EL DULCE OFICIO DE HACER OPOSICIÓN EN BOLIVIA Y PARAGUAY
(Luis Agüero Wagner)
La noticia sobre la constante intromisión de James Cason en los asuntos internos de Paraguay, sus sospechadas vinculaciones con grupos opositores, brotes de fiebre amarilla e incluso un atentado contra la vida del presidente paraguayo Nicanor Duarte Frutos, así como las repetidas ocasiones en que la Embajada estadounidense en Bolivia le ha pedido a voluntarios de los Cuerpos de Paz (Peace Corps) y luego a un becario del programa Fulbright que espíen a ciertas personas en ese país, son asuntos mucho más serios de lo que opina cierta prensa en la región.
De hecho, en relación a solapadas actividades en Paraguay y Bolivia financiadas por la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid, por sus siglas en inglés) y la Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy – NED), existen motivos para una investigación por parte del Congreso de los Estados Unidos. Estas acciones refuerzan las afirmaciones hechas por funcionarios de estos gobiernos sudamericanos en las que dicen que Washington busca desestabilizar e incluso derrocar gobiernos democráticos, cuando les molesta el izquierdismo, nacionalismo o populismo de sus líderes.
No es sorprendente que el partido político de George W. Bush, habituado a ubicarse en el lado equivocado cuando se trata de derechos civiles, siga teniendo con respecto a estos países una visión congelada en los años de la guerra fría. .Del mismo modo no es extraño que el flujo de fondos de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), entidad oficialmente creada el 6 de noviembre de 1982 por Ronald Reagan, bajo el protectorado bipartidista de ese país y con fondos del Congreso y del Departamento de Estado, a través de USAID , haya aumentado considerablemente con destino a grupos disidentes en los últimos tiempos. Para conocer las intenciones de la NED basta saber quiénes la han dirigido: por su Consejo administrativo han pasado filántropos como Otto Reich, John Negroponte, Henry Cisneros o Elliot Abrams, verdaderas leyendas vivas en la historia de las acciones clandestinas de la CIA.
En ocasión de su vigésimo aniversario, la NED hizo un balance de sus acciones, del que se desprende que este organismo financia y dirige actualmente más de 6 mil organizaciones políticas y sociales a través del mundo. La NED hoy admite haber creado enteramente el sindicato Solidaridad en Polonia y la CIA haber montado en 1968 la “Primavera de Praga” o “Revolución de tercio pelo”alentando, según su confesión, el documento firmado por los intelectuales checos, llamado la “Carta de los 77”, donde exhortaban a cambiar el rumbo del Partido Comunista de Checoslovaquia, que luego provocó la repudiada intervención soviética a ese país.
La CIA hoy distribuye para estas actividades $5 billones (léase billones) de dólares, luego que se le incrementara el mismo en un 50% a solicitud de George W. Bush. Los casos en Bolivia y Paraguay, donde Golberg y Cason son prácticamente los principales líderes opositores, no sorprenden si uno conoce que estos organimos imperialistas han logrado establecer una red mundial de institutos satélites, en países tan ricos como Alemania con la Friedrich Ebert, Friedrich Naunmann, Hans Seidal y la Heinrich Boell Stiftung, , utilizadas como retransmisores financieros en aquel país en lugar de los propios institutos alemanes. Siguiendo el mismo principio, la NED encontró corresponsales en diversos Estados aliados, miembros de la OTAN, entre ellos: la Westminter Foundation for Democracy, (Reino Unido), el International Center for Human Rights an Democratic Development (Canadá), la Fondation Jean Jaurés y la Robert Schuman (Francia), el International Liberal Center (Suecia), la Alfred Mozer Foundation (Holanda).
En Bolivia y Paraguay, las sangrientas intervenciones de la CIA y el soborno a dictadores militares hoy han dado lugar al intervencionismo de la chequera, confiando que en países miserables es fácil obtener reyezuelos vendidos que aman la metrópoli, aunque sean simples ecos que ya nada tengan que decir a sus hermanos.
En Paraguay, imponiendo su Plan Umbral (herramienta de penetración imperialista que busca sobre todo afianzar el esquema neoliberal) como un instrumento de combate a la corrupción en Paraguay, la embajada norteamericana que dirige una figura que ya es histórica en materia de intervencionismo yanqui, mister James Cason, el imperio ha logrado infiltrar -distribuyendo dólares- instituciones tan vitales como el Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia, la Contraloría General de la República, Auditoría General del Poder Ejecutivo, el Ministerio del Interior, la Corte Suprema de Justicia y el mismo Congreso Nacional. En materia económica, ejercen control sobre la Subsecretaria de Estado de Tributación del Ministerio de Hacienda, Dirección Nacional de Aduana, Unidad de Investigación Tributaria, Unidad de Investigación Aduanera, y Unidad de Investigación Interna del Ministerio de Hacienda, Ministerio de Industria y Comercio y Corte Suprema de Justicia, Consejo Nacional de las Industrias Maquiladoras de Exportación. Con gente de su confianza en muchas de estas instituciones, Cason ha logrado en varias ocasiones enfrentar entre sí a burócratas del mismo gobierno, e incluso ha utilizado fiscales para perseguir algunos hombres del oficialismo que no son de su agrado.
Es frecuente que sea James Cason quien ponga en posesión de su cargo a muchos funcionarios, en su calidad de Virrey del Paraguay, y con un estilo chocarrero incluso gasta bromas durante los actos. Cuando un fiscal de apellido Rodgers fue nombrado en sus funciones, Cason le calzó un sombrero blanco al estilo del Far West, comparándolo con Roy Rogers, el popular cowboy y cantante de los años 30 y 40 que interrumpía sus tiroteos para entonar música country.
Por si no fuera suficiente, ha organizado un entramado de ONGs que respaldan a partidos opositores con los dólares que distribuye la embajada, grupos entre los que se encuentran algunos que se presentan ante la opinión pública como izquierdistas y gozan de grandes espacios en los medios más populares, el diario ABC color y la radio Ñandutí, ambos dirigidos por incondicionales propagandistas del imperialismo con un largo historial de colaboracionismo. Estos medios presionan al gobierno para que rinda cuentas entre otras a organizaciones no gubernamentales como Transparencia Internacional, financiada por la ultraderecha de Washington, aunque ésta última no rinda cuentas a nadie excepto a James Cason.
Todas estas favorables condiciones han creado toda una capa de dirigentes políticos en Paraguay que hoy se dedica a hacer una muy bien remunerada oposición, entre suntuosas recepciones en la embajada, viajes constantes en primera clase para rendir pleitesía en Washington, y el dulce sabor de la fama con que lo arropa la prensa adicta al imperio.
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