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sábado, 7 de febrero de 2009

ONGs y PARTIDOS POLÍTICOS SE ENFRENTAN POR CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

LUIS AGÜERO WAGNER-
Las ONGs que apoyaron la campaña electoral del obispo Fernando Lugo y Partidos Políticos se enfrentan por Corte Suprema de Justicia, en el tema del cuoteo político.

Aunque el cuoteo político para nombrar a ministros de la Corte es constitucional en Paraguay, las ONGs pretenden escamotear a los partidos la atribución de hacer los nombramientos, y ubicar en esos puestos "a los mejores", eufemismo que en Paraguay se utiliza para mencionar a los tribunos que tienen el favor de la embajada norteamericana.

El mismo acto de la campaña contra el cuotea se realizó con una gran bandera de USAID de fondo.

El obispo, sin base en los partidos, envió a sus más importantes colaboradores al acto de lanzamiento de una campaña contra los partidos, en favor del cuoteo manejado por los personeros de la embajada norteamericana.

Al hablar en ese acto, el ministro del interior Rafael Filizzola instó a que se haga una “causa nacional” de rechazo al cuoteo, que es sinónimo de “mercadeo grosero”, y calificó de “perversión la postura de varios políticos que defienden el cuoteo, porque lo hacen con argumentos “falaces y manipulatorios del texto constitucional”.

DE DICTADURA COLORADA A DICTADURA DE LAS ONGS EN PARAGUAY

Durante las seis décadas de predominio político que se extinguieron recientemente, el partido colorado logró construir un régimen de naturaleza totalitaria, de tipo fascista, y contó para hacerlo con la complicidd de las Fuerzas Armadas, que sostenían en la cúspide al líder único que oprimía y explotaba a la colectividad nacional.

Los valores cívicos y democráticos fueron mutilados persiguiendo sus expresiones políticas, sociales y culturales; en concurrencia con grupos oligárquicos y transnacionales, al tiempo de una minoría acumulaba riqueza y poder económico medrando con una corrupción institucionalizada.

El principal instrumento para controlar a la sociedad fue la extendida red de militantes que con espíritu corporativista, se aglutinaban alrededor de las seccionales coloradas, privilegiadas bases de comités políticos cuya finalidad era proporcionar un sustento al apoyo civil al régimen. Contrabando, robos, narcotráfico: todo se desarrollaba al amparo de las todopoderosas seccionales coloradas, que contaban para sus actividades ilícitas con la venia de los potentados del país.

El resultado de tal esquema fue la corrupción generalizada de la economía de todo el país.

Pocos factores habrán incidido tanto para crear una deplorable imagen internacional del Paraguay, y para aislar al Partido Colorado en el contexto político regional como las actividades de esta estructura mafiosa en sus bases civiles.

Para ejercer una función pública, por mucho tiempo fue requisito estar afiliado al Partido Colorado. Para pertenecer a las Fuerzas Armadas, también era necesario estar afiliado al Partido Colorado. Para ejercer funciones en el poder judicial, no había otro camino que afiliarse al partido colorado.

Con el correr de los años, el poderío de las seccionales sobre la sociedad paraguaya empezó a ser erosionado por la irrupción de las ONGs, un engendro de nuestros hombres en Langley para desmovilizar a los activistas de movimientos radicalizados tentándolos con el siempre necesario vil metal.

Aunque las elecciones de las autoridades de una seccional colorada nunca tuvieron un cariz enteramente democrático, y siempre se atuvieron a la digitación desde el poder y estuvieron a merced de las maniobras eleccionarias fraudulentas, nunca dejaron de irradiar un aura caudillesca de consagración popular, aunque matizada por furibundas grescas entre bandas mafiosas rivales, salpicadas por golpes de puños y puntapiés.

La consagración de liderazgos por la vía de las ONGs es todavía mucho más fría, anti-democrática y para colmo extranjerizante. El principal requisito es contar con el padrinazgo de alguna embajada extranjera, preferentemente la de Estados Unidos, y ser agraciado con una fuerte suma en dólares que permita financiar algún movimiento político, utilizando a la ONG como mampara.

Para peor de males, sus tendencias en el poder están demostrando ser tan totalitarias como las de sus predecesores, llegando a subordinar eventos festivos o automovilísticos como el Rally del Chaco –el cual se busca eliminar- a sus intereses crematísticos, el afán de lucrar con el estado de emergencia del Chaco embolsando donaciones.

Son ejemplo de esta metodología de la construcción de "liderazgos civiles" a través de ONGs, la mayoría de los grupos que llevaron al poder al obispo Fernando Lugo, de forma similar a la ascensión al poder de Víctor Yuschenko en Ucrania, debilitando y derrocando al partido colorado de una manera parecida a la que fueran derrocados los partidarios del presidente georgiano Eduard Chevarnadze, en medio del aplauso de la prensa mediática y la comunidad internacional.

