín, siendo argentino, luchó por la independencia del Perú y Chile, y otro tanto hizo Simón Bolívar, siendo venezolano, por la independencia de Colombia y Ecuador.
LOS AGENTES DE LA CIA DEL OBISPO
La mayoría de los integrantes del gabinete provienen del sector de las ONGs financiadas por la embajada norteamericana. Se cuentan entre ellos a Gloria Rubín (referente en Paraguay del NED y la CIA), Camilo Soares (beneficiario de fondos de IAF y NED, favorecido del gobierno de George W. Bush) Rafael Filizzola (signatario de acuerdos con Alvaro Uribe a instancias de la ex operadora del plan Colombia Liliana Ayalde), Karina Rodríguez (de la Casa de la Juventud, que recibió 127 mil dólares de la Inter American Foundation), Liz Torres (referente de las logias de ONGs dependientes de la embajada norteamericana), Esperanza Martínez (del movimiento Tekojojá, financiado por USAID, hoy envuelto en escándalo por corrupción), Canciller Hamed Franco (del Pmas, un movimiento financiado por James Cason), el Vice-canciller Jorge Lara Castro (recibe dólares de la embajada a través de la ONG fantasma Alter Vida), Ministro de Defensa General Bareiro Spaini (hombre de la embajada norteamericana, educado en las escuelas de golpistas de Estados Unidos) o el ministro de Hacienda Dionisio Borda, antiguo responsable de las finanzas de los gobiernos corruptos y agente de la embajada norteamericana y del FMI.
LAS RELACIONES CARNALES CON EL IMPERIO
El obispo Fernando Lugo ha anunciado que se mantendrá la política de sometimiento al imperio nortemericano en Paraguay, y se desconoce lo tratado por Lugo en New York con referentes de la mafia ítalo-norteamericana como John Tonelli, o con el heredero del imperio petrolero que en la década de 1930 llevó a la matanza a cien mil bolivianos y paraguayos, David Rockefeller. Lo único cierto es que ofició de guía turístico en la gran manzana Conrado Pappalardo, un personaje conocido por haber operado para el Plan Cóndor y haber proveído pasaportes para el asesinato en Washington de Orlando Letelier.
Otros cónclaves nunca aclarados por parte del obispo fueron sus reuniones con James Cason y Roger Noriega, pocos segundos después que Aleida Guevara March, hija del Che Guevara, haya abandonado la misma oficina por la misma puerta por la que entraron estos grandes amigos de Cuba y los hermanos Castro.
No se sabe el motivo de las visitas de Christopher McMuller, subsecretario norteamericano de Asuntos del Hemisferio Occidental, al viceministro de Relaciones Exteriores paraguayo, Jorge Lara Castro, un viejo favorecido de la embajada norteamericana de Asunción
TRADICIÓN SERVIL DE LA PRENSA
Es una tradición que referentes del periodismo servil que impera en los medios de comunicación paraguayos, intensifiquen sus tendenciosas criticas al MERCOSUR en los días cercanos a las Cumbres de presidentes, en su abyecta búsqueda de complacer al segmento de falsos y fracasados empresarios para los cuales escriben.
Una de las consignas que se ha vuelto más reiterativa en estos círculos dominados por los resentidos y personeros de la embajada norteamericana, es que el Tratado de Itaipú lesiona nuestra mediatizada soberanía nacional. Muy pocas veces, en contrapartida, se ha mencionado que la participación de los liberales estronistas legitimando a la dictadura (como los hermanos Levy Rufinelli, grandes amigos de ABC color) y construyendo para la misma una fachada democrática fueron un factor fundamental en los acuerdos cuestionados.
Del mismo modo han mantenido siempre en secreto que las ordenes de polemizar sobre Itaipú las impartió décadas atrás el mismo Stroessner, dado que Brasil pensaba construir sin ayuda paraguaya la represa binacional de acuerdo a lo que se deduce fácilmente de la toma militar de los Saltos del Guairá, consumada a mediados de la década de 1960. Ante esta agresión, era necesario que se levanten voces supuestamente desvinculadas al régimen para no enfrentar a éste con sus aliados políticos e ideológicos de Brasilia, contrariedad subsanada por Stroessner recurriendo a sus lacayos de la oposición rentada y de la supuesta prensa independiente.
