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Gobernar inevitablemente crea tensiones, que en el caso del actual gobierno del Paraguay solo pueden ser relajadas a través del sexo.
Como ya se ha vuelto una costumbre bajo el gobierno del clérigo Fernando Lugo, un nuevo escándalo de connotaciones sexuales estalló cuando un cercano colaborador de Fernando Lugo, durante su campaña electoral, acusó al abogado particular del obispo de ser en realidad el proxeneta favorito del clérigo-presidente.
Se trata de Marcos Fariña, a quien el político Luis Aníbal Schupp sindicó como el responsable de reclutar prostitutas de lujo y modelos para las orgías del poder.
Con patrocinio del abogado Carlos Antonio Zugasti, Fariña afirmó ante el juzgado que en radio Uno el ingeniero Schupp se refirió a su persona de la siguiente manera: “Marcos Fariña es una persona sin estómago, que por plata va a matar a su mamá y no digo a su papá porque ya está muerto, ahora se ha convertido en un caficho…”; “… Es el que le está trayendo mujeres al Presidente, bueno, hoy no sé si le trae mozos”, “… que era un sinvergüenza y un payaso…”; “… que ha solicitado dinero al gobernador del Guairá en su nombre…”.
Fariña aduce que Schupp lo descalifica igualmente como profesional al afirmar que “de derecho no sabe un huevo” y que lo único que hace es transar con jueces y miembros de la Corte.
La polémica desatada en torno a las mutuas acusaciones de realizar orgías, entre la oposición y el entorno del obispo Fernando Lugo, fue el primer capítulo de esta interminable serie de escándalos sexuales.
El senador opositor Rogelio Benítez abrió fuego en un acto político afirmando que el clérigo-presidente refaccionaba una mansión de la binacional Yacyretá, sobre el río Paraná, para organizar allí sus orgías.
Las declaraciones del senador Benítez desataron una verdadera tormenta política en el seno del gobierno.
“Benítez tuvo 60 años de orgías” respondió en La Nación el secretario de Emergencias y favorito del clérigo-presidente Camilo Soares.
“Yo no sé qué es lo que le mueve a Rogelio Benítez, envidia o qué cosa es, pero bueno, Rogelio Benítez tuvo 60 años de orgía, él y su antepasados. Entonces, creo que es un goloso, con 60 años no se conforma”, dijo Soares, un habitué de las discotecas gay que no hace mucho fue fotografiado en uno de estos lugares con el afamado travesti “Electra”.
Otro personaje vinculado a este tipo de “actividades oficiales”, el secretario privado de Fernando Lugo, Miguel López Perito, una especie de Sejano (confidente del segundo emperador romano Tiberio) en el gobierno de Fernando Lugo, fue señalado previamente como un hábil extorsionador incrustado en el seno del gobierno.
Dos personajes cercanos a López Perito, el gobernador de San Pedro y el gremialista campesino Elvio Benítez, fueron señalados por un obispo como extorsionadores que manejan la política del país aprovechándose de su conocimiento de las perversiones del clérigo.
La revelación explicaría, entre otras cosas, la extraordinaria influencia de ciertos grupos en el gobierno del obispo, entre otros Tekojoja y P-mas, que sin grandes méritos -el P-mas ni siquiera logró un representante en Diputados- obtienen una desproporcionada participación en el gobierno del obispo.
Más adelante, sobrevino el escándalo del embajador de Fernando Lugo ante el gobierno de Chile, el liberal Armando Espínola, cuyas fotografías en una animada orgía luguista recorrieron las páginas de los diarios de todo el mundo.
Lo cierto y concreto es que analizando la gestión de Fernando Lugo hasta ahora, el acto de gobernar parecería ser interpretado por el clérigo libertino como un lujurioso pasar de bacanales y orgías.
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