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martes, 4 de agosto de 2009

Fernando Lugo: Cura abusador juzgado en España

Un cura pederasta, juzgado de nuevo por abusar de cuatro niñas

Gregori Salgado afronta una petición de más de diez años de cárcel


A sus 64 años, el cura Gregori Salgado Jiménez vive entre las paredes de la casa sacerdotal de Vic (Osona). Volcado en su tarea de archivar libros, ejerce discretamente el cargo de secretario desde que, en 2007, la Audiencia de Barcelona le condenó a dos años de cárcel por abusar sexualmente de una joven deficiente en la iglesia de Fátima de Igualada, donde era párroco. En aquella ocasión eludió la prisión por tratarse de una pena menor. Ahora, corre el riesgo de continuar su labor de bibliotecario en un lugar distinto: la prisión. El hombre afronta 10 años de cárcel por abusar de cuatro menores mientras impartía clases de religión en un colegio público de Igualada (Anoia).

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"Hay que respetar la presunción de inocencia", explicó ayer un portavoz de la diócesis de Vic. Lo hacía a la misma hora que el juzgado penal número 2 de Barcelona acogía una larguísima sesión (siete horas) del juicio contra Salgado, que se celebró a puerta cerrada para proteger la identidad de las niñas. El relato de las víctimas fue durísimo. La madre de una de ellas descargó su furia contra el párroco a la salida: "Le tocaba la espalda y el culo y le introducía los dedos en la vulva", dijo.

Las dos niñas sufrieron los abusos entre 2003 y 2004. Entonces tenían 10 años. Salgado aprovechó las clases de religión católica para, supuestamente, quedarse a solas con ellas y realizar los tocamientos. El fiscal pide para él más de cinco años de cárcel. Además de esos cargos, los padres de otras dos niñas de siete años consideran que sus hijas también sufrieron abusos en el aula de audiovisuales del mismo centro, el colegio público Gabriel Castellà de Igualada. La acusación particular pide otros cinco años; 10, en total. Además, exige que la Iglesia se haga cargo, como responsable civil subsidiaria, del pago de las posibles indemnizaciones.

Ante las víctimas, los familiares y 20 testigos, el acusado negó los hechos. La misma estrategia que usó en el anterior juicio, en 2006. El sacerdote fue condenado entonces a dos años de cárcel por tocamientos a una joven feligresa con discapacidad psíquica en la iglesia. Tras abusar de ella, Salgado le regaló una bolsa de patatas para que no explicara nada, según la sentencia. El hombre, además, se negó a someterse a las pruebas de ADN para cotejar el origen del semen hallado en los pantalones de la víctima. La niña aún recibe atención psiquiátrica "para superar el trauma", relató su madre.

Mientras estaba inmerso en ese primer juicio, la diócesis de Vic le mantuvo como profesor en aras de la presunción de inocencia. El Departamento de Educación de la Generalitat, en cambio, le apartó de la docencia por precaución. Los familiares lamentan que, de haber actuado con mayor dureza, la Iglesia habría evitado nuevos abusos. Salgado fue trasladado, eso sí, de Igualada a Òdena, donde fue rector de la iglesia Virgen de la Paz, informa Enric Badia.

En 2007, tras la condena en firme de la Audiencia de Barcelona, la Iglesia hubo de asumir las culpas del párroco: lo apartó de los niños y lo refugió en Vic. "Creemos en el arte del perdón y no podemos masacrar a una persona porque no se haya comportado como esperábamos de él", rezaba la nota difundida entonces por la diócesis. Los familiares, ayer, fueron mucho menos complacientes: "Queremos que esta vez lo encierren".

CURA VIOLADOR CONFESO

Sacerdote confesó que violó a niños

Colprensa, Bogotá.

La Gobernación de Boyacá derogó el decreto de la condecoración del padre Efraín Rozo, tras conocer las denuncias.
Archivo I El Pais Ante justicia de EE.UU., el sacerdote Efraín Rozo confesó que violó a varios niños. El caso salió a la luz pública luego de que varios hombres que fueron víctimas del religioso, siendo adolescentes, entre 1967 y 1969, se mostraran indignados por una reciente condecoración de la Gobernación de Boyacá al clérigo.