Cuestionar el Tratado de Itaipú no sólo es una de las órdenes de Stroessner que más tiempo llevan cumpliendo, también es una prueba irrebatible de lo mucho que coinciden hasta hoy con el cadete de Boquerón en su lectura geopolítica.
Convertida la controversia sobre las represas hidroeléctricas, escenificación teatral que cuenta con muchos actores de reparto y marionetas ansiosas de aparecer en las fotos, en una eficaz herramienta para crear disturbios en el MERCOSUR, los tendenciosos personeros del amarillismo creen haber encontrado una nueva oportunidad para volver a encarrilar a nuestro país por la senda de la "democracia sin comunismo".
Aunque pareciera que hace siglos se derrumbó en socialismo real, los agentes del maccartismo y bushismo pro-ALCA especulan con las supuestas pretensiones imperiales de erigir en la región una fortaleza de contención a las pretensiones expansionistas de Nicaragua, Bolivia, etc.
Olvidan, tal vez porque les resulta muy fácil, que la firme adscripción de Stroessner a los intereses de Washington en su enfrentamiento con la Unión Soviética fue incapaz de suscitar suficiente atención y asistencia en los centros de poder como para sacar al Paraguay del pozo del subdesarrollo y la aguda dependencia.
Beneficiarios como han sido siempre del flujo de fondos que lejanos centros imperiales liberan para promover campañas de desinformación y propaganda acordes a sus intereses coyunturales, con toda seguridad ellos se contarán como otras veces entre los que embolsarán la mayor parte de los billetes que lleguen del norte en retribución a los servicios prestados.
El resto de los paraguayos sin duda seguiremos sufriendo a una clase empresarial fantasma, incapaz de sembrar una hectárea de algodón o realizar la más mínima inversión sin subsidio estatal o créditos avalados por el gobierno. Simultáneamente, seguiremos subsidiando a una prensa venal a la que le resultan rentables los gobiernos corruptos, pues de lo contrario no serían necesarios tantos sobornos disfrazados de publicidad oficial. Los procesos deliberativos del parlamento serán ahogados paulatinamente por el uniformante pensamiento único traducido en leyes enlatadas y mal traducidas del inglés, la ya escasa autonomía de pensamiento de nuestra dirigencia política paulatinamente se desvanecerá por completo, y sin duda, de alguna manera el control policiaco de los grupos poderosos sobre nuestras vidas reverdecerá.
Y aunque parezca increíble, esa es la alternativa al MERCOSUR que nos pretenden vender.
LOS MEDIOS HEREDADOS DE LA DICTADURA (I)
Uno de los tantos fraudes perpetrados durante la interminable transición democrática paraguaya fue la falsificación de la memoria. Las historias se acomodaron de manera complaciente al continuismo gatopardista que caracterizó a los sucesos del 3 de febrero de 1989, y el pasado servil al dictador de muchos políticos, comunicadores y periodistas pasó a convertirse en un tema tabú.
Sobre este tema, vale mencionar la sinuosa trayectoria de ciertos personajes que controlan en Paraguay un alto pocentaje de lo que se puede decir.
No hace mucho tiempo se divulgó una encuesta revelando que apenas un tercio de los paraguayos mantenía su fe en la democracia, dato que debería haber sugerido un mayor espíritu autocrítica a quienes se adueñaron del país a partir de febrero de 1989. Para desgracia nuestra, estos personajes no sólo guardaron una enorme distancia de los conductores de otras transiciones democráticas (como Frei o Lagos en Chile, por ejemplo) sino que además pretendieron imponer una historia autocomplaciente y fantasmal de "lucha inclaudicable" contra la dictadura para censurar toda crítica a sus deshonrosos actos de estos últimos 18 años. Quienes no fuimos protagonistas –por motivos varios, entre ellos generacionales- de la resistencia contra la dictadura, en estas últimas dos décadas nos hartamos de ver en el escenario olímpico, monopolizando Micrófonos, a los "grandes Héroes" de la "democracia" como Andrés Rodríguez, Calé Galaverna, Humberto Rubín, Aldo Zucolillo, Pepa Kostianovsky, Domingo Laíno, Carlitos Filizzola Pallarés, Alcibíades González Delvalle, etc., etc. Debemos suponer, dado la forma excluyente en la que han obrado todo este tiempo y la inmensa responsabilidad que han tenido en el rumbo de esta perpetua transición la mayoría de ellos, que éste país que hoy tenemos es el que deseaban cuando "luchaban" contra Stroessner.
