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lunes, 29 de junio de 2009

ALIADOS DE FERNANDO LUGO APOYAN GOLPE CONTRA ZELAYA EN HONDURAS

ALIADOS DE FERNANDO LUGO APOYAN GOLPE CONTRA ZELAYA EN HONDURAS

El senador Alfredo Jaeggli, del oficialista Partido Liberal, expresó a la radioemisora oficialista Radio Ñandutí que está de acuerdo con el golpe que expulsó del poder al presidente hondureño Manuel Zelaya.

Jaeggli dio su apoyo al golpe en el escuchado espacio radial del analista Raúl Melamed.

Jaeggli fue uno de los aliados de Fernando Lugo en la última votación del Congreso, donde se unió a los izquierdistas y colorados para llevar a la presidencia del Parlamento a Miguel Carrizoza.

Durante la campaña de Fernando Lugo, trabajó intensamente impulsando su candidatura en el interior del país.

La posición de Jaeggli fue compartida por el analista Alberto Vargas Peña, también afiliado al Partido Liberal, en su audición "Polémica al Atardecer".

Vargas Peña también apoyó a Fernando Lugo desde las páginas del diario La Nación, para resultar electo el 20 de abril del 2008.




EL EXCÉNTRICO SENADOR JAEGGLI

La historia británica nos enseña que Winston Churchill en 1900 fue elegido diputado representativo del partido Conservador hasta 1904, y que al finalizar su periodo cambió de partido afiliándose al partido liberal, hasta que su excesiva obsesión armamentista cuando se desempeñó como Lord del Almirantazgo le costó ser retirado del gobierno, haciéndolo volver al partido Conservador.

Un caso paralelo de cambio de filiaciones, marchas y contramarchas es el que corresponde al senador paraguayo Alfredo Jaeggli, un obeso y charlatán importador de perfumes que se dio la gran vida en tiempos del dictador Stroessner, para a su relevo aparecer en la política como un prócer de la democracia. De fervoroso partidario del neoliberalismo, admirador del ex presidente argentino Carlos Menem y detractor del marxismo y las expropiaciones, hace pocos días sorprendió a la opinión pública solicitando en plena cámara la expropiación de las tierras de su correligionario Felino Amarilla, con quien mantiene un longevo litigio personal. Y a pesar de haber apoyado incondicionalmente al obispo Fernando Lugo para las elecciones del 20 de abril y de su anticomunismo galopante, hace un par de semanas lideró en el parlamento el rechazo a una donación de Taiwán que privó al gobierno del clérigo-presidente de más de 70 millones de dólares de ayuda no reembolsable.
Al igual que Jaegli, Churchill se hizo famoso en el Parlamento por sus discursos, su ironía y su buen humor. Tanto a Churchill como a Jaeggli, el espíritu independiente, reacio a someterse a disciplinas partidarias, les granjeó importantes enemigos en la cámara, incluso entre sus propios correligionarios. Así pues, no es de extrañar que en ambos casos se produzcan varios cambios de partido y que sus intervenciones, a la vez esperadas y temidas por todos, suscitaran siempre tremendas polémicas
Cuando se instaló en el partido liberal, Churchill fue nombrado Ministro de Comercio en el gabinete liberal de Herbert Henry Asquito. Desde su privilegiada posición hizo alarde de sus dotes de interpretación de la situación real del mundo lo que le permitió prevenir acontecimientos posteriores como la I Guerra Mundial. Tras ser designado subsecretario de Colonias y ministro de Comercio en un gobierno liberal, Churchill previó con extraordinaria exactitud los acontecimientos que desencadenaron la Guerra Mundial y el curso que siguió la contienda en su primera etapa. Sus profecías, consideradas disparatadas por los militares, se convirtieron en realidad y sorprendieron a todos por la clarividencia con que habían sido formuladas.
Jaegli también previó con extraordinaria exactitud lo que sucedería con su colega el senador Filizzola Pallarés cuando éste se dejó ganar por la cooptación y el clientelismo colorado en la cámara, y para graficarlo exhibió un condón en plena sesión parlamentaria.
Durante años, Churchill fue algo así como la voz de la conciencia de su país, una voz que sacudía los espíritus y les insuflaba grandes dosis de energía y valor. Su genio polifacético, además de llevarlo a conquistar la inmortalidad en el mundo de la política, lo hizo destacar como historiador, biógrafo, orador, corresponsal de guerra y bebedor de coñac, y en un plano más modesto como pintor, albañil, novelista, aviador, jugador de polo, soldado y propietario de caballerías. Jaeggli por su parte, además de haber sido árbitro de fragancias en tiempos del dictador Stroessner, sobresalió como bon vivant, automovilista, jalador, bibliotecario, vendedor de perfumes, corredor de rallyes y organizador de las fiestas de Hawaiian Tropic.
Definitivamente, habemos de todo en la idílica república burguesa del obispo de los pobres. LAW

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