(Luis Agüero Wagner)
El conocido sitio web Rebelión publica hoy domingo 8 de junio un desfasado artículo del autor de “La venganza de la Historia” y profesor de la Universidade de São Paulo (USP) y de la Universidade do Estado do Río de Janeiro (Uerj), además de coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Uerj, el intelectual brasileño Emir Sader.
En sus apuntes titulados “Fases de la lucha antineoliberal” afirma textualmente que “el triunfo del paraguayo Fernando Lugo (2008) ensancha el campo de los regímenes progresistas del continente, al que puede sumarse próximamente El Salvador”.
En primer término, desearía poder expresar que pocas veces he visto a una constelación de intelectuales de la izquierda latinoamericana defender con tanta pasión a un candidato notoriamente vinculado a la derecha católica, la embajada norteamericana, la prensa de la Secta Moon, partidos dominados por masones y farsantes como en el caso del clérigo-presidente electo de Paraguay Fernando Lugo.
Un atenuante de la desorientación generalizada de estos pensadores se me ocurre que podría ser que la mayoría de ellos escribieron sus apreciaciones a miles de kilómetros de Paraguay, en la soledad de sus bibliotecas, y basándose en las especies que difundían los redactores de las agencias noticiosas desde Asunción, donde el periodismo está dominado por un grupo de empresarios enriquecidos al amparo de la dictadura neo-nazi y pro-Washington del general Stroessner, que acumularon fortuna con actividades como el tráfico de heroína, contrabando de escocés, cigarrillos y falsificaciones varias. Algunos de ellos, como el dueño del diario ABC color Aldo Zucolillo, casualmente el que más apasionadamente apoyó al clérigo, incluso donaron dinero a centros de detención y tortura de la dictadura paraguaya y defendieron en sus editoriales a Videla y a la Secta Moon, además de llenarse los bolsillos con donaciones de la National Endowment for Democracy y con publicidad pagada por USAID
Casualmente, el primer viaje del clérigo tras ser electo no fue a Cuba para reunirse con Fidel, ni a Caracas para departir con Chávez, sino a Corea para implorar inversiones a empresarios vinculados a la Secta Moon.
Otra explicación menos condescendiente sería que algunas monedas contenidas en los maletines de George W. Bush que ingresaron en forma encubierta en Paraguay, yendo a parar a los bolsillos menos pensados, el de los partidarios del obispo de los pobres y teólogo de la liberación, el marxista clérigo-presidente Fernando Lugo, cayeron por el camino en los bolsillos de algunos opinólogos a distancia.
Entre estos maletines podríamos mencionar los 45,226.96 dólares que en nombre del Plan Umbral recibió el PMas de manos de James Cason para solventar su campaña a favor del clérigo-presidente electo. Se suma el dinero a los 127.000 con que anteriormente les benefició la IAF. Se añaden en el mismo contexto las fuertes sumas que recibió el movimiento Tekojoja, o los 132.700 dólares que en el 2006 recibió la Fundación Arlequín Tetro, invertidos en escenificar manifestaciones. Debemos agregar los 116.300 dólares de George W. Bush recibidos en el 2006 por el CIDSEP, los 95.000 dólares recibidos por la Fundación paraguaya para la Cooperación y Desarrollo del ex intendente Martín Burt, los 94.000 depositados a nombre de la ADEC, los 27.500 donados a la CPES de Domingo Rivarola, los 164.404 aportados a la CED, o las importantes donaciones que reciben el CIRD de Agustín Carrizosa para “apoyar a las organizaciones de la sociedad civil”, la IDEA de Patricia Abed, o los sensibles ecologistas de Alter Vida como Jorge Lara Castro. La incursión política de estos engendros del imperio, obviamente, fue saludada como políticamente correcta desde las cumbres estratosféricas de la Cámara de Anunciantes del Paraguay y Cerneco, cuyos “foros por la libertad de expresión” -como el organizado en noviembre de 2004- fueron siempre solícitamente auspiciados por USAID.
Toda esta basura del imperio en Paraguay que difunde las versiones de las cuales Emir Sader se hace eco, como sabemos, cuenta con gran “prestigio” y respaldo de esta prensa pro-imperialista, cuyos desechos y lacras viene arrastrando la sociedad paraguaya desde que el departamento de estado comisionó al Tte. Coronel Robert K. Thierry para adiestrar a los torturadores de Edgar L. Ynsfrán hacia 1956, en una reunión que contó con la estelar participación de un connotado dirigente colorado que compartió escenario con el obispo de los pobres durante la campaña proselitista, el Dr. Oscar Insfrán, por entonces segundo secretario de la embajada paraguaya en Washington.
Tal vez el principal éxito del imperio norteamericano en Latinoamérica en los últimos tiempos haya sido lograr que la elección de un sobrino de un agente de la CIA financiado por USAID, donde trabajan muchos de sus parientes, haya sido presentado ante la opinión pública internacional como un “gran triunfo de la izquierda”. Es que el obispo es sobrino de Epifanio Mendez Fleitas, acusado de operativo de Langley por el mismo autor de "Inside The Company" Phillip Agee, es un político paraguayo que jugó un papel preponderante en la represión inmediatamente posterior a la guerra civil paraguaya del año 1947, y sobre todo en el apuntalamiento de la dictadura neo nazi de Alfredo Stroessner a mediados de la década de 1950. Algunos de sus descendientes hoy residen en Estados Unidos, habiendo desarrollado estrechos vínculos con USAID.
Si Emir Sader estuviera más preocupado en conocer la verdad que en aumentar su influencia en el Foro de Sao Paulo, se hubiera ocupado en saber que el primer nombramiento del clérigo fue del agente del FMI Dionisio Borda como ministro de finanzas, por presión de la embajada norteamericana, al que siguió el de un militar cuyo cerebro fue lavado en las academias militares del norte donde se formaron Videla, Pinochet y Stroessner. También se ha nominado como futuro canciller un delator que presentaba periódicos informes a la sanguinaria policía política del dictador Stroessner (Víctor Báez Mosqueira), como ministro de Minas y Energía a un férreo defensor de las políticas de los biocombustibles de George W. Bush(Ricardo Canese), en interior se disputan un médico que defiende el modelo sojero de Monsanto (Aníbal Cariillo) y un antiguo represor de tiempos de Stroessner, Luís Aníbal Schupp.
Para una persona que, como en mi caso, maduró convicciones anti-imperialistas a principios de la década de 1990, cuando la izquierda se encontraba en absoluto descalabro, resulta decididamente chocante constatar que en la práctica quienes se llenan la boca hablando de los horrores del imperialismo y neoliberalismo, y derraman ríos de tinta o saturan el ciberespacio con tales disquisiciones, terminan siendo aletargados ecos de los designios de Washington y se esfuerzan en corroborar que entre la izquierda y la derecha, apenas existe una comedia.
Eso es lo que Emir Sader debería saber. LAW
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