Fernando Lugo ha intensificado el reracionamiento del Paraguay con los países árabe, con los cuales Sudamérica tiene poco o nulo intercambio, exceptuando por supuesto las costumbres machistas que se han consolidado definitivamente con el advenimiento del obispo católico.
No en balde el Paraguay fue conocido en otros tiempos como el Paraíso de Mahoma.
Esta semana se jactó de que su popularidad con las mujeres es hoy mucho más alta, algo que pronto demostró ser mentira dado que un coro de mujeres respondió con toda la artillería a estas expresiones.
La diputada Olga Ferreira afirmò que el obispo Fernando Lugo debe pedir perdón a las mujeres por sus agravios. Fue luego que el clérigo-presidente se jactara de su virilidad.
También denunció que estaría involucrado en otro caso de paternidad y nepotismo encubierto, dado que una mujer embaraza del obispo habría sido ubicada en un alto puesto en una entidad binacional.
La senadora Lilian Samaniego, por su parte, aseguró ayer que las declaraciones del presidente de la República, Fernando Lugo, son denigrantes. “No sé como puede tomar en broma la lucha de una mujer, como Benigna Leguizamón, que lo único que quiere es que su hijo tenga identidad”, manifestó.
Calificó al Jefe de Estado de mal gobernante y mala persona. “No tiene valores, ni es responsable de sus actos. Le recuerdo que él es Presidente de la República del Paraguay y tendría que ser el ejemplo. No entiendo cómo puede tomar en broma en una conferencia de prensa algo tan serio como la pregunta por su paternidad”, manifestó.
Samaniego también se preguntó qué opinan las ministras de la Mujer, Gloria Rubin, y de la Niñez y la Adolescencia, Liz Torres, que nada han dicho hasta ahora.
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