Tanto los sucesos de Georgia y Ucrania fueron producto de protestas y movimientos organizados por ONGs financiadas y dirigidas, directa o indirectamente, por Washington, conforme a un plan expuesto posteriormente en un informe oficial de la USAID. De esta manera, las ONGs fueron instrumentadas como verdaderos caballos de Troya de la CIA norteamericana.

En el caso paraguayo, el carácter dudoso de estos liderazgos financiados a veces por la ultraderecha de Washington, que ya ha incorporado a las ONGs a su estrategia para la supremacía global no sólo ponen en tela de juicio el rol que desempeñan realmente estas organizaciones, sino también la integridad de quienes se vinculan y financian su promoción política a través de ellas.

Aunque resulte en cierta forma reconfortante para algunos escuchar las aclamaciones prodigadas por la izquierda latinoamericana al "obispo de los pobres y teólogo de la liberación" Fernando Lugo, uno no puede menos que reflexionar sobre lo mucho que, ocasionalmente, tanto las críticas como los aplausos pueden provenir del bando equivocado.

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NOTA: Diga lo que diga la falsa izquierda de las ONGs derechistas financiadas por el imperio, la realidad imposible de ocultar es que el obispo Fernando Lugo ganó las elecciones del 20 de abril con notorio respaldo de la embajada norteamericana ocupada por James Cason, y con el apoyo de la prensa vinculada a la Secta Moon. Su plataforma política la constituyeron grupos de activistas vinculados a ONGs derechistas relacionadas con el NED, IAF, USAID, etc., neoliberales como el sector de Luis Alberto Castiglioni y los partidarios del desaparecido dictador Alfredo Stroessner, todos ellos disidentes del partido colorado que presentó una candidatura que no era del agrado de estos grupos de extrema derecha.
Algunos grupos que se autoproclaman izquierdistas alegaron razones de coyuntura para seguir como furgón de cola la candidatura del obispo. La presencia de ellos constituye parte del libreto de la derecha, que los utiliza para fustigar sobre supuesta infiltración marxista en el gabinete del clérigo, aunque en realidad esté constituído en su totalidad por personeros del neoliberalismo y la embajada norteamericana.
La totalidad los integrantes del gabinete del obispo Fernando Lugo provienen del sector de las ONGs financiadas por la embajada norteamericana. Se cuentan entre ellos a Gloria Rubín (referente en Paraguay del NED y la CIA), Camilo Soares (beneficiario de fondos de IAF y NED, favorecido del gobierno de George W. Bush) Rafael Filizzola (signatario de acuerdos con Alvaro Uribe a instancias de la ex operadora del plan Colombia Liliana Ayalde), Karina Rodríguez (de la Casa de la Juventud, que recibió 127 mil dólares de la Inter American Foundation), Liz Torres (referente de las logias de ONGs dependientes de la embajada norteamericana), Esperanza Martínez (del movimiento Tekojojá, financiado por USAID, hoy envuelto en escándalo por corrupción), Canciller Hamed Franco (del Pmas, un movimiento financiado por James Cason), el Vice-canciller Jorge Lara Castro (recibe dólares de la embajada a través de la ONG fantasma Alter Vida), Ministro de Defensa General Bareiro Spaini (hombre de la embajada norteamericana, educado en las escuelas de golpistas de Estados Unidos) o el ministro de Hacienda Dionisio Borda, antiguo responsable de las finanzas de los gobiernos corruptos y agente de la embajada norteamericana y del FMI.
Asimismo, Fernando Lugo ha anunciado que se mantendrá la política de sometimiento al imperio nortemericano en Paraguay, y se desconoce lo tratado por Lugo en New York con referentes de la mafia ítalo-norteamericana como John Tonelli, o con el heredero del imperio petrolero que en la década de 1930 llevó a la matanza a cien mil bolivianos y paraguayos, David Rockefeller. Lo único cierto es que ofició de guía turístico en la gran manzana Conrado Pappalardo, un personaje conocido por haber operado para el Plan Cóndor y haber proveído pasaportes para el asesinato en Washington de Orlando Letelier.
Otros cónclaves nunca aclarados por parte del obispo fueron sus reuniones con James Cason y Roger Noriega, pocos segundos después que Aleida Guevara March, hija del Che Guevara, haya abandonado la misma oficina por la misma puerta por la que entraron estos grandes amigos de Cuba y los hermanos Castro.
No se sabe el motivo de las visitas de Christopher McMuller, subsecretario norteamericano de Asuntos del Hemisferio Occidental, al viceministro de Relaciones Exteriores paraguayo, Jorge Lara Castro, un viejo favorecido de la embajada norteamericana de Asunción.

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