Un lugar donde citar el Apocalipsis o leer las noticias son en la práctica casi la misma cosa.
Nada más revelador de lo que vendría como el matiz de los hechos que pusieron en marcha la transición: el cierre de cuatro entidades financieras y un golpe casi incruento, sin alternancia de partidos ni grupos. La familia Rodríguez reemplazando a la anterior en todos los buenos negocios, incluyendo medios de comunicación, y las nuevas camarillas interpretando muy pronto las nuevas formas de impunidad acordes a una "democracia". El conocido ex jefe de la DEA en Paraguay Robert Ridler se mostró sumamente "comprensivo" ante la prensa internacional cuando fue consultado sobre el papel de Cambios Guaraní (uno de los detonantes del golpe, que contaba entre sus socios al célebre grupo Peirano-Facio) en el lavado de narcodólares, declarando que no podía asegurar que la "sospecha" sea fundada.
Las premisas estadounidenses respecto al narcotráfico podían causar tensiones incómodas. Las carpetas serían archivadas, pero no destruidas, pensando en cualquier eventualidad. El famoso libro "Conexión Latina" de Nathan Adams y los artículos de Jack Anderson en el Washington Post, que habían sido tan deliciosas en círculos opositores, perdieron de inmediato su interés y se esfumaron mágicamente de la memoria de los grandes combatientes por la libertad como Aldo Zucolillo, Humberto Rubín, Calé Galaverna o Carlitos Filizzola Pallarés. La misma complacencia devino para los nuevos "zares" de la comunicación, y las nuevas élites políticas y financieras. La resolución 862 del 25 de mayo de 1977 del IBR por la cual Humberto Rubín fue beneficiado con 2.000 hectáreas de tierra por Stroessner (contrariando expresas disposiciones del estatuto agrario, ley 864/63), pasó a convertirse en una "vil patraña" inventada por los roedores de los mármoles de la patria periodística. Un ataque parecido de amnesia había afectado a Aldo Zucolillo cuando en la mañana del 25 de marzo de 1988 logró reunirse con Robert Gelbard, subsecretario adjunto par Asuntos Interamericanos del Departamento de Estado norteamericano. Frustrado por el fracaso de su plan Zeta acusaría allí a los opositores de "vagos, necios y cobardes", de acuerdo al memorando. Omitió por supuesto delatar a sus amigos que traficaban drogas y ocupaban puestos claves en el aparato gubernamental, entre ellos al que había formado sociedad con él, para parir ABC color. También las tapas de ABC pidiendo la cabeza de los disidentes, las crónicas donde el diario se congratulaba de haber recibido al dictador "en su casa", o los editoriales defendiendo la represión genocida desatada en Argentina por Jorge Rafael Videla, irían a parar al freezer.
Es innegable que si algo no se puede negar a los "inclaudicables luchadores" contra Stroessner, es su extraordinario don de la ubicuidad. En dictadura mezclados con los represores, en democracia revueltos con las víctimas. Si no es cierta esta aseveración, que lo diga Leila Rachid, quien hasta logró colarse en la Comisión de Verdad y Justicia en una de sus múltiples excursiones recreativas por cuenta del estado, en aquella oportunidad por la tanguera, culta y lujuriosa capital del Plata. Y ello a pesar de haber trabajado por años bajo las directas órdenes de "Poncho Pyta", en pleno auge del operativo Cóndor, habiendo sobrevivido a los cancilleres Alberto Nogués, C.A. Saldívar y Rodney Elpidio Acevedo, ex representante de Stroessner ante el caudillo de España por la gracia de Dios Francisco Franco Bahamonde.
Digamos que no es un caso muy distante al de Humberto Rubín, que aceptó en 1977 el obsequio que le hizo Stroessner de dos mil hectáreas de tierra, en plena zona de conflicto entre represores y las Ligas Agrarias. O de Aldo Zucolillo, gran luchador por la libertad de expresión, que combatía por la democracia fustigando desde las páginas de ABC color la política a favor de los Derechos Humanos de la Administración Carter, defendiendo al gobierno de Jorge Rafael Videla, y entregando donativos en metálico a "La Técnica" que dirigía Campos Alum.
