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lunes, 12 de julio de 2010

AGENTE DEL BRASIL NOMINADO EN ITAIPÚ POR FERNANDO LUGO


No es de extrañar que el cura Fernando Lugo, quien proclamó que recuperaría la soberanía energética de Itaipú para el Paraguay, se haya conformado con mendigar hoy una línea de transmisión que el Brasil podría ceder por caridad.

El nominado por el gobierno arzobispal para ocupar la dirección de Itaipú es un personaje a quien se considera en Brasil como un agente de Lula en Paraguay, Gustavo Codas Friedmann, afiliado al PT del Brasil y además vinculado a un funcionario envuelto en escándalo por corrupción.

Vaccari Neto es considerado pieza fundamental dentro del esquema de recaudación financiera del partido del presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Pese a las denuncias en su contra, el presidente Lula le sigue manteniendo en el cargo de consejero de Itaipú. La prensa brasileña hace conjeturas en relación a los vínculos del recaudador del PT con el actual director paraguayo de la binacional, Gustavo Codas Friedmann.

Gustavo Codas también es conocido en Paraguay como un ex terrorista que intentó asaltar a su propia madre para ofrendar el dinero al grupo criminal que integraba.

UN TERRORISTA QUE INTENTÓ ASALTAR A SU PROPIA MADRE

La decisión del cura Fernando Lugo de nombrar director de Itaipú a un ex terrorista que intentó asaltar a su propia madre en la década de 1970, sigue conmocionando a la sociedad paraguaya y avivando la ya desatada tormenta política en el principal partido que lo sostiene, el Liberal.


El destituido director de Itaipú, Carlos Mateo Balmelli, apenas llegado del Brasil, aseguró que el presidente Fernando Lugo actuó con cobardía al no “dar la cara” y comunicarle personalmente su remoción. “El no asumir una responsabilidad de esa naturaleza demuestra cobardía”, expresó.

ASALTANTE Y SECUESTRADOR

Según su ficha de la OPM, el nominado por el cura Lugo para dirigir Itaipú, Gustavo Codas Friedmann, a mediados de la década de 1970 elevó un informe a su organización para perpetrar un asalto contra su propia familia, describiendo minuciosamente la posible suma de dinero a ser retirado del Banco por su madre, para el pago a los cañeros y obreros de su ingenio azucarero. También delató el lugar donde se guardaba ese dinero y la forma en que era llevado al interior del país.

También dio detalles de la guardia, horarios, direcciones y otros datos para que la OPM perpetre el atraco. En 1984, protegido por sus vinculaciones familiares con el régimen de Stroessner, que decidió entonces intervenir el “Banco paraguayo de Datos”, se exilió voluntariamente en Venezuela, y luego pasó al Brasil.

Codas también fue acusado en el Senado de ser un secuestrador, y de haber planeado el plagio de su propia abuela.

Según el senador liberal Alfredo Jaeggli, Codas quiso secuestrar a su abuela durante la época de la dictadura, y la señora le perdonó porque tuvo compasión, intercediendo ante las autoridades de la dictadura militar para que pueda salir del país. Jaeggli remarcó que por ese motivo se fue exiliado al Brasil y fue allí donde le conoció al mandatario Ignacio “Lula” da Silva, de quien finalmente fue un tiempo asesor político.

Fue criticado el hecho de que se dé el nombramiento en momentos en que la ciudadanía se encuentra sensible por los recientes secuestros y otros hechos de inseguridad.

UN TERRORISTA MÁS

Gustavo Codas Friedmann no es el único alto funcionario del gobierno luguista con antecedentes de esta naturaleza. De acuerdo a la ficha del actual ministro de Hacienda del cura Lugo, Dionisio Borda, en tiempos en que integraba la misma banda de Codas, “regalaba dinero, máquinas, semillas” a campesinos para captarlos para la OPM. El dinero era obtenido a través de expertos enviados por las Naciones Unidas, Gerrit De Pager y Antonio Jaime Elizalde Hevid, de filiación “marxista”. Actualmente es el principal vínculo de los gobiernos paraguayos con la usura internacional, incluidos BID, World Bank y FMI.

Miguel Ángel López Perito, ministro sin cartera del cura Lugo, también tiene un pasado comprometido con la violencia y el crimen organizado. En otros tiempos, el mismo diario ABC color que promocionó a su grupo político Tekojoja presentó a López Perito y otros de su entorno como peligrosos terroristas, con sus fotografías en la tapa.

Con nombres de guerra “c. Lino” y “c. Tencho”, tuvo a su cargo la misión de formar el “Frente de Barrios”, que debía ser integrado por seminaristas y miembros jóvenes de la Pastoral Juvenil. Debió participar del asalto planeado contra el Banco Holandés Unido. Realizó relevamiento en el colegio Cristo Rey, con el objeto de planificar el robo del sueldo del personal docente, para fondos de su grupo terrorista.

Apresado por la policía, delató a la mayoría de sus compañeros que fueron enviados a las cámaras de tortura gracias a su testimonio. Más tarde se convirtió en obsecuente instructor de esgrima de los más encumbrados personeros del régimen contra el cual “luchó”.

NO RESPETABA NI EL DINERO DE SU MADRE

La verdad de la milanesa es que el nominado para dirigir Itaipú para el gobierno del cura Fernando Lugo, Gustavo Codas, no respetaba ni siquiera el dinero de su madre, cuando integraba la misma banda delictiva de López Perito y Borda.

En el informe al grupo radicalizado al cual pertenecía, con el cual buscaba facilitar el asalto a su propia madre, Codas señalaba la ubicación de su propio domicilio, la vigilancia policial en sus cercanías, las dependencias de la casa y la hora más apropiada para que integrantes de la OPM realicen el asalto, con el cual buscaban hacerse de fondos para la banda.

En el informe con el cual pergeñaba el asalto a su propia madre, Codas señalaba: “Según tengo entendido, el dinero no está asegurado, pero no puedo confirmarlo aún”.

“Por otra parte, el transporte de dinero se hace solamente en tiempo de zafra, es decir de mayo a octubre (más o menos), puesto que el resto del año hay poco personal, por lo tanto son cantidades mucho menores de dinero”.

Sobre el manejo, el personaje hoy nominado por el cura Lugo para manejar el multimillonario presupuesto de Itaipú, detallaba: “Se recibe una llamada del interior, donde se avisa sobre la necesidad de plata. Se fija fecha, y en la fijada, se retira del Banco (City Bank, Londres, Real o Brasil) el dinero, y se lo trae a la casa de familia ubicada en la esquina de avenida España y la calle Boquerón. Para el retiro de la plata, van una mujer y un chofer, y eventualmente otro empleado joven (epiléptico). En la casa se deposita el dinero generalmente en un débil armario, a la espera del piloto y el avión que vendrán a buscarlo”.

Más adelante especifica: “De ahí (la casa) se transporta de nuevo en auto la plata hasta el aeropuerto internacional, donde se embarca en un Cessna 170.Que yo sepa, no se usan armas. Frente a la casa hay vigilancia policial en un comercio, y además un perro policía suelto. La guardia se realiza en horarios en que no funciona la oficina”.

Este escalofriante relato del hijo pródigo a su banda delictiva, describiendo detalles útiles para asaltar a su propia madre, plantea la obligada interrogante: ¿Quién no respetó el dinero de su propia madre, sería capaz de respetar el dinero público confiado a su cuidado?

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