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viernes, 13 de febrero de 2009

ENTRE EL OBISPO Y EL CAMARADA STALIN

La polémica entre comunistas acomodados con la teocracia clero-fascista del obispo Fernando Lugo, sigue y aumenta de temperatura en la idílica república burguesa del falso obispo de los pobres.

A una crítica de Ronald Leon señalando la colaboración del Partido Comunista con Higinio Morínigo, los comunistas paraguayos respondieron enfáticamente negando las acusaciones. Sin embargo, nunca se ocuparon de desmentir su participación en la dictadura previa de José Félix Estigarribia, documentada por Alfredo M. Seiferheld.

El dirigente del PT Coco Arce realiza en esta carta una crítica a la incapacidad de recibir críticas -valga la redundancia- en el seno del Partido Comunista Paraguayo, hoy aliado con la ultraderecha en el gobierno del clérigo-presidente.

Incapacidad para recibir críticas y contestarlas

He constatado, y lo lamento de verdad, que no existe la más mínima capacidad para recibir críticas y menos aún para contestarlas. Eso hace a que la discusión (si es que se puede entablar una), no se centre en el eje de la cuestión planteada sino en cualquier otro tema que poco o nada tiene que ver con la discusión. Muchos compañeros y compañeras, incluso, ven con malos ojos que se formulen críticas porque “divide en lugar de construir” o porque “siempre estamos buscando las divergencias y no las coincidencias”.

Yo hice una crítica política al Partido Comunista Paraguayo (PCP) y me refería a su incoherencia al invitar a rendir un homenaje a los mártires luchadores por la revolución y el socialismo (algunos del PC y otros no, según la invitación) con una marcha de apoyo a un gobierno que, según mi criterio y caracterización política, es burgués, defensor de la propiedad privada capitalista, que aplica una política económica neoliberal y que reprime con violencia a quienes salen a reclamar sus reivindicaciones. Decía yo que es una incoherencia, un contrasentido. En realidad es más que eso, pero ése es otro tema.

Varios compañeros del PCP me respondieron pero con todo tipo de exabruptos, insultos y descalificaciones. No respondieron a mi crítica política con argumentos políticos ni con ningún tipo de argumentos. Menos aún dieron respuesta al fondo de la cuestión. Sólo acusaron. La cuestión es que no inventé nada ni falté a la verdad; sólo me referí a una invitación pública del PCP a “La Marcha del Coraje”, del 19-12-08. Lo único que hice fue una crítica política a una posición política que me parece criticable y me respondieron con que soy “sectario”, “anticomunista”, “ultraderechista”, peor que los Vargas Peña padre e hijo, la Fundación Libertad, Jaeggli, Lino Oviedo, Zuccolillo, Rubín, Claudia Ruser, Nicanor, todos ellos juntos y que mis críticas impide la unidad de la izquierda.

Si por hacer una crítica política a una posición política que me parece criticable me acusan de sectario o que propicio desacuerdos dentro de la izquierda, creo que esa izquierda no está preparada no sólo para dirigir una revolución o ponerse al frente de procesos revolucionarios; no está preparada para dirigir una huelga, una ocupación de tierra o una manifestación callejera.

También recibí en estos días, indirectamente porque no me lo envió a mí, un escrito (más abajo se puede leer el texto completo) de Luis Casabianca, dirigente del PCP, en el que intenta darle una explicación al apoyo del PCP al gobierno de Lugo pero termina con una andanada de insultos: que falto a la verdad, que transmito “en la misma onda trotskista que calumnian al PCP…”, que tengo “buenas relaciones con Taiwán” (¿?) y que no tengo “derecho ni autoridad” para invocar a los mártires del PCP. Entre otras cosas.

Pese a asegurar que falto a la verdad, el mismo Casabianca se encargó de darme la razón. “Los comunistas desarrollamos un apoyo crítico a Fernando Lugo, y cuestionamos la política neoliberal-privatista de Federico Franco…”, afirma Casabianca. También asegura que “Nosotros (el PCP) apoyamos el proyecto y el programa enunciado por Fernando Lugo sobre la democracia participativa, la reforma agraria integral y la defensa de la soberanía nacional en Itaipú y en los territorios invadidos por las transnacionales de la soja”. Aunque esto no responde al fondo de mi cuestionamiento que es ¿Cómo un Partido Comunista va a rendir homenaje a los mártires en la lucha por la revolución socialista con una marcha de apoyo a un gobierno burgués pro capitalista?, aclara que el PCP sí apoya al gobierno de Lugo, aunque, según su criterio, críticamente.

