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sábado, 2 de octubre de 2010
Fernando Lugo, ángel exterminador en Plan Colombia now
Fernando Lugo, ángel exterminador en Plan Colombia now
El célebre cineasta Francis Ford Coppola presentó en su consagrada película “Apocalipsis Now” visiones oníricas de una guerra –la de Vietnam- que padecía de locura homicida, en una surrealista y alucinante visión de los desvaríos estadounidenses respecto a su papel de gendarme mundial. Parafraseando a Coppola podríamos denominar “Plan Colombia Now” a lo que hoy sucede en el norte del Paraguay, donde rangers entrenados por Estados Unidos y sus asociados colombianos han convertido vastas áreas del país en un coto de caza, donde se ha desatado una cacería de militantes marxistas. La ingerencia colombiana en los organismos de seguridad del cura Fernando Lugo fue confesada públicamente por el ministro del Interior Rafael Filizzola, en el programa radial que conduce Enrique Vargas Peña a través de la 970, en la tarde de ayer. El ministro y su entrevistador también compararon eufóricos la ejecución del izquierdista Nimio Cardozo en Paraguay en Paraguay con el ataque colombiano que acabó con la vida del jefe de las FARC "Mono Jojoy" en Colombia, un día antes.
"También usamos el mismo mecanismo de recompensas para capturar terroristas que utilizan en Colombia" se ufanó el ministro del interior del cura Fernando Lugo, que se decía bolivariano y teólogo de la liberación.
Otro izquierdista asesinado por el Gobierno de Fernando Lugo
Es difícil olvidar que un guerrillero peligroso si los hubo, el Che Guevara, pudo ser capturado con vida en Bolivia, para ser ejecutado horas más tarde en una archiconocida historia. Curiosamente, los organismos represivos de Paraguay, dirigidos desde la embajada norteamericana, se han mostrado incapaces de lograr la captura de unos pocos militantes de la izquierda marxista localizados en una especie de picnic en los fondos de un almacén.
Los rangers entrenados por EEUU y Colombia que operan en el Paraguay, volvieron a cumplir su faena y se cobraron otra vida, esta vez de Nimio Cardozo. La realidad de los hechos tienen dos incongruencias principales. Primera, resulta curioso que no se puedan tomar prisioneros, para escuchar su versión de las imputaciones en su contra y de los acontecimientos, que obviamente serían incómodas para sus ex aliados hoy en el gobierno.
¿Quemas de archivo por orden superior arzobispal?
La segunda incongruencia se manifiesta entre la propaganda oficial y de los medios empresariales paraguayos, que insisten en presentar al gobierno de Lugo como adscripto a la izquierda latinoamericana y a la teología de la liberación, en tanto caen abatidos uno tras otro los adherentes a esa ideología.
En la mañana del viernes se registró el enfrentamiento a tiros entre efectivos de la Policía Nacional y el miembro del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) en la zona de Hugua Ñandú, en el departamento de Concepción, y Nimio cayó abatido, según la versión de un vocero policial.
El insurgente fallecido fue identificado como uno de los “principales” integrantes del grupo guerrillero marxista que, curiosamente, se enfrenta a un gobierno al cual la prensa mediática califica como de "izquierdas".
El hecho se registró a las 06:00 horas, dijo el vocero de Relaciones Públicas de la Policía Nacional, comisario Sebastian Talavera. El jefe policial dijo que el operativo de rastrillaje prosigue a estas horas en la zona en la búsqueda de los otros integrantes del grupo guerrillero.
Esa zona norte del país es reconocida como una zona en la cual se mueve con normalidad el grupo insurgente, integrado por conocidos militantes de partidos políticos de izquierda marxista y dirigentes campesinos, con amplia base popular en la zona, la mayoría de los cuales trabajaron por la campaña proselitista que llevó al poder al gobierno que hoy se empeña en aniquilarlos.
Esta nueva ejecución extrajudicial se suma a las de Severiano Martínez y Gabriel Zárate.
Represores condecorados en secreto y acuerdos en la penumbra
La verdad es que el falso bolivariano Fernando Lugo ya intentó ocultar tiempo atrás su verdadera identidad, la de reaccionario y servil al imperio, condecorando en secreto a uno de los asesores enviados por Alvaro Uribe para reprimir a la izquierda.
Fuente: http://www.abc.com.py/abc/nota/100645-Condecoran-al-agregado-militar-de-Colombia,-pero-la-prensa-no-tuvo-acceso/
El coronel Humberto Jerez, agregado militar de la Embajada de Colombia, cuya participación en un seminario en el Comando en Jefe a principios del mes de febrero había provocado una airada reacción del ministro de Defensa Luis Nicanor Bareiro Spaini, fue condecorado por el comando de las Fuerzas Militares por término de misión.