Un nuevo escándalo sacude a la Iglesia colombiana, luego de que el sacerdote Efraín Rozo Rincón, de 78 años, y conocido por sus obras sociales en el país, confesara ante una Corte de los Estados Unidos haber abusado sexualmente de varios niños hace más de 30 años.

El caso salió a la luz pública debido a que, recientemente, el gobernador de Boyacá, Jorge Londoño, decidió otorgarle al religioso la condecoración ‘Orden de los lanceros, en el grado collar de bronce’, por sus logros en el ciclismo aficionado.

Indignados por el homenaje, Ernesto Rozo (sobrino del sacerdote) y José Antonio Tavera, dos de las personas abusadas, recordaron que el padre está involucrado en un proceso por pederastia en una corte de California, Estados Unidos.

Los dos hombres, hoy mayores de 40 años, fueron violados entre 1967 y 1969, cuando estudiaban en el Instituto Tihamer Toth, en Bogotá.

El relato de Tavera. Desde Quito, Ecuador, José Antonio Tavera, una de las víctimas del sacerdote, dijo que inició una campaña en internet en contra de los padres Rozo, Germán Pinilla Monroy y Roberto Ospina Leongómez, por el abuso sexual de varios menores, incluido él, en la época de los hechos.

Según Tavera, Rozo y Pinilla “tocaban y besaban a los niños” en el instituto (donde se preparan seminaristas) y cuando había campamentos de ‘scouts’.

En su testimonio, Tavera cuestionó la que llamó “complicidad de la Iglesia Católica colombiana”, pues afirmó que estas denuncias fueron enviadas hasta el cardenal Alfonso López Trujillo, en el Vaticano, sin que nada se hiciera.

Agregó que denunció a Rozo en Estados Unidos, porque en Bogotá ni la Fiscalía ni la Iglesia atendieron sus denuncias.

Otro testimonio. ‘Adolfo’, quien se identificó de esta manera para proteger su identidad, dijo ser otra de las víctimas del padre Rozo.

“Yo fui violado en la década de los años 60 por este sacerdote, quien era mi director espiritual. Él abusó de mí con engaños y presiones, aprovechándose de que yo venía de una familia pobre”, aseguró ‘Adolfo’.

Añadió que fue testigo de cómo otros compañeros de seminario fueron violados por el mismo clérigo. Muchos, señaló, “terminaron como homosexuales o prostitutos en las calles de Bogotá”.

“En julio del año pasado --continuó la víctima-- el padre Rozo vino a mi casa (en Bogotá) para pedirme perdón por las locuras de su juventud”.

‘Adolfo’ afirmó que entabló una denuncia en contra del sacerdote en 1966 y que posteriormente le envió una carta al cardenal de la época, monseñor Luis Concha Córdoba, quien designó una comisión oficial para investigar los hechos, por lo cual Rozo decidió sacarlo del seminario. Sin embargo, las investigaciones nunca prosperaron.

La confesión. Ayer fue revelado un video en el que el padre Rozo confiesa en una corte federal de Los Ángeles, California, que en el pasado mantuvo contactos sexuales con menores de edad. El video fue realizado el 16 de febrero de este año.

Entre otras cosas, Rozo confesó que no sólo violaba a Tavera constantemente y que, incluso, se lo llevó a vivir con él, sino que tomaba fotos a otros seminaristas, los hacía desnudar en saunas privados y les manipulaba sus genitales.

Negación de un acusado. Aparte de Rozo, uno de los padres acusados es Roberto Ospina Leongómez, quien negó tajantemente los hechos.

Ospina sostuvo, desde Bogotá, que los testimonios en su contra son montados, “al igual que las supuestas pruebas que existen”.

“Los argumentos de mi defensa están basados en mi conciencia; en mi vida, que ha sido pública, y en el hecho de haber trabajado con mucha gente que me conoce y puede dar fe de mi conducta”, explicó monseñor Ospina.