Ya decía Jacobo Timerman que se necesita a los mejores periodistas de la izquierda para hacer un buen periódico de derecha.
No se salvan de pertenecer a la especie Ultima Hora, Canal 9 SNT ni los medios de la red privada de comunicación, incluído el desaparecido diario Noticias.
EL DULCE NACIONALISMO Y EL ANTI-IMPERIALISMO SELECTIVO DE ABC (II)
Sin desmeritar a Brasil como imperio, considerando lo mal que la pasó el Paraguay hacia 1870 cuando aplicó la "confrontación directa" con el coloso sudamericano en una gigantomaquia digna de titanes contra olímpicos en la mitología griega, resulta contradictorio el nacionalismo y anti-imperialismo tan selectivo en ciertos zares de la prensa paraguaya. Especialmente si consideramos que la única vez que abrieron la boca para acusar al imperio norteamericano (que impuso en Paraguay la dictadura anticomunistade la que se presentan como víctimas), fue para criticar a Jimmy Carter por preocuparse del tema "Derechos Humanos".
Como enfrentados a la reputación inventada de luchadores por la democracia que se autoadjudican, se pueden citar los panegíricos que dedicaran, antes del giro en política exterior de sus amos de Washington, a grandes filántropos como Jorge Rafael Videla o el editorial defendiendo al dictador Augusto Pinochet detenido en Londres (ABC,8 de noviembre de 1998).
El dulce nacionalismo tampoco condice con la prosapia de Aldo Zucolillo, hijo de don Antonio Zucolillo Abbondante, quien vendiendo "abondante" azúcar a los bolivianos en plena guerra del Chaco no pudo haberle explicado a su vástago gran cosa sobre la rentabilidad del patriotismo. Sí concuerda, en contrapartida, con el hábito del dueño de ABC de intentar borrar su pasado vergonzante con itinerarios de ida y vuelta, y mentir con insistencia goebbeliana. En este empeño, hasta fue capaz de contratar a Christian Zimmerman para predicar desde ABC la receta del mago Martínez de Hoz, de cuya efectividad estaba a punto de convencernos cuando salieron a la luz sus aventuras de Bancopar y otras financieras.
Al margen de los hechos visibles al público, no me parece muy caballeroso por parte de la diplomacia norteamericana estar instrumentando a sus lacayos paraguayos para hacer llegar sus quejas al representante de Lula da Silva. En todo caso, James Cason podría ir hasta la sede brasileña y enrostrar directamente al embajador Valter Pecly su protesta por su ingerencia en lo que considera una neo-colonia del emperador al cual sirve.
Claro que en ese caso, se quedaría sin trabajo Ricardo Canese, y perderían espacio en la prensa los corifeos de las campañas del imperio norteamericano contra el MERCOSUR.
RCTV Y LA PRENSA MACCARTISTA (III)
La campaña maccartisa del desfasado periodismo ultraderechista paraguayo alcanzó su clímax cuando el gobierno de la soberana república bolivariana de Venezuela se negó a renovar licencia a un un grupo empresarial comprometido con el golpismo militar que sòlo se ha dedicado siempre a producir telenovelas para infradotados. Este grotesco grupo fue tomado como emblema de la libertad de expresión para quienes consideran elásticos temas como la libertad de expresión. Se trata de los mismo que instrumentan el tema de Itaipú, funcional para los delirios de poder paralelo de los bushistas trasnochados y partidarios del ALCA que predominan en sus medios de comunicaciòn.
Primero, debemos decir que resulta lamentable el espectáculo de ciertos políticos pusilánimes exhibidos cual trofeo del amo de ABC color, cuando se allanan a seguir su línea editorial contra el Mercosur, buscando instrumentar el tema de las hidroeléctricas para crear disturbios en el bloque regional, como si nos faltaran problemas en el país y el subcontinente. Y tanto más notorio el triste papel de títeres al tratarse de medios de comunicación bien conocidos por sus vinculaciones directas e indirectas con intereses imperiales extranjeros a la región, y su anacrónico Maccarthismo que pareciera ignorar que la guerra fría finalizó hace casi dos décadas.