Cuando Marx dice (en el “Manifiesto Comunista”) que “el objetivo inmediato de los comunistas es (…) formar la conciencia de clase del proletariado, derrocar el régimen de la burguesía, llevar al proletariado a la conquista del Poder”, no se refiere a apoyar, ni aunque fuera en forma crítica, a ningún gobierno burgués. Se refiere a destruirlo. Y se refiere a destruir al Estado burgués y a abolir “el régimen de propiedad de la burguesía, de esta moderna institución de la propiedad privada burguesa, expresión última y la más acabada de ese régimen de producción y apropiación de lo producido que reposa sobre el antagonismo de dos clases, sobre la explotación de unos hombres por otros”. “Así entendida, sí pueden los comunistas resumir su teoría en esa fórmula: abolición de la propiedad privada”, afirma Marx en el “Manifiesto Comunista”.

El PCP tiene todo el derecho a tener la política que le parezca y a explicarla y aplicarla como quiera, sólo que sus dirigentes y militantes deben aceptar que no es coherente que un Partido Comunista apoye “críticamente” a un gobierno burgués y deben aceptar también que tampoco es coherente rendir un homenaje a mártires socialistas, llamando al apoyo a un gobierno que defiende la propiedad privada burguesa. Desgraciadamente, como esta incoherencia no tiene explicación sino en caracterizaciones políticas que se refieren a oportunismo, capitulación, etc., comienzan los insultos, acusaciones y descalificaciones.

Acusación: Buenas relaciones y ayuda de Taiwán
Es por eso que Casabianca intenta insultarme, denigrarme y descalificarme, así como al compañero Ronald León. Habla de “anticomunismo agudo” y asegura, por ejemplo que “Coco Arce y Ronald León parece que transmiten en la misma o parecida onda trotskista, que calumnian al PCP pero mantienen buenas relaciones y reciben ayuda de Taiwán (…)” Debo confesar que no entiendo qué quiso decir.

Si Casabianca se refiere al dinero proveniente de Taiwán que el Ministerio de Hacienda utilizó en una oportunidad para pagar la indemnización a las víctimas de la dictadura stronista, quizás tenga razón. Yo cobré la indemnización porque fui apresado, procesado y condenado a un año de prisión por la Ley 209. No se si el que me tocó era el dinero de Taiwán, pero desgraciadamente me robaron el mismo día, al salir del banco, enfrente a mi casa. Pero muchos afiliados y militantes del PC también cobraron, quizás ese mismo dinero de Taiwán.

Si se refiere al dinero de Taiwán que el Estado paraguayo (el gobierno) utiliza para construcción de algunas viviendas o para mejoramiento de asentamientos campesinos, debo confesar que sí, que milito con muchos compañeros y compañeras de organizaciones de sin techo y organizaciones campesinas cuyos asentamientos (antiguas ocupaciones) se benefician en algo con ese dinero, que no es más ni menos sucio que el dinero que viene del Banco Mundial o del BID. Estimo que los del PCP también militan con esos compañeros. Es que no existe otra forma. Desgraciadamente debemos soportar gobiernos burgueses que defienden el Estado burgués capitalista. Contra esos gobiernos y ese Estado es que hay que luchar, no apoyarlos.

Finalmente, la descalificación
Y finalmente “Coco Arce no tiene derecho ni autoridad para invocar a nuestros héroes y mártires caídos en la lucha contra la dictadura, ni puede embanderarse en causas nobles y en quienes las han enarbolado, para contraponerlas a las luchas actuales y a sus militantes, como los comunistas de hoy, que sí son luchadores que se esfuerzan por seguir el ejemplo de aquellos camaradas”, dice Casabianca, para quien parece que el derecho y la autoridad me deben ser otorgados por el PCP. Evidentemente, el hecho de estar afiliado a un Partido Comunista no le vuelve a uno comunista.

Y para terminar, no se si tengo autoridad y no importa. Soy un simple trabajador que milita, estudia y lucha por la revolución socialista. Y como diría Teresa Parodi: “No me muero por ser la más valiente, sólo aspiro a vivir no claudicando”.

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