LUIS AGÜERO WAGNER- Los pactos entre el obispo Fernando Lugo y el sector del desaparecido dictador Alfredo Stroessner quedaron al descubierto, y para colmo, como derivación de un fracaso y bochorno en el Congreso.
Poco antes el obispo había ordenado una brutal represión de campesinos en el departamento de San Pedro, con el sello inconfundible del estronismo, como innegable parte de estos pactos.
Un tiempo atrás, el senador Julio Osvaldo Domínguez, vinculado a los Stroessner, intentó ocultarse en la valijera del hoy ministro del interior Rafael Filizzola al salir de la residencia del obispo, con quien evidentemente, ya existían pactos de mucho antes.
Todos los indicios corroboran que el grupo de Stroessner contribuyó para la victoria de Fernando Lugo el 20 de abril.
LOS HECHOS DEL JUEVES
Lugo encajó un duro golpe en la Cámara de Senadores, al no haber quórum en la sesión convocada por el mandatario para el día jueves, donde debía debatirse la terna de candidatos para cubrir la vacancia dejada por el ministro Wildo Rienzi, en la Corte Suprema de Justicia acusada de responder al ex presidente Nicanor Duarte Frutos.
Para el cupo los aliancistas ya habían pactado con el sector colorado del castiglionismo -igual que el 20 de abril, cuando sumó su votos a la oposición- designar a Emiliano Rolón Fernández. De esta forma pensaban restar poder a su archi-enemigo, al que sin embargo imitan fielmente en intenciones y métodos, Nicanor Duarte Frutos.
Todo estaba prevista para un nuevo éxito de la alianza Lugo-Stroessner cuando, sopresivamente, legisladores del mismo partido que llevó "al poder" al clérigo como los senadores liberales Alfredo Luis Jaeggli y Zulma Gómez se negaron a participar del contubernio. A estas deserciones también se añadió la llegada tardía de la senadora Iris Rocío González, vicelíder de la bancada del PLRA, y la actitud consecuente de Patria Querida, que se opone al cuoteo de la Corte por políticas sectarias.
Solo estuvieron 21 senadores de los 23 legisladores para que haya el quórum correspondiente y se pueda sesionar, quedando en evidencia la falta de liderazgo en el Parlamento de Fernando Lugo, y su alianza con Stroessner. Por si quedaran dudas, tanto el senador Stroessner (nieto del dictador) como el referente de la derecha pitiyanqui Javier Zacarías, no pudieron guardar silencio y evidenciaron la contrariedad con amargas declaraciones contra los opositores.
El bochorno sufrido el jueves en el parlamento por el obispo Fernando Lugo, desairado por sus supuestos aliados y apoyado por supuestos adversarios, demuestra la falta de liderazgo de una candidatura fabricada en la embajada y los medios.
Por si fuera poco, circuló un fuerte rumor que la silla de Paredes en el consejo de Yacyretá, destituido sin justificación por su amigo el obispo en vísperas de la votación fallida, intentó ser canjeada por votos con algunos miembros de la bancada del Partido Liberal.
El golpe fue tan duro que el diaro La Nación, vinculado a la famila Stroessner, reconoce hoy sábado en una nota el fuerte desgaste sufrido por el clérigo-presidente:
http://www.lanacion.com.py/noticias-226125.htm
LA MISMA METODOLOGÍA COLORADA Y AUTORITARIA
Con la misma metodología con la cual el derrotado partido colorado gobernó en el país por más de sesenta años, inauguró muy pronto sus gestiones el clérigo presidente Fernando Lugo, incluso a antes de tomar posesión formal del poder.
Aunque afirmó que encarnaría "el cambio" durante su campaña electoral, el obispo ha demostrado que piensa gobernar con el apoyo de los poderosos empresarios enriquecidos con la dictadura anticomunista de Alfredo Stroessner, quienes reclaman su tajada por el apoyo brindado al obispo Fernando Lugo, y exigen mano dura con los campesinos pobres y cupos para sus favorecidos en la Corte Suprema de Justicia.
Uno de ellos, el empresario Osvaldo Domínguez Dibb, fue instalado transitoriamente como presidente del partido Colorado, valiéndose de la antigua y arraigada metodología de las ingerencias del presidente electo en el poder judicial, y la mentalidad lacayuna de los politizados y corruptos jueces paraguayos, que demostraron así ser los mismos de siempre, a pesar del "cambio".
Otros de los opulentos personajes reclaman privatizaciones de lucrativos entes estatales.
Ellos son el dueño del diario ABC (Aldo Zucolillo), recordado como financista de la Liga Mundial Anticomunista y porque su familia lucró comerciando con el gobierno de Bolivia, a pesar de que éste se encontraba en guerra con Paraguay.
También tiene las fauces abiertas el propietario del diario Ultima Hora, A.J. Vierci, un conocido contrabandista que se hace pasar por empresario, que tiene la redacción de su diario atiborrada de periodistas venales que reciben dinero del National Endowment for Democracy y otros organismos de coacción imperialista, y en consecuencia dedican loas al imperio norteamericano a pesar de sus lacras padecidas en toda Latinoamérica.
EL CAMBIO DE LA MANO DE LA FAMILIA DEL EX DICTADOR
La victoria electoral del obispo Fernando Lugo sobre los 61 años de hegemonía del aparato clientelista del estado teñido del signo político colorado ha tenido diversas interpretaciones, y complejas y múltiples causas, es imposible ignorar el decisivo apoyo del sector otrora liderado por el desaparecido dictador Alfredo Stroessner, que gobernó en Paraguay durante 34 años (1954-89) y en tiempos de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética se convirtió en pieza clave del Plan Cóndor.
Aunque el sector contribuyó con sus votos, aglutinados en torno a su nieto, el hoy senador Gustavo Alfredo Stroessner Domínguez, aún más decisivas resultaron sus influencias en Washington y el apoyo del grupo multimedia que maneja su familia.
El apoyo de los Stroessner al Obispo Fernando Lugo pretendió ser ocultado, pero se hizo público cuando un sobrino del dictador, el senador Julio Osvaldo Domínguez, fue sorprendido abandonando la residencia del obispo en la valijera del automóvil del diputado Rafael Filizzola. La prensa siguió a Filizzola por varias cuadras, hasta que pudo constatar que Domínguez salía del interior del baúl para abordar su propio carro.
Los partidarios del desaparecido dictador, aglutinados en torno a su nieto, prefirieron al clérigo Fernando Lugo por su proximidad al embajador norteamericano James Cason, antes que a los grupos identificados con el líder bolivariano Hugo Chávez dentro del partido de gobierno, que apoyan las políticas integracionistas del MERCOSUR.
En alianza con la Nunciatura Papal, el aparato de la NED y la USAID y sus ONGs, el decisivo apoyo de la familia Stroessner y su multimedia, la embajada norteamericana logró ratificar su hegemonía sobre la clase política y la sociedad paraguaya.
COMPLICIDAD DE LA IZQUIERDA
Para el regreso de estos grupos, fue decisiva la complicidad de la izquierda latinoamericana, sobre todo de los infiltrados por la CIA, algunos de los cuales jugaron papel determinante. Entre ellos se destaca Joel Cazal, quien dirige la publicación Koeyú Latinoamericano en la misma Caracas Bolivariana y recibe subsidios del Chavismo.
A pesar de conocer que el mentado cambio en realidad representaba el advenimiento del neoliberalismo en Paraguay, de la mano del embajador Cason, estos infiltrados se jugaron decididamente por el clérigo Fernando Lugo. Otro tanto sucedió con los corresponsales de la agencia noticiosa cubana Prensa Latina en Paraguay.
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