LUIS AGÜERO WAGNER- La derrota de ayer en Brasilia, una negativa más de Brasil y revisar el tratado, sólo fue la cereza de la torta que concluyó una semana de Fracasos en Dominó para Fernando Lugo.
Lo más humillante es que los brasileños pidieron a la delegación paraguaya que la próxima vez envíen una nota en lugar de ir a molestarlos en la capital del Brasil, donde ellos tienen trabajo y cosas más importantes que atender.
Los desaciertos, como otros motivos, hacen que en el mundo no nos respeten, escribe el analista José Luis Símón en el periódico "El Universitario".
"En lugar de contactos político-diplomáticos al más alto nivel, con Planalto e Itamaraty, y de rodearse de asesores y diplomáticos competentes, Lugo recurrió al arma de los populistas" dice Simón en su nota, publicada el lunes 19 de Enero.
"Todo parece una comedia de equívocos" añade en alusión al mediocre nivel de asesores que rodea al presidente.
En tanto la parte paraguaya es una sinfonía de despropósitos, Brasil responde con el acostumbrado lenguaje de una diplomacia muy hábil, sigue Simón. Brasil tiene una diplomacia "acostumbrada a tratar con quienes de entrada evidencian vocación de perdedores, como es el caso de Lugo".
Cuando el Paraguay debía estar negociando todo lo necesario con Brasilia, y además crear políticas bilaterales de contingencia para reducir las olas embravecidas del "tsunami" financiero-económico que lega a la humanidad el inimputable George Bush (III), y que todavía no llegó a nuestra mediterraneidad, como era de esperar, el Brasil empezó a abrumar al Palacio de López con una agenda que, quiéralo Lugo o no, enredará a nuestra tambaleante Cancillería, imponiendo lo urgente a lo importante (Itaipú), porque en las condiciones planteadas por el "gobierno del cambio" es imposible una negociación para beneficio mutuo, que aquí no lo desean algunos poderosos medios de prensa.
"Los medios del Brasil perciben a Lugo como a un irresponsable" concluye Simón su análisis.
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