FERNANDO LUGO: Los mandatarios y el sexo
Por José Brechner
Está comprobado que los ricos, famosos y poderosos gozan de una libido más acentuada que los hombres comunes. Esa energía se vincula al hecho de que por su encandilada vida social más agitada y diversa, y el contacto con personas más atractivas que el común, la oferta sexual a la que se encuentran expuestos es mayor. Además, la fama, el poder, y el dinero son un irresistible afrodisiaco para la mayoría de los mortales.
Esa misma facilidad que hace que los poderosos puedan obtener casi todo lo material, provoca a veces que sus deseos se tornen rebuscados e insaciables. La historia cuenta de muchos que en la intimidad tenían extrañas peculiaridades.
Algunos fueron depravados y asquerosos, tal el caso de Adolf Hitler que además de sádico, era coprófago. Gustaba de comer, untarse, y revolcarse en sus excrementos y los de sus parejas. Todas sus amantes se suicidaron.
De los dictadores latinoamericanos actuales conocemos poco pero se chismorrea mucho. Fidel Castro antes de envejecer y convertirse en larva hospitalaria, usó su fuerza para poseer a cualquier muchacha que se le antojara.
De Hugo Chávez se afirma que es bisexual, aunque según el Instituto Karolinska de Suecia (el que otorga los premios Nobel de Medicina y Fisiología) todos los bisexuales son homosexuales.
Del dictador boliviano Evo Morales, recientemente se publicó un libro, sin datos comprobables, acerca de su misteriosa vida íntima. Los hechos que se saben a ciencia cierta son, que Evo Morales al tomar el poder se fue a cohabitar en la casa presidencial sólo con hombres, junto a su vicepresidente, Álvaro García Linera, cuya homosexualidad es vox populi aunque no se atreve a salir del closet, porque los ultra-machistas indígenas que lo rodean lo despedazarían vivo.
Morales se adjudica dos hijos con dos mujeres diferentes, hecho que de ser verdad confirma otra faceta adicional de su irresponsabilidad y desfachatez. Morales acostumbra hacer bromas estúpidas e infantiles con connotaciones sexuales, a las mujeres que tiene cerca, inclusive a reporteras y funcionarias del gobierno. El dictador boliviano, a diferencia de la mayoría de los hombres de poder, parece tener una libido muy baja, propia de los nativos aimaras.
En el Medio Oriente muchos jeques y tiranos árabes mantienen harenes de concubinas, pero también son conocidos por ser pedófilos homosexuales, pese a que en el mundo islámico la homosexualidad es penada con la muerte. Obviamente la ley es aplicada sólo con el pueblo no con sus gobernantes.
Yasser Arafat que se casó para ocultar su condición de homosexual pedófilo y pederasta, tenía un séquito de niños para colmar sus apetitos, además mantenía relaciones íntimas con algunos de sus guardias personales.
A través del tiempo, los heterosexuales poderosos, en todas las culturas, tuvieron gran éxito reproductivo, dejando larga progenie, mientras que los pobres y solteros no tuvieron hijos. El campeón semental fue el cruel Mulá Ismael, Emperador de Marruecos (1672-1727) que dejó 1.042 descendientes, pero cualitativamente no fue diferente a otros hombres de poder.
La intriga sobre la sexualidad de los políticos excita a las masas. Sin embargo, en un plano mucho más científico, que el de quién se acostó con quien, existen datos reveladores acerca del comportamiento sexual de los poderosos que son dignos de conocerse.
Según los estudios de la psicología evolutiva, es natural para los políticos --sólo si son hombres-- que estén dispuestos a arriesgar todo por una aventura sexual.
En la mañana del 21 de Enero de 1998, los norteamericanos despertaron con la sorprendente noticia de que Bill Clinton había tenido una relación íntima con una interna de 24 años en la Casa Blanca.
La historiadora darwiniana Laura L. Betzig recalcó en ese momento: “Se los advertí”. Betzig indicó que si bien los hombres occidentales poderosos se casaron de forma monógama, casi siempre mantuvieron relaciones polígamas. Con sus mismos genes engendraron herederos y bastardos.
La pregunta que muchos se hacen es: ¿Por qué arriesgan su posición por una aventura con una mujer joven? La respuesta la dio el mismo Bill Clinton: “porque pueden”. Los hombres aspiramos consciente o inconscientemente al poder económico o político con el objetivo de acceder a un mayor número de mujeres.
Preguntarle al ex presidente de Estados Unidos o al ex gobernador de New York, Eliot Spitzer, que se vio forzado a renunciar por haber sido pillado con una prostituta de 22 años ¿por qué buscan mujeres jóvenes? es como preguntarle a alguien que trabajó arduamente todo el día para obtener una gran suma de dinero ¿por qué gasta plata?
De acuerdo a la visión evolucionista, la actitud de los poderosos de buscar sexo extramarital, es natural.
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