Resulta realmente lamentable ver en ese papel a tribunos con auténtico predicamento político como Miguel Abdón Saguier, o a supuestos izquierdistas como Ricardo Canese.
Como no constituye sorpresa, acompaña a Zucolillo el ex animador de los cumpleaños de Stroessner Humberto Rubìn, que en 1987 cerrò de motu propio su radio para no pagar sueldos a sus empleados con los 341.000 dòlares que la Nacional Endowment for Democracy le facilitò para el efecto.
En segundo lugar, debería discernirse que ni los gobiernos de Brasil o Argentina son responsables del inmediatismo de algunos líderes políticos paraguayos, por demás carentes de legitimidad e invalidados como interlocutores desde un principio, cuando estos posponen renegociaciones a cambio del metal envilecedor imprescindible para comprar conciencias durante sus campañas políticas. Quienes no tenemos una memoria dependiente de las dádivas de la publicidad oficial, ni tenemos motivos para defender a actores de reparto que se dedican a seguir la línea editorial de la patria periodística para aparecer en sus espacios, todavía tenemos fresco el recuerdo del viaje del senador Carlitos Filizzola Pallarés a Brasilia en diciembre de 2005, supuestamente para hablar de la renegociación de Itaipú, pero en la vida real para claudicar ante Lula, y traer a su jefe Nicanor 20 millones de dólares para financiar su campaña en la interna colorada de febrero de 2006.
En tercer lugar, que no tienen autoridad moral para censurar el entreguismo de ningún gobierno quienes albergan en sus filas a notorios voceros de coacciones externas desnacionalizantes pagadas por embajadas extranjeras.
Sin negar que cualquier tratado internacional es pasible de exhibir defectos de forma y contenido, difícilmente pueda aceptarse el papel de censor de una prensa fabuladora, sin autoridad moral ni compromiso con la verdad, que jamás ha pretendido ocultar sus tendencias socialdarwinistas y ultraderechistas al enfocar temas económicos y políticos, su hipocresía a la hora de condenar una dictadura que alabó por décadas, ni tampoco su ocasional visión legionarista y anti-nacional de la historia paraguaya en el enfoque de sus momentos culminantes. Aunque lleve décadas disfrazando de nacionalismo sus incontenibles afanes de convertir Itaipú en la manzana de la discordia del Mercosur, al tiempo de erigirse en abogada de expoliadores intereses extranjeros -eventualmente brasileños- que operan en el país prometiendo redimirlo, presentándose fraudulentamente como voceros de los intereses generales de la sociedad.
Ya dijimos que los políticos necesitan de la prensa para hacer conocer al público que están constantemente defendiendo causas nobles, aunque sean muy magros los resultados de su accionar, sobre todo porque la cobertura periodística no abarca todos los azimuts del espacio, y las buenas intenciones pareciera que no existen si no están los fotógrafos. Este hecho invariablemente se repite en el caso que nos ocupa.
Bien haría el señor Zuccolillo en historiar el tratado de Itaipú sin omitir a sus íntimos que participaron de las mieles del negocio, ni tampoco olvidar que el tan cuestionado acuerdo pudo firmarse gracias a la legitimidad que dieron a Stroessner sus grandes amigos y asesores (?) en temas políticos como los hermanos Levi Rufinelli.
Del mismo modo que sería deseable que nuestros negociadores en temas como Itaipú exhiban mayor patriotismo y sean intransigentes a la hora de defender los intereses nacionales, algo que no está en discusión, tampoco estaría demás que ciertos políticos y parlamentarios de la oposición demuestran una mayor autonomía de pensamiento y originalidad a la hora de elegir sus reivindicaciones, que cada vez aparentan más ser campañas auspiciadas por ciertos diarios. Para colmo, justo los que están habituados a las más bochornosas campañas contra la verdad.
EL CLIENTELISMO Y LA PRENSA PARAGUAYA (IV)
Por si ya no fuera suficiente saber que la Nacional Endowment for Democracy subsidia al diario más leído de Paraguay para mantener una anacrónica e insoportable línea maccartista abyecta a los designios de la embajada norteamericana, a este medio que alberga a varios periodistas que también gozan de jugosos zoquetes en la función pública, se le ocurrió publicar una lista parcial de comunicadores comprados por el oficialismo con el dinero del pueblo.
