
El Obispo Fernando Lugo, ratificó esta mañana que su gobierno seguirá permitiendo la penetración del imperio norteamericano en Paraguay, con la coartada del combate al narcotráfico, que en este país ocasion la destrucción de viviendas campesinas y persecución de familias humildes que comercian canabis como único medio posible de vida.
El obispo viajó junto a la embajadora de Estados Unidos hoy a Capitán Bado, departamento de Amambay, donde aseguró que su presencia obedece al interés del gobierno en erradicar el narcotráfico en el Paraguay, de tal suerte a complacer al imperio norteamericano.
Fernando Lugo llegó esta mañana, a las 07:45, a la localidad acompañado de Rafael Filizzola, ministro del Interior, Cándido Vera Bejarano, ministro de Agricultura y Ganadería; y César Aquino, titular de la Secretaría Nacional Antidrogas.
Toda la actividad se realiza bajo la atenta mirada fiscalizadora de la embajadora Liliana Ayalde, la verdadera depositaria del poder en Paraguay.
EL OBISPO Y LAS DROGAS
EL OBISPO Y LAS DROGAS
En Paraguay, al igual que en Colombia, el poder político abre las puertas del paraíso terrenal, pero también deja entrar al narcotráfico y los estupefacientes.
Uno de los cercanos colaboradores del clérigo-presidente Fernando Lugo, Miguel López Perito, se ha hecho conocido en Paraguay en los últimos tiempos por los principescos banquetes que ofrece a sus amigos, entre los cuales se cuentan marginales del submundo de las drogas y el narcotráfico.
Ha cobrado estado público que la residencia donde se ha mudado recientemente con una de sus amantes, un lujo que sólo el poder permite comprar, se ha convertido en punto de encuentro de los más conspicuos consumidores de cocaína en el mundillo de la farándula asuncena.
EL PODER Y LAS DROGAS, SIMBIOSIS INELUDIBLE EN LA HISTORIA DEL PARAGUAY
Desde 1965 pasaba por Paraguay un vital tráfico de heroína que cobró notoriedad cuando en Washington se supo quién lo dirigía. Era el antiguo agente de la GESTAPO Lucien Darguelles, alias Auguste Ricord, capo de la Conexión Latina que inspiró el personaje compuesto por el actor Fernando Rey en la celebrada película "Contacto en Francia".
Uno de sus principales protectores era el general Andrés Rodríguez, emparentado con el dictador Stroessner y bautizado por la prensa internacional como "el general de los grifos de oro". Se cuenta en Paraguay la anécdota de que cuando en una oportunidad el rey Juan Carlos de España visitó su residencia, se sintió impresionado por la fastuosidad y no resistió preguntarle si todas las riquezas a la vista las había adquirido con su sueldo de general.
Su protegido Auguste Ricord tenía su residencia y un motel en las afueras de Asunción, camino a Itá Enramada. Al frente lucía una pequeña réplica de la torre Eiffel con el cartel Paris-Nizza en luces de neón, y se conectaba con un pequeño puerto donde atracaban lanchas y una balsa con servicio regular a la costa argentina, a escasos cinco minutos de travesía por una ruta asfaltada. Parte del cargamento llegaba por ese cruce, a veces disimulado en automóviles Citroen usados importados desde Francia a Paraguay, para embarcarse rumbo a Estados Unidos en cargueros aéreos que partían de pistas controladas por jerarcas del régimen militar paraguayo como Rodríguez.
El negocio prosperaba sin sobresaltos hasta que el 18 de octubre de 1970 un Cessna monomotor fue detenido con casi cincuenta kilos de heroína pura en el aeropuerto internacional de Miami. El cargamento estaba evaluado en unos diez millones de dólares y los tripulantes eran Roberto Gallucci, alias César Bianchi, y el copiloto Balestra, ambos operadores de la red que dirigía Ricord bajo protección de Rodríguez.
EL NARCOTRÁFICO Y SUS PACTOS CON EL OBISPO FERNANDO LUGO
Ningún poder se ejerce en Paraguay sin el aval del narcotráfico, y ello quedó demostrado el 10 de Octubre de 1994 cuando el General Rosa Rodríguez acabó asesinado en las mismas calles de Asunción, como derivación de una operación destinada a infiltrar el cartel de Cali, por parte de la DEA.
En base a estas elocuentes lecciones del pasado reciente, el clérigo-presidente Lugo se avino a negociar la conformación de las mesas directivas del Legislativo Paraguayo con un conspicuo traficante de drogas y capo mafioso, el general Lino Oviedo.
Aunque hace pocas semanas fue denunciado como golpista, la amenaza se diluyó muy pronto y los representantes del obispo volvieron a los amoríos con el general-traficante.
Ya en Septiembre de 1985, en plena guerra fría y bajo la dictadura pro-Washington del general Alfredo Stroessner, un expediente judicial sobre narcotráfico citaba al hoy aliado del obispo Fernando Lugo en el Parlamento, entonces coronel Lino Oviedo:
"...se constató las operaciones de dos avionetas brasileñas con matrículas cubiertas que cargaban electrónicos de contrabando y paquetes de cocaína. Entre los peones cargadores y guardias civiles armados se encontraban dirigiendo las operaciones el señor Fadh Yamil y el militar retirado Lino Oviedo" (informe de juez al presidente de la suprema corte de Justicia, 20 de septiembre de 1985).
Un informe de la CPI del Brasil también describe a Oviedo en términos parecidos: "Oviedo es uno de los pilares del tráfico de drogas en América del Sur, jefe del cartel de Paraguay, estrechamente vinculado a Beira Mar" (Aníbal Miranda, la Máxima organización mafiosa, pag. 177).
Un informe de inteligencia rastreado en origen a estación de la CIA en Asunción, datada en Asunción y fechado en junio de 1994 no se queda a la zaga de las anteriores descripciones:
"Oviedo utiliza el Hotel Cecilia como base de operaciones para sus varias actividades fuera de sus funciones como comandante del Ejército, incluyendo espionaje para el Gobierno Alemán. El dueño del Hotel, Gerardo Wagner, austríaco de origen, es un contacto de muchos años del espionaje alemán".
También vinculaba a Oviedo con la reexportación ilegal realizada por el conocido fascineroso Carlos Barreto Sarubbi, "envuelto en tráfico de drogas con el Cartel de Cali a través de Mohamed Jamil Rassoul, un libanés residente en Ciudad del Este. Rassoul fue detenido recientemente en Brasil con Vicente Rivera Ramos, hijo de uno de los jefes del cartel de Cali. Más de 7.300 kilos de cocaína fue encontrada en una estancia alquilada por Rassoul".
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