El Comando de las Fuerzas Militares intentó ocultar la ceremonia. No fue comunicada a los medios y cuando estos se enteraron del mismo, fueron hasta la sede militar, pero no se les permitió el ingreso.
La prensa paraguaya informó el viernes 5 de setiembre de 2008, apenas asumido el gobierno del cura Fernando Lugo, que la embajadora de los Estados Unidos en Paraguay, Liliana Ayalde, visitó al ministro del Interior, Rafael Filizzola. Ya en aquella la ocasión, la representante del imperio enfatizó el interés de su país de “apoyar y acompañar los programas” de seguridad de Paraguay. La diplomática no descartó entonces una cooperación para el fortalecimiento de la Policía Nacional, que se realizaría en el marco del Programa Umbral.
Fuente: http://www.abc.com.py/2008-09-05/articulos/447990/ee-uu-apoya-programa-de-seguridad-de-paraguay
La diplomática acotó por entonces que “básicamente estuvimos repasando lo que la cooperación del Gobierno de Estados Unidos ha venido trabajando y algunos temas posibles para el futuro”. Añadió que hablaron de “algún posible apoyo a la Policía”.
El tipo de “apoyo” en la materia que ha brindado Estados Unidos en el pasado a Paraguay es bien conocido por quienes sufrieron cárcel, destierro y tormentos en los centros de detención que bajo la atenta mirada de la CIA norteamericana, mantuvo el dictador anticomunista Alfredo Stroessner entre 1954 y 1989.
La penetración de los organismos de seguridad en América Latina durante el siglo XX constituye, sin ninguna duda posible, uno de los episodios más siniestros y vergonzosos en la historia del imperialismo.
Con coartadas como la expuesta por Ayalde a Filizzola, Washington perpetró una invasión solapada que ha dejado como legado a esta región del mundo un pasado de golpes de estado, dictadores sanguinarios, escuadrones de la muerte, desaparecidos, asesinatos políticos, torturas y represión.
Entre otros documentos de los Archivos del Terror, quedó como testimonio de la siniestra presencia norteamericana en Paraguay, un memorando fechado en Washington el 8 de Octubre de 1956, en el que se le asigna como asesor de la temible Policía política y en el que aparecen como participantes en los papeles Mr. Da Silva, primer secretario de la embajada paraguaya, Dr. Oscar Insfrán (un asesor del obispo Fernando Lugo durante su proselitismo), segundo, Mister Rubottom (ARA) Y Mister Havemeyes (OSA). Se consigna en el documento que se envió una copia a la embajada de Asunción, cifrado ARA (Mr. King), ICA (Mr. Atwood), ARA (Mr. Rubottom) y OSA.
Una historia vieja
El historiador Carlos Soria Galvarro narra que para ser nombrado ministro durante el gobierno de René Barrientos en Bolivia, Antonio Arguedas Mendieta hizo un degradante pacto con Larry Sternfield, el jefe de la estación de la CIA en Bolivia: si pasaba un interrogatorio sobre su verdadera identidad los norteamericanos aceptarían su nombramiento. “Lo llevaron a Lima escoltado por el agente Leondiris y lo sometieron a cuatro días de preguntas ante un detector de mentiras y hasta lo inyectaron con pentotal, la “droga de la verdad”. Arguedas pasó todas las pruebas y en agosto del 66 fue nombrado ministro de Gobierno”.
Arguedas, que había militado en su juventud en el Partido Comunista Boliviano, confesó antes de morir que en venganza por las humillaciones a que lo sometía la CIA, envió a La Habana una copia de los microfilms que habían hecho los norteamericanos del diario del Che Guevara y otros documentos.
Si alguien piensa que este trato denigrante recibido por un funcionario latinoamericano por parte de los personeros del imperio es cosa del pasado, se equivoca. En Paraguay, antes de ser admitidos en el programa Umbral –herramienta de penetración de Estados Unidos en las oficinas públicas paraguayas-, los voluntarios paraguayos son sometidos a pruebas similares con detectores de mentiras similares a los usados con Arguedas.
El tratamiento recomendado hoy en Washington, para los detenidos en cárceles secretas de la CIA en todo el mundo no ha variado mucho desde los tiempos de la guerra fría, cuando los cadáveres de disidentes paraguayos eran arrojados a los ríos con las cavidades craneanas perforadas, las cabezas sin orejas, con los torsos brutalmente torturados, y los órganos genitales seccionados.
Merced a la obsecuencia de ministros como Filizzola, nuevamente se ciernen hoy sobre el Paraguay la amenaza de persecución, la miseria y la electrocución, aunque esta vez con la bendición de la iglesia de Joseph Ratzinger, bajo el signo oscurantista de la Cruz de Torquemada y siempre bajo las alas del águila yanqui.
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