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jueves, 3 de julio de 2008

LO QUE EDUARDO GALEANO DEBERÍA SABER


(Luís Agüero Wagner)

En estos días en que uno de los escritores y pensadores más importantes del Uruguay y América Latina recibe justificados galardones luego de décadas dedicadas a iluminar conciencias y encender luces en el continente y el mundo, no resulta extraño que oportunistas de todas las latitudes pretendan arrancarle jirones de una gloria conquistada luego de una larga y esforzada carrera.
Entre estos oportunistas que en estos días estarán codeándose con Galeano buscando una foto con la cual contagiarse algo de su prestigio, estará el clérigo-presidente Fernando Lugo, que el 20 de abril ganó las elecciones paraguayas en ancas de una descarada intervención en su favor del embajador James Cason e impulsado por una constelación de movimientos financiados por USAID y otros organismos de coacción imperialista, así como la prensa subsidiada por la NED y manejada por conocidos jerarcas de la SIP.
Como uno más entre los millones de lectores que Galeano supo ganarse con el correr de los años, consideré un oportuno deber de conciencia hacer circular estas líneas de tal suerte a poner a su alcance, a través de la maravillosa red cibernética establecida por la web, datos útiles para discernir sobre la verdadera identidad de algunos de sus forzados “fans”.
Las falsedades no sólo se oponen a la verdad, sino que a menudo se contradicen entre sí, aunque ni la contradicción es indicio de falsedad, ni la falta de contradicción es indicio de verdad. Pero en el caso que nos ocupa la cosa se complica porque mientras.la falsedad tiene alas y vuela, la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando llega a notarse el engaño ya suele ser demasiado tarde.
Un ejemplo de ello la constituye la actitud que en estos días tuvieron algunos involucrados en la gran conspiración urdida por la embajada norteamericana de Asunción para presentar la victoria del obispo Fernando Lugo como un “gran triunfo de la izquierda”, para después convocar a los más conspicuos referentes del neoliberalismo en Paraguay para constituir su gabinete.Algunos venales informantes pretendieron aparecer como inocentes denunciándose a sí mismos, como puede verse en http://www.tekojoja.org.py/v1/news.php?id=1364, donde el mismo movimiento luguista que recibió dólares de USAID a través de la ONG Gestión Local denuncia la penetración imperialista de USAID en Paraguay.
Por largos meses insistí una y otra vez en las falsedades que propalaban desde redacciones de diarios como ABC color con respecto a Fernando Lugo, reivindicando el derecho de las izquierdas a desconfiar de un diario que había sido capaz de editorializar loas al dictador Augusto Pinochet por la sencilla razón que un involucrado en el asesinato de Orlando Letelier en Washington era uno de los propietarios del rotativo. Lejos de ser escuchado, una andanada de insultos injustificados se abatió sobre mi persona de la forma más cobarde imaginable.
Mi pecado fue vaticinar la gloriosa segunda venida del evangelio neoliberal al Paraguay de las manos del Obispo Fernando Lugo, que eso anunciaban sus fuentes de financiación: James Cason, USAID, IAF, NED, jerarcas de la SIP enriquecidos al amparo de la dictadura neo-nazi y pro-Washington del general Stroessner, contrabandistas y falsificadores metidos a empresarios de la comunicación.
Las verdades imperdonables que expuse se confirmaron fehacientemente cuando el obispo Fernando Lugo designó a su gabinete de ministros. Comenzó designando a un conocido agente del FMI y del embajador norteamericano James Cason, el economista Dionisio Borda, para dar continuidad a las políticas de su antecesor en cuanto al apriete fiscal a los pobres y la sumisión a las directrices de los centros de poder imperial. Luego vino el liberal Martín Heisecke, en la cartera de Industria y Comercio, premiado por ser su principal financista y “exitoso” empresario farmacéutico, además de haber facilitado su avión privado para los vuelos de la campaña electoral. En el ministerio de Justicia y Trabajo fue nombrado un partidario de la flexibilización laboral, y su compadre fue ubicado como ministro de Agricultura, en lo que ha sido considerado una verdadera afrenta al movimiento sindical y campesino, según un pronunciamiento del Partido de los Trabajadores. Los demás ministerios se repartieron socialdemócratas financiados por la embajada norteamericana y en la Cancillería fue ubicada una ingeniera agrónoma y detractora del nacionalismo paraguayo, que paradójicamente deberá hacer los reclamos nacionalistas prometidos por el obispo a la Argentina y Brasil en los temas de Itaipú y Yacyretá.
Integrante del entorno del presidente Juan Carlos Wasmosy, la ingeniera agrónoma Milda Rivarola –que de ella se trata- se arrogó funciones de asesora en temas históricos de dicho gobierno, que entregó condecoraciones a miembros de la familia Rockefeller, vinculada a través de su empresa a la guerra del Chaco que se desencadenó por la posesión del subsuelo de la región. Rivarola, descendiente de Cirilo Rivarola (integrante del triunvirato cipayo nativo al servicio de las tropas mitristas y brasileñas que en nombre del comercio inglés ocuparon Paraguay) ha fracasado en los papeles que le tocó desempeñar elaborando programas de lucha contra la corrupción y la reforma educativa, según informes de la PNUD. Como guinda de la torta, el clérigo presidente y teólogo neoliberal nombró ministro de Educación y Cultura a un procesado por estafa que se encuentra impedido de abandonar el país. Por si quedaban dudas, esta semana pactó con el general golpista Lino Oviedo y con la línea oficialista del partido colorado, a la que había derrotado con apoyo de la disidencia, que se indispuso con sus candidatos en unas internas en la que no estuvo ausente el enfrentamiento entre Hugo Chávez y George W. Bush. El sector que aportó votos al obispo fue el bando que tenía el favor de Bush.
Todo esto es fácilmente comprobable para Eduardo Galeano, quien siempre tuvo muy certeras fuentes y nunca dejó de criticar la obsecuencia al imperialismo de nuestras clases dominantes, a las que con acierto apuntó la paradoja de estar siempre dominadas desde afuera.
Desgraciadamente para el Mercosur, el clérigo-presidente Fernando Lugo ha pasado a engrosar esa antigua norma como regla, y no como excepción. Eso es lo que Eduardo Galeano debería saber. LAW

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