El caso de estos periodistas, vendidos al Diablo por un precio que daría vergüenza a Fausto, recuerda aquella advertencia del informante "Garganta Profunda" a los periodistas de "The Washington Post" que destaparon el escándalo Watergate, en 1972: " Síganle la pista al dinero" (Follow the money).
Se trata de los mismos personajes -ya todo el mundo lo sabía- que se pretenden facultados para decidir quiénes son los referentes o voceros autorizados de cada partido, quiénes tienen derecho y quiénes no a ocupar espacios en radios y diarios, por más que se trate de partidos de la oposición y ellos sean beneficiarios de las dádivas del oficialismo. Un sistema absolutamente ecuánime, como puede notarse, para preservar la independencia y democracia interna de los partidos contestatarios.
Son también ellos quienes deciden por la Justicia Electoral cuál es el procedimiento legal en una interna, quién tiene derecho y quién no a impugnar un acto electoral ilegítimo, dado que aberrantes irregularidades en un proceso eleccionario les tienen sin cuidado siempre y cuando el Tribunal Superior de Justicia Electoral no les levante su onerosa publicidad, propaganda estúpida y sin sentido que al igual que los auspicios de Itaipú, invariablemente la paga el pueblo.
Eso no quiere decir que el soberano pueda influir sobre las pautas de a qué medios se desvíen los fondos "sociales" (antisociales?) de Itaipú, dado que el dinero sin excepciones debe terminar en el bolsillo de "grandes comunicadores" al servicio del pensamiento asocial y acrítico, que por añadidura reciben importantes sumas en dólares de embajadas extranjeras para solventar propaganda antiparaguaya.
Nadie tiene derecho a quejarse, porque ellos son los dioses del Olimpo, las figuras consulares de la paraguayidad, héroes sin mácula en la lucha contra la fase terminal del régimen que les pagó la inauguración de sus medios de comunicación.
Sólo ellos nos salvaron de la pérfida dictadura estronista financiados por los dólares de la National Endowment for Democracy, y por lo tanto sólo ellos tienen credenciales para llevarnos si se les antoja a la dictadura nicanorista, esta vez financiados por los dólares de Itaipú. Poco importa que el Paraguay esté hipotecado al Brasil y que se deban unos impagables 19 mil millones de dólares por la Central Hidroeléctrica, deuda que crece mientras a ellos les llueve generoso el dinero público. Después de la patria periodística, puede venir el diluvio.
Nadie espere tampoco un aporte real a la sociedad o a la cultura paraguaya, algún compromiso con el patriotismo, de ninguno de los programas tan alegremente subvencionados por el erario público. El verdadero leitmotiv de las dádivas ya lo conocemos: declarar inexistentes para el comunicador y para el comunicado vastas áreas de nuestra acuciante realidad, una forma más aceptable y civilizada de la censura que imponía por la fuerza bruta la dictadura.
El mismo diario que realizó la denuncia a medias, cuenta en sus filas con numerosos referentes del clientelismo imperante en la prensa paraguaya. En su urticante sección política, sólo por dar un ejemplo, descolla un escribiente íntimamente vinculado a la jefa de prensa del Presidente, y como intocable vaca sagrada subsiste en sus páginas un ex-policía de Stroessner al servicio hoy de la propaganda desnacionalizante, además de privilegiado zoquetero del desastroso gobierno municipal colorado de Enrique Riera. Todos ellos desfasados exponentes de un país que quisiéramos olvidar.
La ciudadanía, que ya intuía esta vergonzosa simbiosis, tiene ahora el testimonio de los "autores confesos" del robo, que por alguna razón -probablemente de "pesos"- delatan a solo unos pocos chanchos de su chiquero. Confesión tardía de unos farsantes que no solo han pretendido presentarse como "luchadores contra la dictadura" y habilitar credenciales democráticas mientras los verdaderos héroes morían de hambre por desidia, también han intentado hacerse pasar por padres de la patria y prohombres de la democracia.
Un pedestal al que jamás podrían haberse elevado a juzgar por la conducta y afán de lucro antisocial, así como la carencia de ética, de la que han hecho gala en todos estos años contribuyendo al fracaso de esta transición.
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