El sacerdote afirmó que sí conoció a Tavera, quien lo acusa, pero dijo haber perdido contacto con él cuando conoció las intenciones de desprestigiar a la Iglesia.

“Conocí los e-mail de José Antonio Tavera mediante los cuales hacía señalamientos por abuso sexual. El año pasado le respondí, pero después me di cuenta de que estaba ante una persona que perdió la objetividad”, dijo Ospina.

¿Quién es el padre Efraín Rozo?

El sacerdote Efraín Rozo Rincón conformó la famosa cuarteta del equipo colombiano que logró uno de los primeros grandes triunfos del ciclismo en el exterior, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1950.

En los 60, el sacerdote fundó la Federación Estudiantil de Ciclismo.

Rozo es igualmente recordado por construir un velódromo en el norte de Bogotá.

Asimismo, en los años 80 fundó Prorecreativa, una actividad social que consistía en realizar grandes paseos en bicicleta.

Rozo se desempeñó también como capellán de la Universidad Nacional en Bogotá y ha sido promotor, desde mediados de la década de 70, del ciclopaseo ‘Vive Colombia, viaja por ella’, que busca incentivar el ciclismo recreativo.

En junio de 1996, Rozo estableció el registro de la hora para ciclistas de la categoría Senior Master en Colombia.

Las comunidades pobres de Bogotá lo recuerdan por su labor social y lúdica, siempre con la bicicleta de por medio.

En sus plabras

“Aproximadamente un mes, en 1969, tuve a Ernesto Rozo, mi sobrino, viviendo conmigo en mi residencia, en Santa Mónica. Yo abusé sexualmente de él, quien tenía alrededor de 14 años en esa época”.

“Yo le mostraba fotos sexis de hombres desnudos a Ernesto. Las había tomado en el sauna y en la piscina de la Universidad del Oyola, un año antes de irme para Estados Unidos. También les hacía fotos a sacerdotes desnudos y jóvenes de 15 y 16 años”.

"A José Antonio Tavera le toqué inapropiadamente los genitales cuando él tenía más o menos 14 años. Yo era su confidente espiritual”.

“En el mismo tiempo del incidente con Tavera, monseñor Luis Concha Córdoba adelantó una investigación por las denuncias en mi contra. Yo me fui para los Estados Unidos dos meses después; llegué a la iglesia de San Clement, en Los Ángeles. Mi superior era muy estricto conmigo y no estaba autorizado a dejarme solo”.

“Declaro esto bajo la penalidad de (...) y bajo las leyes de California. Y hago esta declaración el 6 de febrero del 2006”.

Sacerdote Efraín Rozo Rincón, en su testimonio entregado ante una corte federal de Los Ángeles, California, en Estados Unidos.

Pronunciamiento de la Iglesia

En la Arquidiócesis de Bogotá afirman que no tienen pruebas en contra de la conducta del padre Efraín Rozo Rincón, pero aseguran que hay una investigación en curso.

El padre Alberto Forero, canciller de la Arquidiócesis de Bogotá, sostuvo que el caso que hoy tiene en la picota pública a la Iglesia Católica colombiana lo conoció hace dos años, tras una denuncia por internet, y desde ese momento se inició la investigación.

Forero sostuvo, igualmente, que la investigación en los archivos de la época no ha permitido encontrar nada contra la moral del padre Efraín Rozo Rincón, señalado por varios hombres de haber sido abusados sexualmente por él cuando eran niños, en un seminario de Bogotá.

Asimismo, dijo que se está averiguando la veracidad de los documentos presentados ante el tribunal eclesiástico de Los Ángeles, Estados Unidos, donde la justicia sigue un proceso en contra del sacerdote, de 78 años de edad.

En Estados Unidos, el religioso está a la espera de un fallo en su contra, mientras que en Colombia las investigaciones en la Fiscalía y al interior de la Iglesia nunca prosperaron, a pesar de los esfuerzos y las pruebas aportadas a las autoridades judiciales y eclesiásticas por algunas de sus víctimas.

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