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sábado, 21 de noviembre de 2009

UN GRAN HARAGÁN


La fuerte caída de popularidad de Fernando Lugo es debida sobre todo a su holgazanería, opinaron fuentes del Parlamento. "Debería trabajar más" fue la opinión generzalizada.

Varios senadores le recomendaron al clérigo-presidente de la República, Fernando Lugo, que revea su posición por la caída de su imagen ante la ciudadanía, de acuerdo a lo revelado por la encuesta internacional Gallup, donde se señala que titular del Poder Ejecutivo tiene solo un 25% de aprobación, uno de los más bajos de la región.

LA VIDA GORDA

Con uno de sus acostumbrados discursos incoherentes, sin acción consecuente detrás del gesto y la palabra, el clérigo-presidente Fernando Lugo se despachó recientemente contra los ricos, que viven rodeados de lujos y aparecen en las páginas de sociales.
Lo curioso del caso, sin embargo, es que el discurso no condice con el estilo de vida que lleva Lugo desde que asumió la Presidencia de la República.
Se olvidó recordar que apenas se instaló en Mburuvicha Róga, utilizó fondos de Yacyretá para reparar el jacuzzi y la casa de descanso construida por el dictador Alfredo Stroessner (+) en Corateí, Ayolas. Según fuentes, las refacciones requirieron una inversión de G. 400 millones. Más de un fin de semana disfrutó de paseos en el lujoso yate presidencial, junto a la embajadora norteamericana Liliana Ayalde, navegando por aguas del río Paraná, en las costas del Ñeembucú. Y por si eso fuera poco, de vez en cuando monta una costosa moto Harley Davidson, y se pasea por los jardines de la casa presidencial. Dice que se la regalaron.

Desde que fue electo, Lugo no para de viajar, y a juzgar por sus destinos y resultados, lo hace de puro placer. Con sus 35 viajes lleva recorridos nada menos que 300.000 de distancia. Si se hace una comparación con la circunferencia del planeta tierra que tiene alrededor de 40.000 Km., se puede decir que el presidente Lugo ya recorrió el equivalente a 7 vueltas alrededor de la Tierra. Su último periplo turístico a Roma costó 300 millones al erario público.
Lo negativo es que estos viajes turísticos no tuvieron ninguna trascendencia ni resultado positivo para el pueblo paraguayo.

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