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lunes, 12 de octubre de 2009

La última foto de George W. Bush


PARA QUÉ SE VA LUGO? tituló un comentario una conocida periodista paraguaya, cuando Fernando Lugo acudió a rendir pleitesía a George W. Bush.

Y la respuesta sólo pudo ser un prolongado silencio.

¿Necesitaba acaso una foto el obispo con el más impopular presidente de los Estados Unidos, dentro y fuera de su país, del que se tenga noticia?

¿Con el personaje que hizo recordar los días más ignominiosos del Big Stick?

¿Acaso no es el presidente de Estado Unidos aquel que bombardeo escuelas, hospitales y centros humanitarios en Afganistán, sólo para quedarse con el petróleo que se derrama en el Mar Caspio?

¿No es el mismo presidente que estuvo a punto de hacer trizas la más sólida democracia del mundo con su ACTA PATRIÓTICA?

¿No es el presidente Bush quien se negó a ordenar una investigación sobre la criminal masacre de los 600 prisioneros de guerra en Mazar-i-Sharif?

¿No es el presidente que envió a sus tropas a masacrar Irak, con la excusa que luego demostró ser falsa, de las armas de destrucción masiva?

¿No es Bush quien inauguró el ignominioso centro de detención en Guantánamo, y quien avaló la liberación e impunidad de Luis Posada Carriles?

¿No se trata del mismo presidente que intentó un golpe de estado en Venezuela, para expulsar a un líder popular que busca que las riquezas de su tierra sean repartidas entre sus legítimos dueños?

¿No fue acaso Bush quien intentó desestabilizar, por intermedio de Philip Goldberg, al gobierno de Evo Morales en Bolivia, quien emprendió operaciones basura contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y quien reactivó la Sexta Flota para amedrentar a los latinoamericanos?

¿No se trata del mismo hombre que reveló en represalia la identidad de su propio agente, Valerie Plame, esposa del embajador Joseph Wilson, a pesar de que ello le dejaba desprotegida y sólo porque su marido no avaló las mentiras de las "armas de destrucción masiva" en Irak?

Con toda sinceridad, se hace difícil encontrar una razón para que alguien tenga que ir a verlo al actual Presidente de los Estados Unidos, por estas fechas. De hecho, no creo que haya alguien que tenga ganas de ir a perder su tiempo conversando con un personaje, que nunca luego fue simpático.

Pues Fernando Lugo se fotografió para la posteridad con George Bush hoy lunes, 27 de octubre. Ocho días antes de las elecciones del 4 de noviembre.

En las que no sólo Bush es el principal responsable de la caída sostenida en las encuestas del candidato de su partido John McCain, sino también una pesada carga que los norteamericanos y el mundo sólo desean hoy por hoy olvidar.

De todas maneras, el único objetivo del obispo Fernando Lugo, al parecer, era aparecer en la última foto del tristemente célebre George W. Bush.

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