Las ONGs van reemplazando paulatinamente al Estado en Paraguay desde la llegada al poder del obispo Fernando Lugo.
El fenómeno se da como un paso inicial hacia la liquidación del Estado en el marco del neoliberalismo que promueve el Gobierno del obispo, quien llegó al poder con respaldo de las ONGs vinculadas a la embajada norteamericana.
Supuestamente, una organización no gubernamental (tanto en singular como en plural ONG) es una entidad de carácter privado, con fines y objetivos humanitarios y sociales definidos por sus integrantes, creada independientemente de los gobiernos locales, regionales y nacionales, así como también de los organismos internacionales.
En Paraguay, como en otras partes, gustan autodenominarse como “la sociedad civil”.
Sin embargo, a pesar de su denominación, muchas veces su carácter es gubernamental, en calidad de agentes de gobiernos extranjeros a la región.
Actualmente muchas ONGs, sobre todo en Latinoamérica, están consideradas un brazo ejecutor de políticas del imperio, y en Paraguay es conocida su estrecha vinculación a USAID, NED y a la embajada norteamericana. “La CIA utiliza para financiar sus redes globales no gubernamentales un gran plantel de fundaciones, algunas ficticias, otras reales. También hay un gran número de organizaciones que reciben fondos de la CIA: revistas académicas de renombre, sindicatos y think tanks políticos” advierte Bob Feldman.
Entre las más notorias se encontraban la ONG Gestión Local, mampara del movimiento Tekojoja, y la ONG Casa de la Juventud, mampara del partido P-mas que dirige el cuestionado secretario de Emergencias Camilo Soares.
Ahora empiezan a inficionar al Estado, haciéndose cargo de asuntos que deberían competer a las secretarías de Estado. En Paraguay, el poder ha sido copado por las ONGs, a tal punto que empiezan a desplazar de sus funciones a las mismas secretarías de Estado, como es notorio en el caso de los sesameros.
“El gobierno de Lugo firmó en la fecha un convenio con los productores de sésamo. El acuerdo establece el sistema operativo para financiación del levantamiento total de la cosecha de sésamo de las zafra 2008-2009, y la indemnización total de las pérdidas de cosecha por causas climáticas y ataques de enfermedades y plagas. Los fondos lo manejará una ONG”, dice una crónica del diario luguista ABC color, http://www.abc.com.py/2009-03-17/articulos/504864/gobierno-y-sesameros-llegaron-a-un-acuerdo.
Las ONGs son también conocidas por haber actuado en favor de intereses antidemocráticos del imperialismo en numerosos casos, en todo el orbe.
En el caso paraguayo, podría considerarse a las ONGs como un fracaso en su papel de administradoras del Estado.
La marginación de pobres aumenta en Paraguay con Fernando Lugo, quien llegó al poder con el cartel de “obispo de los pobres”.
La respuesta de los sectores más desfavorecidos ante la crítica situación no se ha hecho esperar, y las principales organizaciones de sintechos están preparando una dura respuesta al gobierno del clérigo-presidente. El motivo de la movilización es el fracaso total de la Secretaría de Acción Social, cuyo titular -un sacerdote- anunció que no se dejará conMover “por crucifixiones ni flagelaciones”.
Rafael González, uno de los máximos dirigentes del movimiento de sintechos, anunció que hace dos semanas se encuentra preparando la protesta entre 22 organizaciones de todo el país.
El Gobierno también es criticado por su inoperancia para con los paraguayos en el exterior, unos cien mil según las cifras periodísticas, solo en España, en gran parte indocumentados, que no tienen trabajo ni cómo volver al país.
También fue criticado el hecho de que el Gobierno paraguayo pida ayuda al Brasil en el caso de las protestas de sesameros, y pretende vender el producto a un país con el cual se enfrenta diariamente a través de la prensa por el tema de Itaipú.
Ese aspecto es otro en el cual el Gobierno ha estado signado por el fracaso más absoluto, ya que el ministro de Minas y Energía del Brasil volvió a afirmar que el Paraguay solo puso el agua y no tiene nada que reclamar en Itaipú.
La reforma agraria también constituye otro fracaso de Lugo y su equipo de ONGs, dado que según fuentes periodísticas, el Gobierno se mueve a un ritmo que le permitirá concluirla con suerte en 24 años.
El lunes desesperados labriegos de la compañía de Ita Corá, de Mayor Martínez, departamento de Ñeembucú, implantaron un “carretazo” (protesta con carretas) tratando de ser escuchados por el Gobierno, que se entretuvo el fin de semana agasajando a los oligarcas de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa), los mayores enemigos de Hugo Chávez.
Los niños de la calle y la violencia de género van en aumento, mientras las ministras del área, Gloria Rubin y Liz Torres, solo piensan en recaudar y desviar fondos hacia sus respectivas ONGs.
El dengue sigue incontrolable para el Ministerio de Salud dirigido por Esperanza Martínez, y los ministros de la Corte se burlan del obispo declarándose a sí mismos inamovibles.
Todo ello se da por la falta de sentido político del obispo para articular una fuerza parlamentaria con la cual integrar una nueva Corte.
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